Cuando uno lee los diversos documentos que se refieren a
las razones por las que un país, territorio o comunidad de personas son más
felices o sienten altos grados de felicidad; lo que uno evidencia es que
definieron previamente una misión y visión clara de la buena vida y de la
capacidad de resolver de forma exitosa las cosas con una alta motivación. Es
decir, apropiaron, además de aplicarlo disciplinadamente, los tres propósitos
de la felicidad: Placer, propósito y
orgullo. Colombia, siempre aparece en el ranking mundial de ser uno de los
países más felices. Aunque poco indaguemos sobre los indicadores que se apliquen
para efectuar en esta medición en el caso de nuestro país. Ahora que nos
encontramos haciendo el balance del 2017 y las metas a realizar en el 2018, es
necesario que pongamos como punto central de ese análisis si queremos seguir
experimentando más o mayor felicidad, en particular, en el territorio huilense.
Esto es, poner como reflexión estos cuestionamientos: ¿cómo perseguir objetivos
con mayor recompensa?, ¿cómo encontrar mayor satisfacción al cumplir las
metas?, ¿cómo gestionar comunidades que apoyen y no obstaculicen?, ¿qué lugares
son más felices o lo podrían ser dentro del Huila?, y ¿Cuál es la obra de mi
vida que contribuye a generar espacios de felicidad colectiva y de calidad de
vida?. Siempre hacemos planes de vida personal, pero debilitamos la posibilidad
de adoptar, promover e impulsar planes de vida colectivos. O quien conoce un
plan de vida colectivo, distinto al plan de desarrollo promovido por los entes
territoriales o entidades públicas y privadas. Bueno. Unos dirán que para eso
está la Constitución Política que consagra el sueño a lograrse en el Estado
colombiano. Si bien es cierto esos deseos (principios) están plasmado allí, en
los territorios se debe impulsar una misión y visión que conduzca a tener una
comunidad de personas mucho más motivadas, exitosas y felices. Valioso efectuar un ejercicio para articular en
uno solo plan del Huila, los 37 planes de desarrollo del Departamento, los
planes de desarrollo territorial, la sumatoria de otros planes (CTI, Agenda
Interna…), lo ordenado por los Acuerdos entre el gobierno y las FARC y su
reglamentación a través de los actos legislativos, leyes y decretos. Todos esos
mecanismos de planeación, deberían consolidarse en un “libro blanco” sobre la
gestión de la felicidad para los huilenses. En esta tarea debería ayudar la
universidad pública y privada presente en la región. A partir de allí,
establecer la cátedra de la felicidad, para cautivar a todos los huilenses en
las bases de una sociedad que experimenta más felicidad y con mejores niveles
de calidad de vida. Sobre estos puntos girará mi reflexión de feliz año nuevo.
Personalmente, le he apuntado a algunos aspectos en mi ejercicio profesional.
Feliz año nuevo.
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