Cuando se hace necesario analizar temas del pasado, presente y futuro; la
recomendación que se ha impuesto en un importante número de profesores
universitarios, es que debemos leer para entender ciertas posiciones, los
ensayos del profesor Yuval Noah Harari: “Sapiens.
De animales a dioses” y, “Homo Deus”. En el primero, explica como desde hace
100.000 años aproximadamente, al menos, seis especies de humanos habitaban la tierra,
y cómo hoy sólo queda la nuestra: Homo
sapiens. Reflexiona sobre los siguientes interrogantes: ¿cómo logró nuestra
especie imponerse en la lucha por la existencia?, ¿por qué nuestros ancestros
recolectores se unieron para crear ciudades y reinos?, ¿cómo llegamos a creer
en dioses, en naciones o en los derechos humanos; a confiar en el dinero, en
los libros o en las leyes?, ¿cómo acabamos sometidos a la burocracia, a los
horarios y al consumismo?, ¿y cómo será el mundo en los milenios venideros?. En
el segundo ensayo, explora los proyectos, sueños y pesadillas que irán
moldeando el siglo XXI (desde superar la muerte hasta la creación de la
inteligencia artificial). En su argumento indica sobre cómo los expertos creen
que será el futuro y, cómo los algoritmos podrán dominar todos los ámbitos. En
general, es una reflexión profunda sobre la historia de la humanidad y cómo
ésta podrá desarrollarse en los próximos años. Importante el análisis de estos
dos ensayos, para quienes intenten trabajar en lo que significa una ciudad
inteligente. ¿En qué sentido?. Pues bien. Sí las ciudades son las invenciones
humanas más sofisticadas, estas no están funcionando bien, dado que estamos
pensando es en el dinero y no estamos gestionando sus externalidades negativas.
Esto ocurre porque las ciudades fueron planeadas y construidas bajo el
pensamiento convergente y con el enfoque de solución a problemas específicos.
Las ciudades están es en nuestra mente. Por lo tanto, si queremos una ciudad
inteligente, debemos cambiar los modelos mentales (abordados en los dos
ensayos) para repensarla pero desde el pensamiento divergente. Es decir, no
desde las soluciones, sino más bien desde sus problemas, puesto que no hay
tecnología que resuelva toda su problemática. Con la tecnología, (smartphone) la
ciudad transcurre en todo el territorio, está en todas partes, transcurre en
todos los lugares. La ciudad inteligente es la que cambia modelos mentales. El
concepto de ciudad es estructural. Cuando pensemos en ciudad, ahora debemos
enfocarnos es en sus problemáticas acuciantes: cambio climático, cambio
estructural, crecimiento demográfico. La ciudad inteligente es la que logra
armonizar los componentes más importantes como son la población, el medio
ambiente y el consumo. En ellos, es que debe generarse innovación. Es decir,
con relación al cambio climático, cambio generacional, cambio tecnológico;
convertirlos en una oportunidad. Utilizar la tecnología disponible para que
proporcione todos los datos (ciudad de datos) al respecto para resolver los
problemas y gestionarla de manera sensata.
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