ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

miércoles, 30 de marzo de 2016

NO DESEOS, SI ACCIÓN SOCIAL

Miércoles, 30 Marzo 2016 05:41          

      

Escrito por   y publicado en el Diario la Nación                
    Con la promesa incumplida del 23 de marzo, ya uno no sabe que esperar. Lo único cierto es que no podemos bajar de guardia sobre el cambio que debe darse en nuestro país. Es necesario seguir con las discusiones que permitan prever los escenarios que queremos en las próximas tres décadas. Somos conscientes que en ese nuevo país que deseamos debe estar cimentando en un modelo de economía básica y productiva completamente distinta al vigente; con un sistema de propiedad diferente; con una estructura tributaria incomparable; sin inequidad salarial; con un verdadero reordenamiento territorial que promueva la descentralización espacial con autonomía y, surtirse entre otras cosas, una modificación en el sistema de participación política y, una profunda reforma en la administración pública, para que ésta se dé, incluso, dentro del mismo territorio.

    Sobre todo, hacer de cada ciudadano un cambio de revolución cultural, donde se respete la Ley, la Constitución y la autoridad y a nosotros mismos ya que no lo hacemos. Esto implicará una reconstrucción de la ética y del servicio público centrado en el mérito. El núcleo de todo es que nosotros tenemos que construir una nueva institucionalidad pública, en la cual el mérito y la igual dad de acceso sea el principio a partir del cual funcione todo el aparato administrativo y organizativo de la organización social que tenemos (Estado). Que esa nueva organización o estructura pública requerida sea capaz de construir o deba responder a necesidades territoriales y poblacionales a través de una gobernanza que implique consensos, concertaciones y diálogos propios de una acción social fortalecida. Nada de esto se dará sin la acción social.

    Los ciudadanos de Colombia (obreros, campesinos, indígenas, barriadas, etc.,) no están debidamente organizados, no saben protestar, no saben concertar, ni interlocutar y mucho menos ni dialogar con el Estado. Como tampoco, se tiene el lenguaje técnico para dialogar con los servidores públicos. Impera el desconocimiento para manejar los formatos dispuestos por la administración pública y sus diferentes dispositivos para dialogar con burócratas. Mientras no nos organicemos, mientras no nos eduquemos, sino cambiamos la mente y las instituciones para responder a la complejidad de las relaciones, no tendremos cambios a la vista pronto. Necesitamos educación, organización, Acción social. Cambiamos y construimos una nueva gestión pública sólo si los ciudadanos tenemos el valor para trabajar en ese cambio social. No puede haber organización social ni acción social sino estamos educados, incluso políticamente. No puede haber participación o interlocución con el Estado si este no ayuda, sino es el motor del desarrollo, sino ayuda con recursos, sino capacita. Ese debe ser el nuevo rol del Estado en los próximos años o décadas. Nos más deseos, retórica, sueños, anhelos. Iniciemos con la acción ya. Entendida esta como “Acción Social”.

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