Columna publicada en el Diario la Nación, el 23 de noviembre de 2016
Por casualidad asistí a una socialización de la Secretaría
de Cultura de Neiva en la Institución Educativa María Cristina Arango, del proyecto
para organizar con niños de las diferentes comunas, la creación de la gran
orquesta sinfónica en la capital huilense. Muchos invitados, pocos
seleccionados. Confieso que me colé para vigilar a mis pequeños que deseaban
saber de música, orquesta, tocar instrumentos, etc. Bueno, también quería
aprender. Así fuera de observador. Desde la primera clase, la sentencia del
maestro Norbairo Valencia quien le correspondió la comuna que aglutina a
Cándido, Granjas y Tenerife: “el que atiende, entiende, y el que entiende,
aprende”. Luego apropió en los niños, lo siguiente: “debemos memorizar (retentiva),
ser analíticos y tener método para no olvidar partituras. Para ser un buen
músico se necesita tener sentido rítmico y exteriorizarlo con ejercicios (boca
y palmeo). Incluso, al bailar se necesita llevar el compás con fluidez. Cada
uno de nosotros tenemos un mundo sonoro, de acuerdo a su sentido rítmico. La
música se hace con el oído y, la mente lo entiende. Es decir, si para un pintor
la materia prima es la pintura, para el músico es el sonido”. Además de
explicar los significados de gramática o teoría de la música y, palabras
desconocidas para muchos como piano, pentagrama (sus 5 líneas y 4 espacios),
solfeo, melodía, el signo de clave, figura de notas, compases, redonda, blanca,
negra, corchea, semicorchea, dictado musical, entre otras; remató: “la regla
es, aprender. En la vida hay oportunidades que no podemos desaprovecharlas como
esta. La música buena (clásica) o mala la puede estudiar cualquier ser humano.
No quiero niños que vengan a pasear y que lleguen tarde. Tampoco con pereza, ni
que hablen con el compañero, los quiero concentrados. Es una clase diferente.
El profesor no se la gana suave. Las autoridades no entienden todo lo que toca
lidiar con niños. Creen que es inflar y soplar botellas. Lo más maravilloso es
que los padres miren a sus hijos ya cuando toquen. Esto es muy importante en
niños y jóvenes para el desarrollo de la cultura y en la vida. Vale la pena el
esfuerzo de padres de familia y de todos. Primera gran orquesta sinfónica de
comunas en Neiva, es histórico.” Como excepcional testigo, desde septiembre,
octubre y lo corrido, esto se ha cumplido literalmente. La magia de
transformación de los niños participantes es visible. Ya suenan con melodía los
instrumentos toda la semana. Un espectáculo único. Prepárense neivanos para la
velada y para recibir en las comunas a esta gran orquesta (con más de cien
niños) en cada novena de aguinaldos. Esta sí es una verdadera inversión para
empoderar a Neiva musicalmente. Un proyecto que merece todos los aplausos,
reconocimientos y continuidad. No me perderé la cita en primera fila.
¿Ustedes?.