ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

miércoles, 29 de abril de 2020

La CovidEducación


Columna publicada en el Diario la Nación el 29/04/2020

Definitivamente en estos momentos estamos revaluando todo. Hasta la educación, que por más de dos siglos se ha impartido en nuestro país. Incluido, por supuesto, el rol de los docentes. En especial, los del magisterio. Por eso comparto, en parte, los planteamientos de Francisco Cajiao en su última columna de esta semana en El tiempo; “lo que más se aprenderá en estos tiempos raros no será la matemática, la gramática o el inglés, sino la manera de salir adelante juntos, superando un reto de supervivencia planetaria”. Muchas cosas deben reflexionarse y replantearse. Aprovechar los docentes, que hoy están mejor formados para ello. Pues no pertenecen a esos primeros docentes mendigos-no bien pagos (1811), que luego se formaron 33 años después en las normales hasta llegar al escalafón que tienen y que los convirtió en un vehículo por donde ingresan los distintos modelos a la sociedad. Los otros son la iglesia y la familia. Estamos en el momento de volver a cuestionar tanto las dos maneras de ver la educación (desde la conducta y la acción), como de las dos formas de ver el sentido de la educación (como explicación y comprensión), al igual que las dos maneras de ver el ser en la educación (lo que se debe ser-lo que es) entendiendo que la persona se asume desde el tiempo (kronos-kairos), el espacio (noumeno-fenómeno) y el cuerpo (placer-dolor). También, de las maneras de entrarle al proceso de educación. Es decir, la educación vista como una acción cuyo sentido es la comprensión de lo que se es y de la explicación de su conducta, desde un tiempo o realidad, una espacialidad y una corporeidad qué al fin y al cabo, deviene en la relación que se establece entre el que enseña y aprende (relación interpersonal) o la alteridad.  En otras palabras, bienvenidos al regreso de la teoría crítica al proceso de la educación que en unas décadas nos deleitaron y nos hicieron soñar con una educación libre con los argumentos de Habbermas y sus seguidores o contradictores, Pablo Freire, Noan Chonski, Gianni Vattimo; sin descartar a Horkheimer, Benjamin, Adorno, Marcuse y, Fromm que cuestionaron el rol de los ilustrados versus maestros de la sospecha. Como no recordar esas discusiones en relación a: razón-lógica-corazón, deber-ética-placer y orden-estética-caos. Arriba en la versión actual, ese debate de la modernidad versus posmodernidad y de la perspectiva del mundo de la vida (objetivo-subjetivo-intersubjetivo). Como tampoco a Kant, Hobbes, Locke, Rosseau y Hume en el iluminismo y la ilustración cuando discernían sobre el futuro y su relación con el progreso, la cultura y la civilización. Es urgente seguir debatiendo sobre la educación como acción, proceso, intención y formación. Entre otras, de la educación tradicional (marcada por la tecnología en el proceso de enseñanza-profesor) hacia una significatividad epistemológica. O al otro extremo, expontaneista (centrada en el aprendizaje-alumno) bajo una significatividad psicológica que conduzcan a una educación constructivista bajo una significatividad didáctica. En esta dialéctica, no se puede dejar por fuera el rol del maestro que sugiere, insinúa, da pistas, conversa, examina, medita, propicia, abre espacios y, pregunta; pero que no da respuestas. Todo esto es lo propio de una educación crítica. Nada más vigente. Y lo es más, en esta coyuntura del Covid o postcovid, para reforzar que la educación por competencias (competencias genéricas y educación integral entre el ser, el saber y el hacer), es a la que le debemos apuntar. Que viva la educación libre. ¿Estamos preparados?.

viernes, 17 de abril de 2020

"Ya no se si es hoy.."

Columna publicada en el Diario la Nación el 15/04/2020


Es hora de realizar reflexiones en todas las áreas de la vida sobre lo que ha impactado o representará para nuestra existencia o de la humanidad (o de la sociedad) esta emergencia sanitaria. “Ya no sé si es hoy, ayer o mañana”, como mensaje divulgado en redes sociales, sirve de preámbulo a lo planteado por Edgar Morín (El País, 2020) sobre la desaceleración que cada uno de nosotros hemos tenido que adaptar en cuanto al ritmo cotidiano que ya no es cronometrado y jalonado como lo era antes. Así mismo, el hecho que debemos reapropiarnos del tiempo vivido (el interior) y el tiempo cronometrado (el exterior), reconquistando el primero como desafío político, pero también ético y existencial. Cómo estamos desacelerados, es pertinente cuestionarnos, como lo hiciera Henri-Lois Bergson (1859-1941), evocado por Morín- sobre el concepto del tiempo y, las dos formas de durar los seres en el tiempo (tiempo homogéneo y heterogéneo). Algunos, por estos días, habrán percatado la lentitud, rapidez o estancamiento del tiempo, según sus labores. Esta reflexión no ha parado a lo largo de la historia. Mucho menos ahora. Desde los inicios de la filosofía en Grecia, Heráclito con su concepto del devenir, indicó que todo fluye, cambia, se transforma y está sujeto a un cambio. En la filosofía antigua, fue Aristóteles quien formalizó que hay un antes y un después, es decir, se puede medir el tiempo al fragmentarlo en sucesos que sucedieron o que sucederán. San Agustín percibió el tiempo como una medida interna que se relaciona directamente con el alma. Para Immanuel Kant, desde la filosofía moderna afirmó que el tiempo es una forma de intuición a priori (no es ni absoluto, ni relativo), es una forma anterior a cualquier experiencia, a la sensibilidad en sí misma. Bergson, al respecto generó una disertación prolífica al insertar en esta discusión una metafísica del tiempo y lo concibió de dos formas: como tiempo real o verdadero, duración interna que fluye desprovista de toda medida (tiempo heterogéneo) y otra, un tiempo falso o espacializado o duración exterior del mundo de las cosas que no se integra a su realidad (tiempo homogéneo). Esto es, la concepción de duración como objeto puro de intuición, como dualidad, está a modo de devenir, es invención, cambio, transformación, elaboración constante de lo absolutamente nuevo. Así las cosas, el tiempo no es una realidad material. Hay que considerar que para captar la duración real se debe utilizar la intuición en vez del pensamiento y concebir el tiempo puro antes que el homogéneo. El tiempo real y el tiempo material son necesarios porque por medio de ellos tienen lugar en un solo y mismo tiempo los cambios más o menos auténticos a los que asistimos en nosotros mismos y el mundo exterior. Hay que comprender que la dimensión del tiempo es un horizonte inalcanzable para la mente humana, este es el fundamento de toda realidad, sólo podemos analizar su desenvolvimiento por medio de la duración. Hay que despertar por medio de una meditación filosófica que integre a la intuición y el razonamiento para de esta forma descubrir que la duración real habita en lo profundo de nuestro interior y esta es una herramienta esencial que posibilita la comprensión del ser humano y la eternidad (Araujo, M.A., 2018). Cuánto nos hace falta este tipo de meditaciones en estos momentos. Que viva nuestro tiempo heterogéneo en el nuevo tipo de sociedad a surgir.

miércoles, 1 de abril de 2020

SIN CAVERNAS, OSCURIDAD Y SOMBRA

Columna publicada en el Diario la Nación el 01/04/2020

En esta cuarentena, es valioso traer a colación los planteamientos o provocaciones de reconocidos pensadores, que se convierten en un faro para nuestras discusiones e incertidumbres. El filósofo español Emilio Lledó, invita a cultivar la inteligencia crítica y que el ciudadano sea capaz de plantearse las preguntas propias de una mente libre con relación a quien nos dice la verdad, nos engaña y, quiere manipularnos. A no temerle a la muerte. Plantea: “yo ahora mismo veo por mi ventana las hojas de los árboles. Dentro de poco empezará a explotar la primavera, y en la próxima estación esas hojas se caerán y el año que viene saldrán otras. Es la continuidad de la naturaleza, y esa continuidad no nos es dada a los humanos. Pero sí nos es dada la de nuestros ideales, la continuidad futura de aspiraciones como la verdad, la justicia, la bondad, la belleza. Todo eso prosigue. Esta coyuntura nos tiene que servir de algo como sociedad: que propicie un nuevo encuentro con los otros en la polis, en la vida en común” (El país, 2020). El sociólogo francés Alain Touraine, expresa que lo que estamos viendo no es una guerra entre ejércitos, sino algo humano contra lo no humano, una guerra sin combatientes. Es el silencio. Hoy hay un tal vacío. Hay ausencia de actores, de sentido, de ideas y de interés. incluso: la única preferencia del virus es hacia los viejos. Tampoco hay remedios ni vacuna. No tenemos armas, vamos con las manos desnudas, estamos encerrados solos y aislados, abandonados. No hay que estar en contacto y hay que encerrarse en casa. ¡Esto no es la guerra!. Nos encontramos en ningún lugar (puesto que no tengo derecho a salir a la calle), en una transición brutal que no ha sido preparada ni pensada.  Esta epidemia tiene lugar en un periodo en el que no sabemos ni cómo ni porqué. Es demasiado pronto para saber qué hacer económicamente. Y políticamente, no se nos pide otra cosa que quedarnos encerrados. Estamos en el no sentido, y creo que mucha gente se volverá loca por la ausencia de sentido. Creo que entraremos en un nuevo tipo de sociedad: una sociedad de servicios, como decían los economistas, pero de servicios entre humanos. Hoy no nos gobierna el virus, sino nuestra impotencia para combatirlo (El país, 2020). El filósofo y jurista italiano, Luigi Ferrajoli manifiesta que precisamente esta emergencia del coronavirus provocará un despertar de la razón, generando la plena conciencia de nuestra fragilidad y de nuestra interdependencia global. Por eso, hace más urgente y más compartida que cualquier otra catástrofe la necesidad de un constitucionalismo planetario que colme semejante laguna, mediante la creación, no tanto de instituciones de gobierno, que está bien que sigan confiadas sobre todo a los Estados, sino de funciones e instituciones globales de garantía de los derechos humanos. La democracia no admite excepciones, estados de alarma, de emergencia o de excepción para no cometer abusos (El País, 2020). El filósofo belga Michel Feher plantea un futuro para una izquierda alejada de patrones nostálgicos y adaptada a una sociedad que ha mercantilizado todas sus esferas. Todos (Estado, empresas e individuos) vendemos 24/7 nuestra reputación y servicios. Y la izquierda todavía no parece enterarse y vive anclada en arquetipos obsoletos, confundida frente a la ultraderecha. No hay salvación para la izquierda si no entiende cómo se conectan esas identidades en la actual sociedad del crédito (El País, 2020). Para el economista Alfredo Serrano Mancilla (2020) expresa que estamos ante un nuevo dilema civilizatorio con significativas consecuencias geopolíticas en el mundo, y por supuesto, para América Latina. Implica cuestionar el rol que ha asumido el Grupo de Lima y la OEA, y la ausencia de instancias regionales efectivas, el ahora rol protagónico de China o de EE.UU, la continuidad o no del neoliberalismo como racionalidad, sí Europa debe ser el espejo al cual imitar, sí Cuba es la nueva potencia en salud, y sí estamos en el nacimiento de un nuevo desorden económico global. ¿Que aportamos a estas reflexiones?.