Columna publicada en el Diario la Nación el 21/07/2021
Ya estamos en la última legislatura del
Congreso de la República 2018-2022. Año complicado porque será de campaña
presidencial. Los proyectos no fluyen como el primer y segundo año de posesionado
el presidente de la república. Aun así, como en una piñata, los parlamentarios
huilenses tienen su ego alto con relación a sus propuestas de proyectos o
iniciativas legislativas. Pregonaron que radicarían proyectos en esto, en
aquello y como en botica, para todo. Pero ya no comemos cuento. Menos de los
politiqueros. Hoy las fuerzas son otras y están en otros lados. Los movimientos
sociales liderados, no por parlamentarios, han puesto de presente otras
necesidades, realidades y estrategias. Sin embargo, a beneficio de inventario, y
como justificación a los pocos incautos, indicaron en qué trabajarán. Bueno,
estarán dedicados. La senadora Esperanza Andrade centrará su esfuerzo en lograr
que se implemente la pena de prisión perpetua revisable para feminicidas, el
reconocimiento de la existencia jurídica de la persona desde su concepción,
como prevenir-remediar y sancionar la violencia intrafamiliar, instauración del
mecanismo de arbitraje para procesos ejecutivos, entre otros. La tiene
complicada senadora. No alcanzará la batería. Amanecerá y veremos. En la otra
orilla, el senador Rodrigo Lara, se enfocará en los proyectos de acoso judicial
a periodistas, la regulación y sanción del porte ilegal de armas y lograr que
las EPS e IPS asignen citan inmediatas con especialistas en el sistema de
salud. Es una tarea para los superhéroes de comics. Pero también están en
pandemia. El senador Rodrigo Villalba, se dedicará con su iniciativa de
proyecto a congelar la nómina de los altos salarios del Estado. Imposible
lograrlo. Más fácil, el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados
Unidos. El senador Ernesto Macías, se la jugará con ahorro fiscal en el
congreso bajo el argumento de la reducción del número de congresistas, de sus
unidades de trabajo legislativo, servicio telefónico, tiquetes aéreos, viajes,
reajuste de salario y otros. Algo imposible que no hizo como presidente del
Congreso iniciando con partido político y presidente amigo, así no le alcanzara
el sueldo. Menos ahora en esta coyuntura. De los representantes a la cámara, es
como concertar con los niños más chiquitos de la piñata, sobre cuantos juguetes
alcanzarán o obtener. Flora Perdomo, se
enfocará con sus proyectos sobre el desarrollo empresarial femenino, protección
de la producción panelera, reconocimiento al trabajador rural y estará
pendiente de los proyectos radicados por el gobierno (reforma tributaria, ley
de tierras e iniciativas que buscan la reactivación económica del país). Lo
dije. Los grandes de la piñata no la dejarán correr. En cuanto a Jaime Felipe
Lozada, debatir reforma de la salud (no indicó en qué se la jugará), lograr la autorización
del retiro de parte de ahorros de fondos privados de pensiones y su proyecto
estrella: lograr homenajear el personal de la salud por su esfuerzo en esta
pandemia. Ahí vemos el niño de la piñata sus dotes de estadista. En cuanto a Julio
César Triana, defenderá iniciativas hasta ahora no materializadas como el
recorte de los periodos de receso del congreso. Será el niño diferente de la piñata.
Lo no realizado en 211 años, con su apoyo ¿se cristalizará?. Y como meta
altruista insistirá (pero cómo) en la reforma a la justicia. Me niego a creer
este logro. De pronto pueda con el pago de pasantías universitarias por aquello
de la gratuidad de la educación. Y Henry Cuéllar, el aprendiz del Congreso, la
tiene cruel con sus metas: el proyecto de ley de creación del fondo de
estabilización de precios de la panela, reformar las leyes 2a de 1959
(ambiental) y 1900 de (predios y parcelas), temas que puede referenciarlos desde
el paquete de los PDEET. No le alcanzará. Le quedará sólo el aprendizaje y la
palomita de los vicios que se adquieren y no se pueden borrar cuando se pasa
por el congreso. Ninguno de ellos habló
de un Proyecto en conjunto. Cada uno por su lado. Imagínese que el Diario la
Nación hubiese preguntado a todos los parlamentarios del país, cuales serían
sus propuestas a radicar o que radicaron. Se repite lo mismo. Lo bueno, lo
humano y lo divino. Pero un proyecto, coyuntural que contribuya a salir de esta
coyuntura, pareciera que se deja al gobierno. Y por eso vuelve y juega reforma
tributaria. Lo importante, es que la tienen complicada. Y difícilmente
repetirán curul con tanto proyecto a diestra y siniestra que no se concretará.