Es
muy triste a estas alturas que la mayoría de las personas sientan rechazo,
fobia y apatía a un proceso electoral. En particular, para elegir a miembros
del congreso de la república. Son diversos los argumentos que uno escucha de
los ciudadanos. Para qué voy a votar si no encuentro por quien hacerlo. No me
gustan los que están. Son los mismos corruptos y pícaros de siempre. Han
desangrado las arcas públicas y no quieren dejar la teta. Todavía creen que
somos ignorantes y estúpidos como para que nos engañen otra vez. No se ven
líderes que lo inspiren a uno a votar por ellos. Son mentirosos. Sólo en
campaña dan los abrazos, el número de teléfono, le envían mensajes, lo invitan
a reuniones, te saludan de mano y, después, si te vi, no me acuerdo. Después,
de estar tantos años en el congreso, ahora si viene a trabajar dizque por la
región. ¿Acaso les parece poco el sueldo de congresista, más los beneficios,
sus unidades de trabajo legislativo y la mermelada de la que son objeto?. Ni
hablar de partidos. Mucho menos de las listas que lo integran y sus
integrantes. Se colocan los mismos de primero, y ponen a otros payasos de
relleno que son títeres útiles a sus propósitos, razón por lo que el proceso es
indignante. Que horrible los ejércitos de personas de cada candidato,
rebuscando votos puerta a puerta como si no supieran que es más efectiva las
redes sociales. Lástima el dinero malgastado en cada campaña electoral, y que
finalmente, parte del mismo, se debe pagar con impuestos por la reposición de
votos. No es posible que personas ajenas al departamento vengan a rebuscar
votos y lo logren, más que los de la región que no obtienen ni los de su propia
familia, gracias a la ayuda de personas que se prestan para este negocio. De
qué propuestas habla un candidato al congreso, si su función no es la de
gobernar. No me identifico con la personalidad ni las barrabasadas de este o
tal candidato. Menos de su petulancia,
como si no conociera su pasado y lo mamerto que es y ha sido. No tiene
identidad política este candidato, dado que ha estado en todos los partidos
habidos y por haber, lo único que falta es que mañana este en la lista del
nuevo (FARC). No sé cómo ese julano o sutano está en esa lista o como lo
metieron allí. Prefiero votar en blanco, y en el mejor de los casos, votar de
tal manera que se anule mi voto. Estas frases provienen de lo que uno escucha
de la gente del común. Personalmente, siento dolor de patria, que se pierda
esta oportunidad de elegir la renovación. Sí votare. Y lo haré bien.
jueves, 25 de enero de 2018
jueves, 11 de enero de 2018
POLITICA CRIMINAL ELECTORAL
Columna publicada el 10 de enero de 2017 en el diario la Nación
En
estos momentos, al profundizar la campaña para congreso y presidencia, el
ambiente político tomará mayor fuerza y, con ello, nos contagiaremos o no, de
entusiasmo positivo o negativo de acuerdo a nuestro interés personal suscitado.
Bien, para los que seguimos un candidato, movimiento, partido o sesgo político y,
porque creemos que nos representará nuestra extensión en el congreso o en la
presidencia de la república. Mal, para aquellos que aún no asumen la
participación electoral como un derecho y deber, y más bien critican y nada les
gusta y, les da urticaria este periodo de campaña y de ambiente enrarecido por
elecciones. Lástima esto último, pues es perder la oportunidad de contribuir en
el debate nacional dentro de esta categoría de democracia que tenemos para
aportar con las distintas ideas a la reconstrucción de país. Por lo menos, ya
estamos discutiendo si este candidato sirve o no sirve, si debió ser o no
candidato, si es de la vieja guardia o responde a la renovación que tanto
anhelamos, si hace campaña en cuerpo ajeno, si es de la familia del que siempre
ha estado, si este partido o el otro ya no tiene poder, entre otras opiniones.
En toda cafetería, en reuniones familiares, en los pueblos; siempre se llega a
ese debate en la actualidad. Repito, para los que asumimos este derecho y deber
como la más significativa ganancia dentro de la democracia, que aún nos
jactamos de tener. Sin embargo, la preocupación ahora, es el nulo proceso
pedagógico que ya debería haberse realizado con relación a Ley 1864 del 17 de
agosto del año anterior, que modificó disposiciones (delitos) del código penal
para proteger los mecanismos de participación democrática. Hasta el momento, ni
la ESAP, municipios, gobernación, registraduría, instituciones educativas,
fiscalía, procuraduría, ministerio de justicia, Consejo de Estado, defensoría
del pueblo, policía nacional, senado-cámara, movimientos o partidos o los
candidatos y, organizaciones sociales se han preocupado por esta capacitación a
la sociedad con cursos intensivos sobre el particular como lo ordena la ley en
mención. Desde el artículo 386 y
siguientes del código penal quedó estipulado la sanción y la pena en que
incurrirá quienes fomenten perturbación del certamen democrático; constreñimiento
y fraude al sufragante; elección ilícita del candidato; fraude en inscripción
de cédulas; corrupción de sufragante; tráfico de votos; voto fraudulento;
favorecimiento de voto fraudulento; mora en la entrega de documentos
relacionados con una votación; alteración de resultados electorales;
ocultamiento, retención y posesión ilícita de cédulas; denegación de
inscripción; financiación de campañas electorales con fuentes prohibidas;
violación de los topes o límites de los gastos en campañas electorales y
omisión de información del aportante. Además, de todos los retos en una
verdadera política criminal electoral. Los artículos 19 y 20 de esta Ley;
ordena con urgencia esta socialización y capacitación.
miércoles, 3 de enero de 2018
PLACER, PROPÓSITO Y ORGULLO
Columna publicada en el Diario la Nación el 29-12-2017
Cuando uno lee los diversos documentos que se refieren a
las razones por las que un país, territorio o comunidad de personas son más
felices o sienten altos grados de felicidad; lo que uno evidencia es que
definieron previamente una misión y visión clara de la buena vida y de la
capacidad de resolver de forma exitosa las cosas con una alta motivación. Es
decir, apropiaron, además de aplicarlo disciplinadamente, los tres propósitos
de la felicidad: Placer, propósito y
orgullo. Colombia, siempre aparece en el ranking mundial de ser uno de los
países más felices. Aunque poco indaguemos sobre los indicadores que se apliquen
para efectuar en esta medición en el caso de nuestro país. Ahora que nos
encontramos haciendo el balance del 2017 y las metas a realizar en el 2018, es
necesario que pongamos como punto central de ese análisis si queremos seguir
experimentando más o mayor felicidad, en particular, en el territorio huilense.
Esto es, poner como reflexión estos cuestionamientos: ¿cómo perseguir objetivos
con mayor recompensa?, ¿cómo encontrar mayor satisfacción al cumplir las
metas?, ¿cómo gestionar comunidades que apoyen y no obstaculicen?, ¿qué lugares
son más felices o lo podrían ser dentro del Huila?, y ¿Cuál es la obra de mi
vida que contribuye a generar espacios de felicidad colectiva y de calidad de
vida?. Siempre hacemos planes de vida personal, pero debilitamos la posibilidad
de adoptar, promover e impulsar planes de vida colectivos. O quien conoce un
plan de vida colectivo, distinto al plan de desarrollo promovido por los entes
territoriales o entidades públicas y privadas. Bueno. Unos dirán que para eso
está la Constitución Política que consagra el sueño a lograrse en el Estado
colombiano. Si bien es cierto esos deseos (principios) están plasmado allí, en
los territorios se debe impulsar una misión y visión que conduzca a tener una
comunidad de personas mucho más motivadas, exitosas y felices. Valioso efectuar un ejercicio para articular en
uno solo plan del Huila, los 37 planes de desarrollo del Departamento, los
planes de desarrollo territorial, la sumatoria de otros planes (CTI, Agenda
Interna…), lo ordenado por los Acuerdos entre el gobierno y las FARC y su
reglamentación a través de los actos legislativos, leyes y decretos. Todos esos
mecanismos de planeación, deberían consolidarse en un “libro blanco” sobre la
gestión de la felicidad para los huilenses. En esta tarea debería ayudar la
universidad pública y privada presente en la región. A partir de allí,
establecer la cátedra de la felicidad, para cautivar a todos los huilenses en
las bases de una sociedad que experimenta más felicidad y con mejores niveles
de calidad de vida. Sobre estos puntos girará mi reflexión de feliz año nuevo.
Personalmente, le he apuntado a algunos aspectos en mi ejercicio profesional.
Feliz año nuevo.
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