ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

CIUDAD ENFERMA O FRACASADA

Columna publicada en el Diario la Nación el 13-12-2017


Cumplido el encuentro nacional de alcaldes en Neiva, dentro de los diversos temas tratados e inquietudes generadas, lamentos y peticiones al gobierno, me llamó poderosamente la atención, varias frases manifestadas en su conferencia por el Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Pero en particular, cuando las personas de una ciudad no tienen otra opción en la utilización del ocio o tiempo libre, que asistir masivamente a los centros comerciales. “Cuando en una ciudad, las personas asisten masivamente a los centros comerciales, es un indicador de ser una ciudad enferma, una ciudad fracasada”. A todos los asistentes, incluido el alcalde Rodrigo Lara, esta frase sonó como la caída de un baldado de agua fría para todos los que vivimos en esta ciudad. Su explicación la contextualizó así: una buena ciudad, es aquella donde podamos salir a sus espacios públicos o peatonales de calidad (aceras, parques, transporte público, eventos culturales, etc.), y allí, se encuentren como iguales tanto los ricos como los pobres, sin sentimientos de informalidad o exclusión para caminar, conversar, divertirse y sentir placer del aire libre y seguros. Prácticamente, que en una buena ciudad no debería haber centros comerciales para encerrarnos y pasar un día entero allí una y otra vez. Que las personas somos seres que caminan, no para sobrevivir, sino para vivir. Que los niños son más felices en los espacios abiertos o públicos que en los centros comerciales y que eso está demostrado. De ahí la razón para que una ciudad invierta y compre desde ya, para que en el futuro de 100 o 1000 años cuente con muchos espacios públicos verdes que sirvan de parques, peatonales, ciclorutas, lagos, frentes de agua (conservación y limpieza de los ríos), etc., como lo hiciera Nueva York desde 1860 y otros ejemplos a revisar. Todo esto contribuye a tener una ciudad que sea una ventaja comparativa no imitable con la mejor gente (alto potencial humano), con altos indicadores de felicidad e igualdad, prevalencia del interés general sobre el particular, respeto por los recursos públicos (sagrados) y, aprovechamiento de los ríos como el gran tesoro dado que el agua es mágica. Remató su intervención, que los frentes de agua son lo más valioso de una ciudad. Prácticamente indicó, que la circunvalar debería desaparecer como paso vehicular (sacar los carros) y darle paso a un sendero peatonal sin precedentes por tener al lado nuestro rio magdalena y, que se construyera el mejorar complejo habitacional como en otras ciudades del mundo que se dieron cuenta de ello. Que deberíamos trabajar para convertir al rio magdalena como un imán, en especial por su paso en la ciudad de Neiva, donde la gente quiera vivir cerca del rio más querido y valorado por los colombianos embellecido por senderos peatonales, parques, ciclorutas, etc. ¡Ojo Neivanos!.

sábado, 9 de diciembre de 2017

EL PENSAMIENTO GIRARD

Columna publicada en el Diario La Nación el 01-12-2017


Quien no ha escuchado o pronunciado lamentos o murmullos relacionados con la falta de criterio, personalidad, carácter, incluso, de identidad, no sólo de nuestra juventud, sino de los individuos en sí. Coadyuvamos con algunos de estos cuestionamientos: No sabemos quiénes somos, ni qué deseamos, pero, miramos continuamente lo que otros hacen y los copiamos. Deseamos lo que otros desean. Se sufre por lo que no tenemos y, lo que tenemos, no lo agradecemos. Para comprender el contexto de estas inquietudes, es fundamental apropiarnos de los planteamientos de René Girard, a través de su teoría del deseo mimético- ese deseo imitado que nunca es verdaderamente espontáneo-. Fue profesor de Literatura y Antropología en las universidades de Buffalo, John Hopkins, Stanford y, miembro de la Academia Francesa en el 2005. Sustentó que el deseo es algo más que la simple línea recta tradicional que conecta un sujeto (que desea) –el Yo– con un objeto (deseado), otra cosa. También, que existe una dimensión más que provoca un grado mayor de complejidad: la presencia de un tercero, del modelo que imitamos. De aquí que el hombre es entendido como un sujeto imitador y, está poseído por los deseos que los demás tienen. Los hombres se imitan más que los animales. Esto causa conflictos, dada la competencia que se presenta. Lo que otro quiere es lo que yo quiero y, por lo tanto, me voy contagiando así de deseos. Los seres humanos crean y recrean un apego hacia a lo irreal. Es más seductor o atractivo lo irreal que lo real. Entre más irreal, mejor. Lo más perseguido es la promesa de un mundo distinto. Incluso, es tal la transformación, que nos hemos apegado a la cultura del error, a la obsesión por la belleza y, a la alteración radical del cuerpo. La mentira es lo aceptable en estos tiempos. Mientras más falso o falaz, más nos interesa. Nos gusta la mentira, y nos satisface el engaño.  Cada vez estamos más extraviados, descentrados; punto que es conocido como la trascendencia desviada.  Con todas estas situaciones, vamos negando nuestra realidad y nos vamos aislando mucho más. Bajo ese aislamiento, se está viviendo más que nunca aquella frase: divide y vencerás. Este aislamiento nos lleva a quedar poseídos por la mentira y el engaño y en una destrucción compartida. Ocurrido lo anterior, nos enfrentamos a lo que se conoce como la enfermedad ontológica, que no es más que la insatisfacción del deseo. Es decir, la lucha entre la imitación y la no imitación.  Estamos metidos en un no a la verdad, no a la vida, no a la realidad que constituye la estructura de la violencia contemporánea. Estamos ante la inminencia de la destrucción total de los unos con los otros. ¡A gritos, se requiere una cátedra Girard!.