Columna publicada el 5/06/2024 en el Diario la Nación
Una encrucijada para quienes tenemos la oportunidad de escribir en este importante medio de comunicación y espacio. Por un lado, el triunfo de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de México. No solo por lo que representa el hecho de llegar a dirigir un país en la que en su historia de vida republicana no ha sido gobernado por mujer alguna, sino por contar con la bendición de un gobierno que culmina y los retos si hace o no caso o se desmarcará totalmente de su padrino. Por otro lado, los hechos de corrupción que enmarcan al actual gobierno: El “Olmedazo o, Sneyderdazo” y todo ese intríngulis que involucró a los presidentes de cámara y senado y otros honorables senadores y representantes y hasta el ministro estrella del Interior y alta consejera presidencial. Me pregunto, ¿cómo hubiese sido la reacción de Petro y todo su combo si estuvieran de senadores y no en el poder sobre este entramado? La verdad es que, por puro honor, varios ya tendrían que haber renunciado con tamaños señalamientos. No cualquiera. Pero no, al parecer nuestro Estado está en plena vivencia de las crónicas de Narnia. Y para alquilar balcón, el mundo de dudas generado por el presidente en torno a si constituyente, poder constituido y/o poder constituyente para reformar o cambiar la Constitución del 91, más la afirmación del excanciller Álvaro Leyva, en cuanto que el expresidente Santos no leyó el Acuerdo de Paz con las FARC antes de firmarlo. Bueno, entre otros tantos temas de trascendencia nacional. Sin embargo, ante la poca o nula cacaraqueada que se ha dado frente a la renuncia del Defensor del Pueblo, Carlos Ernesto Camargo Assis, vale la pena retomar su llamado nacional previo a dejar el cargo que el recrudecimiento de la violencia en Colombia y la expansión gigantesca de las estructuradas armados al margen de la ley a lo largo y ancho del territorio colombiano no cesan. Mucho menos las violaciones de los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Que el Clan del Golfo ahora hace presencia en 392 municipios, el ELN en 232, las disidencias de las FARC en todas sus modalidades en 291 que cubre 21 departamentos. Sentencia que el gobierno nacional se dejó coger ventaja de los grupos armados. Que estos montaron una especie de Estado paralelo en varias regiones, como el bajo Cauca y Urabá Antioqueño, Chocó, Valle del Cauca, Catatumbo, Área Metropolitana de Cúcuta, Magdalena medio, sur de Bolívar, Arauca, Caquetá y Orinoquía. Que la gente está visiblemente atemorizada, porque la expansión continúa de manera escalonada y significativa por estos grupos ilegales donde ya hoy por hoy no sólo ejercen un control territorial sino claramente un control social sobre las poblaciones. Cómo no nos vamos a preocupar. Frente a estos temas es que sí es contundente que el pueblo se movilice. Por favor, auxilio, gobierne. No más cortinas de humo.
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