Columna publicada en el Diario la Nación del 17/08/2022
El pasado 11 de agosto, la gerente del Hospital
Universitario de Neiva comunicó a la opinión pública que se declaran en
emergencia hospitalaria funcional, debido a que en los dos últimos meses “hemos
superado nuestra capacidad instalada para la atención de pacientes con
patología psiquiátrica aguda, tanto en el servicio de urgencias de adultos como
en hospitalizados en la unidad mental. Actualmente la ocupación de los
pacientes psiquiátricos en el área de urgencias corresponde al 30% con respecto
al total de la capacidad instalada (normalmente del 10%)”. El comunicado efectúa
un vehemente llamado a las diferentes entidades del orden territorial,
municipal y departamental, para que a través de las empresas aseguradoras de
planes de beneficios se active una red alterna que garantice la
contrarreferencia de estos pacientes. Y de manera contundente, conmina a los
actores de salud para que realicen estrategias que limiten a la urgencialidad
de estos pacientes. Finaliza su llamado urgente, con la advertencia que “ante
la imposibilidad de garantizar un servicio de las emergencias que lleguen a la
institución, estarán sujetos a la disponibilidad de camas en el hospital”. Un
llamado a gritos para todos. No sólo a las aseguradoras. Ya se advertía en el
informe reciente de la Organización Mundial de la Salud-OMS el cual expresa que
dados los efectos de largo alcance de la pandemia de COVID-19 y su aprendizaje,
el enorme costo para la salud mental de las personas ha aumentado. Así mismo, las
tasas de trastornos que ya son comunes como la depresión y la ansiedad
superaron en un 25% durante el primer año de la pandemia, sumándose a los casi
1000 millones de personas que ya sufren algún trastorno mental. Aquí, también
se hace un llamado a generar conciencia de la fragilidad de los sistemas de
salud que intentan atender las necesidades de las personas con trastornos
mentales, bien sean de reciente aparición o preexistentes. El tema se
recapituló hace unos días en la capital de la república al poner de presente
esta urgencia que hoy comunica el hospital, en cuanto a las medidas que deben
tomarse en Colombia para paliar el crecimiento desmedido de situaciones que
comprometen la salud mental de los colombianos y desplegar todas las
estrategias en la vigilancia epidemiológica, prevención e intervención
tempranas de eventos que la comprometan. Esto no es un juego. Es real. Ocurre
en nuestro seno familiar. Pilas. Estamos enfermando o mejor, estamos ya
enfermos. En especial, los niños. Los trastornos de (ansiedad, pánico,
obsesivo-compulsivo, fobias, bipolar, del estado de ánimo, alimentación,
personalidad, estrés post-traumático y psicóticos incluyendo la esquizofrenia),
depresión y, taquipsiquia; nos están ganando la batalla frente a la lucidez
mental. Por lo tanto, a estas alturas ya no podemos seguir creyendo en estos
mitos para justificar lo injustificable: 1) que los problemas de salud mental
ya no me afectan, 2) que los niños no tienen problemas de salud mental, 3) que las
personas que padecen problemas de salud mental son violentas e impredecibles, 4)
que las personas con necesidades de salud mental, incluso quienes controlan su
enfermedad mental no pueden tolerar el estrés de mantener un trabajo, 5) que las
debilidades en la personalidad o las fallas en el carácter causan problemas de
salud mental, 6) que las personas con problemas de salud mental pueden
deshacerse de ellos si lo intentan, 7) que no hay esperanzas para personas con
problemas mentales, 8) que una vez que un amigo o familiar desarrolla un
problema de salud mental, nunca se recupera, 9) que la terapia y la autoayuda
son una pérdida de tiempo, 10) que ¿para qué molestarse cuando uno puede tomar
una pastilla?, 11) que no puedo hacer nada por una persona con problemas de
salud mental, 12) que la prevención no sirve, y 13) que es imposible prevenir
una enfermedad mental. Al contrario. La realidad para cada uno de esos mitos es
desgarradora. Un reconocimiento a la gerente del hospital que activo el botón
de la alarma regional, lo cual se reproduce en el contexto nacional. Esto es de
todos y nos compete a todos.