Martes, 09 Septiembre 2014 00:00Columna Escrita por Obert Alejandro Ortiz R. en el Diario la Nación
Ahora los colombianos nuevamente nos enfrentamos a una serie de temas que reformarán la Constitución (para afianzar más de 40 reformas en estos 23 años) en lo que tiene que ver con el fin de reelección presidencial, la creación de un supertribunal, reglas para las altas cortes, eliminación del voto preferente, prohibición de la puerta giratoria entre los magistrados de las altas cortes, eliminación del Consejo Superior de la Judicatura, imposición del castigo de la silla vacía, aparente restablecimiento del equilibrio de poderes, cambios en la elección de procurador y contralor, levantamiento de inhabilidades para que congresistas puedan ser nombrados en otros cargos, etc.; todo ello, con el argumento de promover - según el gobierno- positivamente el dinamismo de los liderazgos.
Es hora de convocar a los investigadores y expertos en ciencia política, historia, economía, filosofía y sociología para que nos recuerden los enfoques y fundamentos teóricos sobre el Estado, el Gobierno, la Administración Pública y las Políticas Públicas a fin de reconstruir la reflexión del debate, no sólo en Colombia, sino en América Latina en general sobre lo que verdaderamente es la evolución del concepto del Estado, las reformas surtidas, la modernización lograda en algunos puntos del planeta y, los modelos adoptados en Bolivia y Ecuador y compararlos con las barbaridades que hacemos con el nuestro.
Imaginemos por un momento, que en un salón pequeño, cafetería o incluso en las ágoras de una universidad, nos deleitáramos con la socialización de los constructos acerca del Estado por parte de Weber, Kelsen, Schmitt, Marx, Engels, Lenin, Hegel, Hobbes, Locke, Rosseau, Carnoy, Torres Nafarrate, Marsh, Jessop, Ebensour, Santos, Negri, Agamben y otros; sobre si el Estado es racional, histórico, material, eterno, ideal, entidad real o jurídica, de derecho, social, organismo, dominación, unidad sociológica, orden, comunidad, sociedad política organizada, sujeto de deberes y derechos y, establecer en cual encajaría el modelo actual del Estado Colombiano .
Requerimos en estos tiempos, un nuevo aire y empuje teórico sobre lo antes indicado, pues la sociedad civil de hoy está más empoderada sobre sus reclamaciones contra un Estado dominador, que se excusa en la violencia legítima; pero que en definitiva, sin la sociedad no existiría. En otras palabras, ¿dónde están los intelectuales? Estos no sólo deben estar al servicio del sistema de los partidos políticos, también de la base del pueblo. Santos, no reforma el Estado. Vuelve añicos es la estructura de la Administración Pública.