ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

sábado, 10 de julio de 2021

30 AÑOS DE LA CONSTITUCIÓN

Columna publicada en el Diario la Nación el 07/07/2021

El domingo anterior se cumplieron 30 años de haberse promulgado la Constitución Política de Colombia. Un hecho, que nos marcó la vida a quienes en 1990 y 1991 habíamos cumplido los 18 años. Pero también, a quienes nos motivamos previamente en la gesta de lo que significó la séptima papeleta y que concluyó con esta Carta Fundamental de 1991. En ese instante, era estudiante del grado once del glorioso Colegio Nacional Simón Bolívar de Garzón. No me involucré en este movimiento estudiantil por que me hayan indicado los profesores, ni compañeros estudiantes. Terminé vinculado porque me interesé por lo temas políticos. En ese momento, se gestaba la candidatura al Senado de Carlos Corsi Otálora, por el movimiento Laicos Católicos por Colombia. Una alternativa diferente en esa época para quienes no nos sentíamos identificamos ni con las órdenes ni con el equipo que conformaban José Antonio Gómez Hermida, Julio Enrique Ortiz Cuenda, y menos con Cesar Ucros Barros. En Garzón, también se procedió a votar por la séptima papeleta por algunos jóvenes, que sí bien no montamos una organización para el tema, no habíamos coordinado con los de otras regiones ni ciudades, pero por el voz a voz allegado, sentíamos la necesidad de ser parte de un verdadero cambio. No lo dudamos en reclamar la fotocopia de esa denominada séptima papeleta y depositarla junto a los otros tarjetones en nuestro ejercicio de voto ante la registraduría. Este es un sello que nos identifica. Que nos hace sentir orgullosos de nuestra participación en este hecho histórico de nuestra vida constitucional. Desde ese instante, no le perdimos de vista a todo el proceso para la selección de los dignatarios a la Asamblea Nacional Constituyente, su conformación y luego discusión de los temas hasta producirse el articulado de la Constitución Política, así como su posterior pedagogía para entenderla. Luego, ingresé a estudiar Derecho en la Universidad la Gran Colombia en Bogotá en 1992. Precisamente, el plato fuerte de la carrera, estaba en estudiar toda la nueva institucionalidad creada por la Constitución Política y las comparaciones con la Constitución de 1886 que había agonizado. Con fervor, los magistrados de la naciente Corte Constitucional como Antonio Barrera Carbonell, Vladimiro Naranjo Mesa y Carlos Gaviria Diaz contribuyeron en el fortalecimiento del área del derecho constitucional para entender lo que ocurría. El estar presentes en esa coyuntura, no ha permitido que nos desliguemos de lo que ha pasado con la Carta fundamental en estos 30 años. Lamentablemente, su esencia, no se ha desarrollado aún. Por el contrario, con las reformas realizadas a través de Actos legislativos, el Acuerdo de Paz incorporado y sus más de 2000 leyes expedidas, han oscurecido su panorama y han impedido cumplir su propósito de Estado Social de Derecho instaurado (al menos en el texto constitucional). Tanto, que ahora repetimos como loras, que lo que se debe cambiar es el modelo económico. Que esa Constitución fue creada para un modelo económico diferente con el que se tiene. Ojalá Chile, no repita lo de Colombia, cuando, casualmente acaban de instalar su convención Constitucional. También, que el movimiento que persiste con posterioridad al paro nacional de Colombia, no baje la guardia frente a la exigencia del respeto de la Constitución. Sin embargo, sería bueno recordar por qué la Constitución de Estados Unidos es tan corta, sin tantas modificaciones. Igualmente, cómo funcionan Inglaterra, Nueva Zelanda, San Marino e Israel, que no tienen constitución.  O los casos especiales de Canadá, Libia y Omán. 30 años, son 30 años. Viva la Constitución de 1991.    


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