Con la columna del domingo anterior del senador Rodrigo Villalba, titulada “La Ley del Plan” nos enteró, entre otras cosas que había sido designado coordinador ponente de este importante proyecto de ley presentado por el Ejecutivo al congreso.
En realidad hubiese sido mucho más importante, si en el marco de esta honrosa responsabilidad, nos hubiera convocado a todos los sectores de la región del Surcolombiano para que nos uniéramos y se pudiera llevar a cabo en Neiva un Foro Regional sobre el Plan de Desarrollo como el realizado en Barranquilla el jueves pasado donde participaron todas las fuerzas vivas de la región Caribe y le hicieron ver al gobierno que este proyecto no contenía acciones o estrategias contundentes para el desarrollo de dicha geografía del país durante este cuatrienio.
Así mismo, efectuaron cuestionamientos en el sentido de que este proyecto de Ley no tenía que convertirse en un instrumento para efectuar reformas legislativas con el argumento de sacar adelante los programas previstos en campaña. También, aprovecharon para presentarle a la Comisión Cuarta del Senado y, por ende, al gobierno, el plan estratégico que como región Caribe tienen proyectado a fin de responder a las exigencias de esta segunda década para que al menos, alguna quedara incorporada; y la verdad, quede asombrado no sólo por la contundencia de sus exigencias, sino por la unión, realidades, estrategias y actividades que mostraron y dieron a conocer.
No sé si la Academia, empresarios, aspirantes a cargos públicos y de corporaciones por elección popular, gobernantes y, en general, estudiosos del contenido del Plan de Desarrollo, ya tendrán identificado con cifras exactas, si el Huila será beneficiado o no con las proyecciones inicialmente incorporadas en este proyecto. O será que también nos ocurrirá en este plan, lo mismo que con aquellas esperanzas para que nos nombraran a algún ilustre opita en un cargo del orden nacional, quizás escudándonos en el sólo hecho de habernos vestido en las elecciones de color naranja en un alto porcentaje.
Es importante que comencemos a manifestar nuestra voz, en el entendido de lo que se ha proyectado dentro de este plan, y desde luego, qué ha incorporado de nuestros propósitos como huilenses. Estudiado sus cerca de 700 páginas no es mucho, por no decir nada, lo que observé.