ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

jueves, 28 de junio de 2018

¿ Y EL PLAN MARCO DE IMPLEMENTACIÓN?

Columna publicada en el Diario la Nación el 27/08/2018


Culminado el proceso electoral, vuelve la aparente calma en nuestra triste y cruel realidad, agobiada por tantas dificultades que padecemos en este país. Hace unos días, la ESAP convocó a un Foro sobre el balance del Marco de Implementación sobre los Acuerdos. Situación preocupante. Lo cierto es que, tenemos una prioridad que se debe alertar y alentar, y tiene que ver con el cumplimiento del Plan Marco de Implementación de los Acuerdos de Paz. La percepción es que se ha relentizado su ejecución y, no es conveniente, para los intereses relacionados con la paz y transformación de Colombia. No es posible que la academia, la sociedad civil, y en general, todas las entidades del Estado manifiesten desconocimiento, contribuyan con las dilaciones, retrasos, distorsiones, simulaciones, incumplimientos o modificaciones de los mismos; dado que el reto principal es que estos deben traducirse en una política pública una vez incorporados en los planes de desarrollo y garantizada su financiación en los próximos 10 o 15 años. El llamado es para las instituciones de educación superior a fin de caracterizar los acuerdos, en el entendido que se escuchen los saberes de la población, para que se entienda y comprenda el proceso mediado por obstáculos y oportunidades en sus días, meses, años y décadas de implementación. Que al ser una sociedad democrática, no se deben entender los Acuerdos como maximalistas, sino desde la óptica de lo minimalista, es decir, de la complejidad que lo caracteriza. Así mismo, que su lectura no puede hacerse de manera aislada, sino bajo los enfoques de género, de derechos humanos, territorial, etc. Que no es posible que en lo que va corrido de firma de los Acuerdos, el gobierno frente al Plan Marco de Implementación sólo presente en rendición de cuentas unas bases en power point sin enfoques, sin líneas base, sin metas, sólo con 100 indicadores de gestión, más no con indicadores de resultados. Además, de modificar unilateralmente de 10 a 15 años este proceso. Menos, el de aún no iniciar la modificación de la Ley 152 de 1994 para lograr su incorporación en los planes de desarrollo como está estipulado en su texto y diseño, lo cual es grave. Pero más, el hecho de estar desfinanciado. Para algunos actores, manifiestan que costará 5.2% billones del PIB por año, para otros, que será de 2%, algunos que no llegará ni al 1% y ello, en un plazo de 15 años. Así mismo, que el plan requería recursos nuevos para su financiación de al menos uno 47 billones. Pero al realizarse la simulación, casi 39 billones no son recursos nuevos, sino que eso ya se vienen trabajando. Eso es mucho más gravísimo. Esto se evidencia en los informes del Instituto Kroc. No se puede bajar el acelerador en este proceso. Retos del nuevo gobierno.




miércoles, 13 de junio de 2018

RETOS EN ZONAS DE FRONTERA

Columna publicada en el Diario la Nación el 13/06/2018

Por el proceso electoral vigente, hemos pasado a un segundo plano el fenómeno migratorio venezolano. Y los que vivimos en el centro del país, menos preocupación al respeto. No obstante, mínimamente nos habremos cuestionado en el Huila sobre ¿Cuántos venezolanos ya están en nuestro territorio?, y ¿qué ha pasado con quienes han llegado?. Al parecer, ese asunto como que se lo dejamos es a las alcaldías o gobernación para que se encarguen desde el registro administrativo de migrantes venezolanos (RAMV) y, todo lo demás. Pensar así, es irresponsable. Ya los efectos los tenemos a la vista: venezolanos de taxistas, mototaxistas, etc. Quienes hemos tenido la oportunidad de vivir y trabajar en una zona de frontera, tenemos más conciencia sobre esta situación. Nos compete a todos involucrarnos en lo que significa la migración, migrantes, refugiados y su impacto para salirle al paso a la xenofobia, rechazo, hostilidad, aculturización deculturización, transculturización reculturización, neoculturización, hibridación cultural,  estigmatización e indiferencia hacia esta población y, más bien, tratar de evitar al mínimo la vulneración o, más bien, incidir en la garantía de sus derechos, dignidad, compromiso, comprensión, oportunidades, integración, asistencia y sensibilización como un ciudadano más de este mundo globalizado que es. En el caso de Venezuela, por su desequilibrio económico (hiperinflación en más de 13.000%, su pérdida del poder adquisitivo, escases de recursos y materias primas), la migración hacia nuestro país en busca de mejores oportunidades, continuará aumentando. No hay solución a la vista. Es de pleno conocimiento que la entrada de ciudadanos del país hermano a territorio colombiano ha causado una serie de problemáticas de alto impacto en aspectos como seguridad, salud, empleo, registro migratorio, educación, niñez, comunidades indígenas; que han demandado inversiones no contempladas dentro del presupuesto nacional y, tampoco existente en los locales. De ahí la importancia, como lo han reiterado distintos actores, de contar con soluciones de Estado y no de gobierno de turno o de paños con aguas tibias. Es decir, una política pública integral de migración. Que contenga una amplia regulación sobre las dimensiones del tránsito transfronterizo (en Tarjetas de movilidad fronteriza, permiso especial de permanencia, sistema de registro de información de extranjeros) y que promueva una amplia pedagogía sobre el particular. También, herramientas tecnológicas para hacer seguimiento y control de la frontera. Que impulse el fortalecimiento institucional (desde alcaldías, gobernaciones, red de instituciones con autoridades nacionales y regionales) y se gestione con la creación de un fondo para obtener más recursos y efectuar valoraciones sectoriales de necesidades a fin de solucionar problemáticas puntuales de la frontera. Poner a andar el registro administrativo de migrantes, así como a la atención de población migratoria y fronteriza. Un programa completo de atención, no sólo a los connacionales que retornan, sino a las comunidades receptoras. Es decir, que impacte en políticas sociales, económicas educativas y sociales de estas zonas en particular. No al desarraigo.

martes, 5 de junio de 2018

NO A DISCIPLINA PARA PERROS

Columna publicada en el Diario la Nación el 30/05/18



Cuando nos encontramos reflexionando sobre los resultados electorales (perdedores, ganadores) del pasado domingo, así como, sobre las distintas estrategias para orientar o conquistar el posible voto de las personas que llegaron hasta esta instancia directa con sus propios candidatos para que se una a cualquiera de los dos extremos (derecha – izquierda); no la tendrán fácil, pues la disciplina para perros en otros tiempos implementada a los seguidores de un partido, ya no se podrán aplicar hoy. El acceso a la información, el cambio de generaciones, la definición de prioridades tanto personales como de lo que debe ser el rol del Estado, entre otros factores, ha permitido que el votante no siga lineamientos de un partido, sino unos ideales propios y que los vea reflejados en el candidato. No pueden los dirigentes que perdieron en estas elecciones, abrogarse el derecho de endosar o limitar la actuación de sus seguidores o votantes. Así que pierden el año, quienes piensen que con el sólo hecho de lograr una alianza con los candidatos ganadores y los que no pasaron a la segunda vuelta, ya tendrán asegurados esos votos y procedan matemáticamente a hacer cuentas alegres. Lo único es que quedarían endosados, con este tipo de acuerdos. Así que pierden el tiempo, al hacer coqueteos de una campaña con la otra para asegurar esos votos. Incluso, eso generaría rechazo. Es vergonzoso observar el actual panorama, cuando ciertos candidatos, quienes en su momento expresaron que jamás se unirían a ciertos candidatos, ya han doblado la mano y, hasta la cabeza, para sumarse a las que antes denigraron. Es decir, en política, parece que el todo sí vale. Ese aparente tridilema del grupo de Fajardo, cambio radical y del partido liberal de si se van para donde Duque o Petro, o si dejan en libertad a sus votantes, no es complicado de resolver. Como están las cosas, lo mejor que pueden hacer los dirigentes de esos partidos, es manifestar que sus votantes decidan con autonomía su inclinación por una u otra campaña dado que la disciplina para perros ya no les aplica. Quedó demostrado en las elecciones anteriores, cuando los mismos líderes políticos escogieron tolda como se le dio la gana. El sólo hecho de analizar lo de Humberto de la Calle, donde los congresistas hicieron como aquellos que tiran la piedra y luego esconden la mano, es triste. Luego salen a lavarse las manos, para decir, que si ayudaron cuando por debajo de cuerda ya estaban en las campañas ganadoras. Ni que decir, con los de cambio radical, que sí tenía toda la maquinaria y, ni eso funcionó. Fiel reflejo de la realidad.  “Interés cuánto vales”. Sin embargo, como estamos en una democracia, y necesariamente debemos elegir un gobernante, tomemos partido en ello. Pero de manera libre.