ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

jueves, 28 de septiembre de 2017

PACTO NACIONAL POR LA JUSTICIA

Columna publicada en el Diario la Nación el 27-09-2017


Con los hechos conocidos a través de los medios de comunicación sobre corrupción en todas las esferas del Estado, ahora en particular, en la máxima instancia de la jurisdicción ordinara (corte suprema de justicia); los colombianos nos sentimos en una encrucijada sin salida. Diríamos: “en un caos, sin esperanza de una verdadera justicia”. Ello, por el penoso y mal ejemplo dado por algunos de los que administran justicia, sumado a la maldita anti-proeza del fiscal anticorrupción y de otros cientos, porque no miles de cosas ocurridas a lo largo de estos años en el país.  Ya los colombianos no encontramos explicaciones válidas a estos sucesos que justifiquen su accionar contrario a la moral, ética, buenas costumbres, valores y ley. Tal vez los que estudiamos derecho, tenemos un poco de instrucción sobre quienes en la historia de Colombia fueron magistrados excelsos en su actuar, la mejor corte suprema, los mejores abogados, el significado de ser Juez, tanto, que era una obligación en los años 80 y comienzos de los 90, la lectura titulada el “alma de la toga” para interiorizar el fin de nuestra profesión. En ese proceso de formación en derecho, constituyó un ejemplo, el actuar de magistrados que integraron la primera tanda de togados de la corte constitucional una vez producida la Constitución de 1991. También, la brillante jurisprudencia adoptada en su oportunidad por la misma. Pero todo fue cambiando. Bueno, es una percepción. Quizás siempre ha existido ese nivel de corrupción. Sin embargo, por las herramientas tecnológicas de la actualidad, se ha puesto al descubierto con mayor facilidad y rapidez sus perversas maniobras. ¿Cuántos casos dirimidos en altas cortes y despachos judiciales no se habrán negociado?. Sinceramente la desmotivación y desesperanza crece. Pero algo tiene que hacerse. No basta con sólo plantones, escándalos, posibles reformas constitucionales a medias y otras acciones que no servirán para nada. Desde luego que es necesario que la población se levante, se active y se movilice en torno al tema. Es la oportunidad para un gran pacto nacional por la justicia para que se realice y se produzca una reforma judicial de una vez por todas en Colombia. No es la que ha propuesto o insinuado el gobierno a través del ministro de justicia, tampoco los pañitos de agua tibia que pretende la corporación excelencia por la justicia, mucho menos proyectos de reforma aislados de uno y otro sector. Es la sumatoria de todas las anteriores y que tenga todo el apoyo ciudadano. Sería una vergüenza nacional no aprovechar esta oportunidad para hacer un gran revolcón. Revolcón lejos de intereses politiqueros. Pero como están las cosas es difícil. El actual gobierno está de salida, congresistas en campaña, y altos togados, completamente atornillados. “¿Una constituyente?”. 

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