Por casualidad escuche un balance preliminar el pasado
lunes a primera hora en una de las escuelas de formación de la Policía
nacional, donde he estado como Docente de personal policial y donde entregaron
a las unidades presentes; las cifras y retos cumplidos frente a la seguridad
del papa y su séquito en la visita al país. Sin tanto titubeo, fue un trabajo
descomunal ante tanta responsabilidad adquirida, que a futuro inmediato, sirve
como ejemplo para quienes tienen la tarea similar en las próxima visitas en
Perú y Chile, dada la forma como se cumplió todo el esquema de seguridad en
Colombia. Lo importante aquí, es que los colombianos
observamos, no sólo en las pantallas de televisión, sino por quienes asistieron
presencialmente a cada uno de los eventos del papa, la labor que cumplió
nuestra policía para que no se presentarán hechos que lamentar frente a la
seguridad del pontífice. Que tampoco se vio a unos miembros policiales bruscos
con la población, además de efectuar una coordinación sin precedentes con la
directa guardia del papa, traída desde Italia. Este trabajo, exigió 111
reuniones desde que se oficializó la visita papal para prever hasta el mínimo
detalle y, hasta el imprevisto que ocurrió, como fue la salida en papamóvil de
la nunciatura al aeropuerto, comunicada a última hora cuando el papa se
despidió de Bogotá. Tremendo detalle. Uno como ciudadano del común y corriente
no se interesa por saber cómo se maneja todo esto. Se concentra en los aspectos
más visibles relacionados con quien nos visita, lo que dice, hace y ocurre.
Pero jamás lo que implica todo ese despliegue de uniformados y la coordinación
correspondiente. Garantizar que ingresaran sin problemas tres millones
seiscientos mil personas a las misas campales, orden para cerca de diez
millones de personas presente en los recorridos del papa y sus eventos, el
desplazamiento por tierra en Medellín del papa, 5 días de esa visita; no es
cualquier cosa ni reto con antecedentes similares a estos tiempos en Colombia.
La percepción que sentimos, es que tenemos una policía diferente, que se está
profesionalizando y preparando para ser un modelo de institución al servicio de
la ciudadanía. Qué valioso fue escuchar del balance preliminar dado por el
comandante; las frases expresadas por el papa, para que esa nueva policía
adopte como suyas: Debemos ser esclavos de la paz para siempre, recuperar la
dignidad del hermano caído, el diablo entra por el bolsillo, no perder la paz
por la cizaña, todos somos vulnerables, una caricia trasciende todos los
idiomas, etc. Que lo haga el comandante de una fuerza, eso impacta. Como debe
impactarnos a todos y cada uno de nosotros, no sólo esas frases, sino todo lo
vivido con esa grata visita. A nuestra policía, un merecido reconocimiento,
muchos aplausos.
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