ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

viernes, 21 de julio de 2017

SOLO TRASLADOS SIN CAMBIOS


Columna publicada en el Diario la Nación el 19/07/2017


Con los anuncios de cambio de gabinete en la alcaldía de Neiva, y que lo que ha ocurrido es un traslado o movimiento interno de personal; no se genera ni entusiasmo por lo que ello signifique o represente.  Lo que sí se suscita, en particular, en el círculo del magisterio municipal, es qué en el caso del Secretario de Educación, este traslado se lo debemos es a la presión ejercida por la Ministra de Educación ante el Alcalde para que ello se diera, si quería seguir contando con algunas migajas de recursos o beneficios para este sector en lo que resta de este gobierno. Recordemos que es la primera vez que un secretario de educación, por lo menos de Neiva, asume la responsabilidad como en el paro de maestros recientemente culminado, de redactar conjuntamente con otros dos secretarios de educación del país, las peticiones o necesidades por años sentidas en esta área, las cuales fueron un punto importante para las negociaciones mientras los maestros permanecieron en cese de actividades e hicieran válidos sus reclamos (por lo demás justos y necesarios para beneficiar, incluso, a los niños) por las organizaciones que los asocian. Para nadie es un secreto, que Aldemar Macías, asumió ese rol y costo, más que político. Quizás, por esa batalla, es que será recordado, más que por sus pocos o modestos logros en la gestión de la Secretaría. Bueno, también porque no generó roses con miembros de este sector. Sin embargo, es cuestionable desde todo punto de vista, que el alcalde se haya asustado con el cuero del tigre, después de haberlo cazado. Es decir, de que su Secretario después de haber librado esta batalla reconocida en el país, accediera a este cambio. Al contrario, debió mantenerse firme y darle todo el respaldo para que continuara, ahora sí, en los procesos que deben cristalizarse y que se encuentran plasmados en el Plan de Desarrollo y que están en curso, máxime, cuando todos los docentes lo respaldarían por el esfuerzo antes anotado y que le generaban confianza para actuar. Ahora, se debe empezar de nuevo para generar esta confianza con los maestros. El secretario entrante, ya conocemos su modestia en su ejercicio, razón por la que no le será fácil, lidiar con personas que llevan impregnado el significado de la lucha, pues allí no tendrá a disposición el mismo poder que se genera en una secretaría de gobierno. El tema es que, si las cosas se han mantenido hasta ahora bajo el esquema de no hacer concesiones (con un profundo no en la corrupción), estos cambios no se deberían repetir como resultados de presiones externas del alto gobierno por haberlos puesto en la picota pública mediante reclamaciones, que además fueron justas.  Aplausos para Aldemar Macías.

miércoles, 5 de julio de 2017

PLAN BOLSILLOS DE CRISTAL

Columna publicada en el Diario la Nación el 05/07/2017


Al posesionarse como fiscal general, Néstor Humberto Martínez expresó que su principal tarea sería combatir la corrupción mediante el plan Bolsillos de Cristal, como su gran prioridad. Lo mismo predicó Juan Manuel Santos en su campaña presidencial y sus contendores Clara López, Enrique Peñaloza, Martha Lucía Ramírez y Oscar Iván Zuluaga. En las regiones para alcaldías y gobernaciones fue igual discurso. Hasta las leyes 1474/11 (estatuto anticorrupción) y 1778/16 (soborno transnacional) modificaron situaciones penales, disciplinarias y fiscales para incrementar penas, sanciones, multas e inhabilidades a servidores públicos y particulares que se apropiaran de recursos públicos. Esto no impactó ni disminuyó este flagelo, cáncer, fenómeno o enfermedad. Al contrario, la captura del Director de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía, sumado al sin número de casos que han promovido con bombos y platillos, nos indica que la situación sigue de mal en peor. Es decir, la corrupción en Colombia ya hizo metástasis. Pero cómo no vamos a llegar hasta este punto, si ya se ha expresado en otras columnas, que lo que tenemos es una comunidad que ya ni se inmuta por estos casos, por lo hipócritas que somos. Estamos en la gran sociedad de la malicia indígena donde al individuo que más admiramos, desafortunadamente es aquel que es y ha sido  facilista, el que se gana una beca y no quiere estudiar, el que jamás coge un libro y se saca cinco en sus calificaciones, el que consigue las cosas a costa de tirársela de vivo con los demás, el que paga para que le hagan las cosas, el que se gana la lotería, el que vive del bobo, el que tiene amistadas y trafica con ellas, el que tiene una ventaja posicional a nosotros así conozcamos su pasado negro, el que no declara renta, el que no se deja robar del Estado, el que no presta el servicio militar, entre otras cosas. A ese personaje es el que patéticamente nosotros endiosamos en Colombia y al que se le pueden perdonar ciertas actitudes, incluso antisociales.  ¿Esas conductas descritas se sancionan socialmente?. No. No se sancionan socialmente. Es más, todo lo contrario, son unos antivalores que tenemos como los grandes pilares en nuestra sociedad. Resulta entonces, que a este individuo es el más admirado por ser el más vivo o el más inteligente. Entonces, surge el patrón de comportamiento en el entendido que como todo el mundo hace eso yo tampoco cumplo mis deberes mínimos. Sobre esos antivalores se ha construido nuestro imaginario colectivo. Luego, hipócritamente decimos: es que la corrupción es algo indefinido, allá inconcreto y yo no sé en qué momento los otros se volvieron corruptos. Sin embargo, Pérez soy yo, Aurelio puedo ser yo, el corrupto puedo ser yo, cualquiera de nosotros puede llegar a un acto de corrupción. ¿Cuál Plan?.