Hace unos días se realizó en
Buenos Aires (Argentina) el seminario internacional: “Estado, Gestión Pública y
Desarrollo en América Latina” en la Universidad de Buenos Aires (UBA) con la
participación especial de los profesores Michael Mann de las universidades de
Cambridge y California, Guy Peters de Pittsburgh, Oscar Oszlak del Centro de
Estudios y Sociedad (CEDES), entre otros destacados y renombrados pensadores globales
sobre estos temas. Los objetivos: identificar obstáculos para una mejor
comprensión del Estado, la gestión pública y el desarrollo en América Latina; verificar
supuestos con los que se están trabajando para superar estos obstáculos y; Dirigir
la atención a lo que se apunta (futuro deseable). La discusión se centró en la
comprensión de los determinantes de la economía política de los procesos de desarrollo,
posible divorcio entre el Estado, Sociedad Civil y mercado. Un verdadero
regocijo escuchar estos expertos sobre el nacimiento del Estado y su
transformación (absolutista y colonial del siglo XVI-XVIII, liberal e imperial
del XIX e inicio del XX, bienestar de
inicios del XX hasta los años 70s, neoliberal o posmoderno desde 1970 al 2016).
También, sobre el origen, paradigmas, enfoques y transformaciones de la
Administración Pública. En particular, su análisis desde finales del siglo XIX teniendo
como inspiración para su cambio; la segunda revolución industrial, la nueva
figuración, neoliberalismo, posmodernidad, reformas estatales de segunda
generación, neoweberianismo, hasta pasar por la nueva gerencia pública, la reinvención
del Estado o Estado Empresarial, el buen gobierno o gobernanza, gobierno
electrónico-egoverment, enfoque del servicio público, y el actual, gobierno
abierto. Todos coincidieron en los modelos impuestos, pero definitivamente, que
no podemos seguir con el modelo de Estado de hace siglos, ni siquiera el del XX.
Que al tener una sociedad que cambia vertiginosamente, nos obliga a repensar el
rol del estado, la gestión pública y el desarrollo, no sólo en América Latina. Implica
un imperativo: conocer cómo se gestiona el estado y la administración pública,
qué hacer desde el estado y, cómo encontrar un camino sostenido en el rol del
estado para tener un buen desempeño esencial en la implementación y ejecución
de políticas públicas inclusivas. Tenemos que diseñar el funcionamiento de
nuestro Estado, su influencia y el de las Instituciones en el Desarrollo. Entender
que la realidad de hoy del Estado, sus cambios y los cambios del siglo XXI
hacen que deba ser diferente ante los nuevos roles en derecho y justicia de los
ciudadanos, puesto que esto está cambiando y moviendo su agenda en este siglo
XXI. La transformación del Estado hoy cobra mayor fuerza. Las instituciones del
Siglo XX no nos sirven actualmente. Los objetivos de desarrollo sostenible, políticas
públicas inclusivas, desastres naturales, fenómenos migratorios, trato digno,
crimen organizado, corrupción, etc.; están amenazando la posibilidad de mejores
instituciones. ¿Estamos en esa onda
miércoles, 29 de marzo de 2017
miércoles, 15 de marzo de 2017
CAMINO CON PIEDRAS
Columna publicada en el Diario la Nación el 15/03/2017
Apropósito del slogan del Plan de Desarrollo del Huila: “El
camino es la educación”, ya es hora de examinar que tan empedrado se encuentra
para hacer del Departamento uno de los más aventajados, o por lo menos que no
sea de los últimos, en materia educativa en Colombia. A propósito, las
universidades, o las mismas instituciones educativas aún no se han puesto a
tono con esta temática, a excepción de ver que recursos se tienen para actuar o
ser beneficiario de los mismos. Muy lento su actuar. La necesidad de verificar
este asunto, obedece en especial, a que en deserción o retención escolar esta no
da tregua. Muchos niños no continúan su ciclo escolar normal. En conversaciones
desprevenidas de pasillo con algunos funcionarios de la Secretaría de Educación
(Departamental), sobre las razones o percepciones aludidas, se encuentran: Un
niño deja de asistir a la Institución Educativa por el constante cambio de
domicilio de los padres (más cuando estos son campesinos que aún se comportan
como nómadas), porque no cuentan con los medios para llegar a clase y
permanecer en ella (alimentación y transporte), porque la tecnología ha creado
unas brechas entre quienes la manejan y no, por las malas instalaciones de una
institución educativa que ya no son llamativas o atractivas como en otras partes del país, porque la
tecnología en las mismas es obsoleta, porque se carece de lúdica y, porque los
padres de familia, se acostumbraron a un Estado paternalista. Pero en especial,
lo que más llamativo resultó del conversatorio, es que el profesor es la
principal causa de la deserción. El potente argumento, se reduce al hecho de
haberse invertido muchos recursos en capacitación sobre metodologías nuevas del
siglo XXI, pero los profesores no la aplican. Además, que el profesor ya no
quiere estudiar porque se acabaron los puntos para subir de escalafón. Tampoco,
quieren complicarse con los niños que jodan mucho. Aquí salió a relucir el tema
sobre el alto porcentaje de profesores viejos que no se aguantan ni ellos
mismos, mucho menos niños. Que van mal vestidos a la escuela, que no quieren cambiar,
y sumado, el resentimiento contra el sistema; lo cual eso, se lo transmiten a
los niños. Incluso, se efectúo la comparación con colegios o escuelas donde los
profesores no superan los 30 años y tienen maestría (amplia cultura), con
procesos y proyectos de investigación activos, con apropiación de modelos
pedagógicos centrados en la lúdica, inteligencia emocional, programación
neurolinguística, disciplina positiva, psicología positiva, inteligencias
múltiples, etc. Además, de ir bien vestidos y como ejecutivos a la Institución para
vivir un día maravilloso con los niños. Ante esto, surgió una propuesta para
disminuir estadísticas de deserción. Debe tocársele el bolsillo (sueldo) a cada
profesor que deje ir un niño del sistema. Al debate.
miércoles, 1 de marzo de 2017
APUESTA TURÍSTICA
Columna publicada en el Diario La Nación, 1 de marzo de 2017
Hace
unos días con bombos y platillos asistimos al conversatorio con la viceministra
y ministra de industria, comercio y turismo para recordarnos sobre el futuro de
la apuesta en turismo en el Departamento del Huila. Se habló de lo divino y lo
humano en cuanto a las bondades que tenemos a disposición de los habitantes del
planeta para visitarnos. Se expresó en este encuentro, que ya se tenía la
puesta en marcha de la marca Huila, se había remodelado y cambiado la función
de la casa fiscal (en Bogotá) como casa Huila, un contrato plan paz, superada
la definición del clúster turístico, corredores turísticos, comités turísticos,
encuentro nacional de operadores turísticos, policía de turismo,
emprendimientos turísticos mediante tics, instrumentos de financiación línea
bancoldex, estrategias y paquetes de promoción de nuestros lugares mágicos,
placas huella, hacienda potosí; entre otras cosas que nos dejaron anonadados y
perplejos. Un evento similar (en forma de taller) ya había realizado la cámara
de comercio finalizando el mes de septiembre sobre “la internacionalización del
turismo de reuniones” para conocer cómo se gestionan eventos con valor agregado
para el turismo internacional y las herramientas para la plantación,
organización y promoción de eventos. Esto está bien. Pero en las dos ocasiones,
las conversaciones de pasillo de los asistentes los interrogantes más comunes
era: ¿cómo acompañar, promover y financiar pequeños emprendimientos en el
sector?, que el turismo sin seguridad no se da, sin inversión menos, no puede
aislarse de la cultura ni del de eventos o convenciones , ¿cómo encadenarlo con
la parte hotelera?, ¿cómo superar la tasa de informalidad?, que donde están los
cursos de formación sobre guías turísticos, que había poca gestión de proyectos
sobre este sector, que el tema de aerolíneas era complejo, sobre la posibilidad
de contar con una zona franca para apalancar el clúster, no había apoyo físico
de los convetion bureau, se requería más centros de convenciones, donde quedaba
el turismo personalizado, era necesario más y mejores apps y portales de
turismo; es decir, se preguntaban si estaban verdaderamente preparados los
empresarios, operadores de eventos y de
hoteles sobre el tema. Además, de la regla
mágica que les permitiera la unión y organización como empresarios para
dinamizar la oferta superando los individualismos y egoísmos y la competencia
desleal. Ello con el fin de superar ese pensamiento individualista queriendo
abarcar todo, y más bien fortalecer y lograr traer a nuestro departamento
eventos y turistas para una mejor proyección a nivel nacional y porque no
mundial. Hasta aquí sin problemas. Pero sí se advierte, es la poca o nula
formación en legislación turística, en la aplicación de las normas técnicas sectoriales
que desde marzo entran en vigencia, en programas cortos, técnicos, tecnológicos
y profesionales en formación turística, de un plan estratégico construido como
sector o clúster principalmente. ¿Falta o sobra?.
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