En buena hora la Oficina de Asuntos Sociales de la
Gobernación del Huila, está desarrollando los encuentros subregionales (Neiva,
San Agustín, Garzón), con la campaña: “Ni
con el Pétalo de una flor-Por un Huila libre de miedos y violencias”, cuyo
fin es el empoderamiento de la mujer. Es una verdadera desgracia tener que
entregar cifras alarmantes (de los que se conocen oficialmente) sobre casos de
violencia contra la mujer en unas condiciones especiales o situaciones extremas,
violencia intrafamiliar, actos sexuales con menor de 14 años, lesiones
personales, delitos sexuales, feminicidios, homicidios por mencionar los más
representativos, que sencillamente, dan asco de cómo se comportan los hombres.
Ni siquiera merecen el calificativo de animales. Eso, no es sólo una desgracia.
Es una vergüenza para una sociedad que quiere avanzar en el respeto de los
derechos humanos y de la dignidad humana. En sólo los municipios del norte del
Huila (Colombia, Baraya, Villavieja, Aipe, Tello, Neiva, Rivera, Palerno,
Campoalegre, Algeciras, Hobo, Yaguará, Teruel, Iquira y Santa María), se
reportaron 2837 casos en lo que va corrido de 2019. Y en Neiva, la cifra es
aterradora. Más de 80 casos gravísimos. Por mi piel, siento rabia e
indignación. No sabría cómo llamar a estos seres, ni con qué calificativos. En
mi niñez, tuve un caso referente de esos de mi padrastro contra mi madre. Que
al final, terminó en una tragedia y, una vez recuperada, lesionada por sus
últimos días. Por ello entiendo el asunto. En el encuentro, además de conocer estos
indicadores, a las mujeres se les motiva a empoderarse, a que no se queden
calladas ante el maltrato de sus parejas, familiares y demás personas e
instituciones que vulneran sus derechos. A fortalecer todas sus causas. A que
tomen el control. Incluso, el poder. Que asuman un pensamiento crítico. Otro
mundo es posible. Siempre hay otra alternativa. No al dolor histórico
acumulado. No más a las creencias, estereotipos, patrones, códigos,
comportamientos, miedos, culpas y, sueños no cumplidos por él patriarcalismo de
hace siglos. Sí, a su empoderamiento, su liderazgo, propósitos, metas, sueños,
triunfos y, progreso como mujeres. No al machismo (ni lenguaje, ni piropos, ni
preguntas estúpidas, ni agresiones y cuestionamientos por su condición de
género). Merecen un respeto absoluto como ser humano también. En este escenario
de taller, aprenden a identificar la ruta, medida y acciones legales en caso de
agresión o maltrato emocional, físico, psicológico o de violencia sexual de las
que son objeto, a fin de obtener el apoyo necesario para resguardar su
integridad. Es decir, queda en evidencia en un altísimo porcentaje, que las
mujeres callan por miedo, grado de violencia y por cultura (tradición) al
machismo. Vale la pena indicar, que ya se ha iniciado en Colombia, la formación
a grupos de hombres para que aprendan a frenar comportamientos machistas. Bien
por este programa de la gobernación. Arriba las mujeres, vivan las mujeres. Postdata:
Mi experiencia laboral ha sido con mujeres gerentes y directivas. Su desempeño
es al máximo. Pero tienen que empoderarse aún más.
miércoles, 16 de octubre de 2019
miércoles, 2 de octubre de 2019
EL RIO SE COMIO TODO
Columna publicada en el Diario la Nación el 02/10/2019
El que lo vive es el que lo padece y a mas nadie le
interesa. Esa parece ser la consigna en la que se encuentran los más de 12.000 habitantes
de Colombia-Huila, quienes después de la tragedia causada por su rio Ambicá y que
los ha dejado incomunicados, no se resignan a vivir con pañitos de agua tibia proporcionados
por la gobernación. Este río, generó una avalancha en el 2014 donde la
estructura del puente que da ingreso a la zona urbana quedó socavada y, no se
tomaron las medidas para mitigar el impacto sufrido, ni obras de prevención
como lo manifiestan algunos de sus líderes. Luego, tuvieron la creciente del
2017 que arrasó con uno de sus puentes, se llevó unas fincas, afectó 7 veredas
y nuevamente impactó su puente principal. En abril de este año se generó otra
creciente que causó nuevos daños en la misma zona. Pero la copa se rebozó,
exactamente el pasado 19 y 20 de junio donde se presentaron dos avalanchas que
los incomunicó totalmente, con un puente anexo destruido, banca del casco
urbano arrasado y el gran susto del siglo que puso en inminente peligro a la
ciudadanía que allí habita. El reclamo general se traduce en que hay 293
damnificados sólo por el rio, a los que no se les ha dado la ayuda y tampoco se
les ha caracterizado para el efecto. Reconocen la elocuencia, el hablado
encantador de un motivador propio de un psicólogo como lo es el gobernador,
pero de sus promesas, nada. Las mejoras o ayudas las prometió para que en 15
días se hicieran efectivas, pero es la fecha y, nada. ¿Dónde está el puente,
donde está el acueducto, banca de carretera arreglada?. No se han visto los
resultados. No se han legalizado las veedurías a la ejecución de los proyectos
prometidos. A los presidentes de juntas los reúnen, les dicen, pero nada aún. Es
más, las propuestas del gobernador, no responden a los proyectos que deben
realizarse, así lo plantean. Lo que sí reconocen, es que una vez el doctor
Guillermo Plazas Alcid, manifestó que era más fácil reubicar el pueblo que seguirle
invirtiendo al rio. Pues una vez hicieron un puente y, no alcanzaron ni a
socializarlo cuando el rio se lo llevó. No obstante, no se pueden quedar
esperando. Hay que hacer algo. En particular, un gran trabajo de prevención con
gaviones como se hacía antes, no con obras donde se roben la plata. Una intensa
reforestación (siembra de árboles), así lo expresan. Deben superar las leyendas
del río: “que lo tienen loco, que es el dueño de las escrituras de Colombia, dice
quién entra, sale y se queda. Incluso, que no se deja canalizar”. Este
problema, y la sumatoria de otros, fueron planteados en el marco de un
seminario de derechos humanos y postconflicto con la ESAP. Sus líderes hacen la
siguiente reflexión: ¿Dónde está la parte humana y los derechos humanos,
cuando ni agua, vías, empleo y oportunidades tenemos?. Este municipio es
maravilloso, único e irrepetible. Colombia Huila, es Colombia.
¿SENCILLAMENTE SILENCIARNOS?
Columna publicada en el Diario la Nación el 18/09/2019
Ante el vil asesinato de Karina García, candidata a la Alcaldía del municipio de Suárez
(Cauca) – y cinco de sus acompañantes, incluida su señora madre, en un hecho
donde desconocidos interceptaron con múltiples disparos el vehículo en el que
se desplazaban y, que éste, posteriormente fuera incinerado; no deja de ser un
caso cualquiera o común y corriente. La gravedad del mismo, especialmente en
esta época de contienda electoral nos pone nuevamente en el retrovisor de los umbrales
de lo que significa un conflicto, del que se supone, habíamos superado. Esto no
es aislado. Es necesario, que todos los colombianos nos manifestemos para
rechazar de manera contundente estas flagrantes violaciones a los derechos
humanos, que alteran el orden público, la tranquilidad, y trae a la zozobra, no
sólo del municipio donde ocurrieron, sino en todo Colombia. En donde quedan las
medidas de seguridad adoptadas por el Estado con los candidatos. Que tan
efectivo ha sido el Plan de Atención y Prevención a los líderes sociales, así
como las acciones a las alertas tempranas sobre los riesgos que corren los
diferentes candidatos, particularmente de las zonas donde el conflicto
tradicionalmente se enraizó. A los responsables debe caerles todo el peso de la
Ley. Llámense como se llamen, respondan al grupo que respondan. Pero no nos
debemos dejar arrebatar la tranquilidad que hemos ganado y nos merecemos. No se
puede acallar de ninguna manera los planteamientos de candidato alguno, tampoco
las exigencias colectivas
que representan líderes y lideresas de organizaciones campesinas, indígenas
y afrodescendientes, así como líderes que apoyaron y siguen creyendo en el
Acuerdo de paz, ni de las organizaciones de derechos humanos que hoy exigen conjuntamente
la adecuada implementación del mismo. Ese panorama que observamos de la
conformación de un nuevo grupo armado ilegal, asociado a otro de las mismas
connotaciones para desafiar la instituticionalidad y, que luego siga cometiendo
hechos como los de Karina, en pleno auge de la segunda década del siglo XXI,
además de otras prácticas nefastas en contra de la población, ya no tiene
cabida. Es más, no debe tener ni siquiera respaldo ideológico. Lo que se
percibe es un interés conjunto por delinquir a futuro. Ni siquiera se le ve un
asombro de cimiento como para ensalzar a una nueva corriente de jóvenes o
personas que sueñen con algún ideal, con el que ya no cuentan. Por donde se
mire, piense o reflexione, no tiene sentido un nuevo accionar armado. El país,
ya no está en los años 70s. Todos estamos metidos es en la sociedad del
conocimiento (IV Revolución). Ni siquiera los que dejaron las armas, en su gran
mayoría. Algunos de ellos manifiestan: “antes lo pensábamos para ir a la
ciudad. Ahora que lo logramos, lo repensaremos para regresar al monte”. Así que
mejor apostarle al futuro. La guerra no es el futuro. Los casos como el de
Karina, no es el futuro. Es una vergüenza mundial. Merece todo el repudio
ciudadano. No debemos callar. Colombia merece seguir por el sendero de la
pacificación. Incluso, desde nuestros corazones.
SIN DISCURSO EMANCIPADOR
Columna publicada en el Diario la Nación el 04/09/2019
Definitivamente en esta contienda electoral, uno quisiera escuchar
alguno que otro candidato, al menos eso, de los tantos que pululan por estos
días como rascaculero alboratado, que esté matriculado o se identifique o
promueva discurso propio del pensamiento crítico. Entiéndase, de la teoría
crítica. ¡Pero qué va!. No podemos pedir peras al Olmos. Seguimos escuchando
banalidades que ni siquiera pertenecen a planteamientos de la teoría
tradicional de hace unos cuantos años. Por no decir, trivialidades. Todos (los
candidatos) dejan entrever las ansias de llegar a caramelear las relaciones de
poder, y en su gran mayoría, sin conocimiento de lo público. O con poco, por no
ir al extremo. Esto lo que conducirá, es a seguir repitiendo las artimañas más
odiadas por estos tiempos (corrupción). Por supuesto, que si no plantean las
bases de un pensamiento crítico en sus programas de gobierno, en el que tienen
la posibilidad de ser construidos con el apoyo de expertos, como debiera serlo,
al menos para la evidencia escrita, difícilmente se dejará ver que esto sea
posible en sus posibles argumentaciones en público. A gritos la ciudadanía o la
sociedad está urgida de encontrar líderes que promuevan alternativas donde se
pudieran dar respuesta a las necesidades y esperanzas (dolor acumulado a lo
largo de la historia) de nuestros pueblos. Me refiero a todas aquellas acciones
en la que por años, se ha conducido a procesos de silenciamiento, explotación,
marginación, subordinación, dominación, injusticia, opresión, negación del ser
humano, pobreza, exclusión, desigualdad, situaciones de indignidad,
invisibilización, clasificación de la población, estratificación de razas,
racismo, patriarcado, mercantilización, demandas y derechos postergados y luego negados, ofertas
modernizantes engañosas y frustradas, entre otros aspectos; que han conducido
es al malestar, la indignación y el inconformismo ciudadano. No es en vano,
ciertos movimientos sociales. Las bases del pensamiento crítico, está edificado
en la convicción de que es posible transformar las condiciones sociales por
estos procesos que aquejan a nuestro mundo. Transformación social que no acepta
la realidad que tenemos y que estamos padeciendo, como tampoco acepta de manera
pasiva a la injusticia que nos carcome. Es decir, su reto principal es la
emancipación humana. Esos anhelos por condiciones de vida digna (no
vulneración), de lucha por la dignidad, de justicia- incluso cognitiva-, de un
nuevo proyecto de sociedad, de una verdadera aproximación a la compleja
realidad social, de desestabilizar y transformar las actuales relaciones de
poder, de un aproximación teórica-crítica de la economía política, de la
verdadera riqueza humana, del fomento del principio de la agencia humana-que le
permita reaccionar-, de repensar el Estado frente a su poder cooptado, de controvertir
el universalismo que ya es de otra época dado que estamos es con la
interculturalidad emergente de nuestros pueblos; exigen una respuesta (dialogo)
ética, política y epistémica en la lectura de las actuales circunstancias para
reinventar ese nuevo mundo que necesitamos. Es decir, no hay propuestas (discursos)
ambiciosas en los miles de candidatos, que les permitiera soñar a los más
desprotegidos (pobres), que se suponen son los que representan, a fin de
alimentar los discursos de los que sí están en el poder. ¿Hasta cuando?. No se
ve horizonte.
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