ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

miércoles, 16 de marzo de 2016

CON LA MENTE CASTRADA

Miércoles, 16 Marzo 2016 05:50
 
 Columna escrita en el Diario la Nación por              

En Colombia constituye una amenaza decir la verdad, está prohibido la crítica, el pensamiento libre y el no al unanimismo. Decir la verdad es un problema público expresó en una oportunidad, Trotsky.  Esto es una calamidad porque significa la mayor evidencia de lo atrasados que estamos en nuestro país en la capacidad de crítica para mostrar la realidad. No tenemos el valor social de decir esto es una porquería, es una mierda lo que está ocurriendo y un peligro público si seguimos así. Máxime, cuando son unos pocos los que tienen un pensamiento moderno. Pone la piel de gallina, al observar casos aislados como los de Brasil donde más de tres millones de personas protestaron en las calles y piden la renuncia de su Presidenta.

Pero aquí, con todos los desastres (no solo naturales) que padecemos por las acciones de los gobernantes, cuando el Estado está asaltado, cooptado, se lo han robado por intereses económicos, cuando una Ley se tramita pero cada artículo de la misma tiene un dueño, cuando la corrupción termina siendo el principal cáncer, cuando prolifera la demagogia, el desequilibrio entre el sueldo de un parlamentario y el salario mínimo, cuando advertimos las mafias en la justicia (incluso en su organización administrativa), cuando la salud y la educación han pasado a ser un negocio, entre otros aspectos; pareciera que todo está perdido. No obstante, aquí es donde necesitamos fortalecer la crítica, apoyar más la oposición y, con los cojones bien puestos, decirle (gritar por todos los medios) a los gobernantes que son unos inútiles cabrones e interesados dada su mala, pésima e ineficiente gestión e interés marcado en lo personal. Necesitamos posicionar el lema: “El cambio lo construimos con análisis crítico”.

Si algo de ganancia ha dejado este discurso de la paz auspiciado por el gobierno, es que el país, tiene que enfrentarse a la verdadera democracia, que no es otra cosa que el de la dialéctica. Que finalmente, cualquier diferencia entre partidos o cualquier discusión se tendrá que resolver es en la Administración Pública. Ello implicará en el hecho de que tenemos que avanzar en términos de igualdad y respeto por lo que los demás sienten y expresan.

No podemos resolver o construir la paz con las instituciones que tenemos, ni con los actuales políticos que aparentemente nos representan. Tenemos que generar unas nuevas relaciones entre el Estado y la Sociedad a través de un conjunto de políticas públicas que garanticen derechos.


Si no cambiamos la mente y las instituciones para responder a la actual complejidad de las relaciones Estado-Sociedad, continuaremos peor. Necesitamos educación, organización y, acción social para el cambio social pero con mayor osadía, suerte o privilegio de participar activa y políticamente a partir de la diferencia de ideas. Que no seamos fusilados por la crítica.

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