Cumplido el encuentro nacional de alcaldes en Neiva, dentro
de los diversos temas tratados e inquietudes generadas, lamentos y peticiones
al gobierno, me llamó poderosamente la atención, varias frases manifestadas en
su conferencia por el Alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Pero en particular, cuando
las personas de una ciudad no tienen otra opción en la utilización del ocio o
tiempo libre, que asistir masivamente a los centros comerciales. “Cuando en una
ciudad, las personas asisten masivamente a los centros comerciales, es un
indicador de ser una ciudad enferma, una ciudad fracasada”. A todos los
asistentes, incluido el alcalde Rodrigo Lara, esta frase sonó como la caída de un
baldado de agua fría para todos los que vivimos en esta ciudad. Su explicación
la contextualizó así: una buena ciudad, es aquella donde podamos salir a sus
espacios públicos o peatonales de calidad (aceras, parques, transporte público,
eventos culturales, etc.), y allí, se encuentren como iguales tanto los ricos
como los pobres, sin sentimientos de informalidad o exclusión para caminar,
conversar, divertirse y sentir placer del aire libre y seguros. Prácticamente,
que en una buena ciudad no debería haber centros comerciales para encerrarnos y
pasar un día entero allí una y otra vez. Que las personas somos seres que
caminan, no para sobrevivir, sino para vivir. Que los niños son más felices en
los espacios abiertos o públicos que en los centros comerciales y que eso está
demostrado. De ahí la razón para que una ciudad invierta y compre desde ya,
para que en el futuro de 100 o 1000 años cuente con muchos espacios públicos
verdes que sirvan de parques, peatonales, ciclorutas, lagos, frentes de agua
(conservación y limpieza de los ríos), etc., como lo hiciera Nueva York desde
1860 y otros ejemplos a revisar. Todo esto contribuye a tener una ciudad que
sea una ventaja comparativa no imitable con la mejor gente (alto potencial
humano), con altos indicadores de felicidad e igualdad, prevalencia del interés
general sobre el particular, respeto por los recursos públicos (sagrados) y,
aprovechamiento de los ríos como el gran tesoro dado que el agua es mágica. Remató
su intervención, que los frentes de agua son lo más valioso de una ciudad.
Prácticamente indicó, que la circunvalar debería desaparecer como paso
vehicular (sacar los carros) y darle paso a un sendero peatonal sin precedentes
por tener al lado nuestro rio magdalena y, que se construyera el mejorar complejo
habitacional como en otras ciudades del mundo que se dieron cuenta de ello. Que
deberíamos trabajar para convertir al rio magdalena como un imán, en especial
por su paso en la ciudad de Neiva, donde la gente quiera vivir cerca del rio
más querido y valorado por los colombianos embellecido por senderos peatonales,
parques, ciclorutas, etc. ¡Ojo Neivanos!.
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