Lunes, 19 Mayo 2014 04:12
Columna Escrita en el Diario la ´Nación por Obert Alejandro Ortiz R.
En la visita del Vice-presidente, de manera sutil, prácticamente nos jaló de las orejas y nos invitó para que nos embarquemos en la cultura del “perdón y de la reconciliación” y erradiquemos el odio, discriminación, conflictos, desconfianza, corrupción, violación a derechos humanos y construyamos las bases para la paz y convivencia pacífica. Sus frases: “No es fácil construir y seguir el camino de la paz y la convivencia pacífica que son la esencia de los derechos humanos. Debemos perdonarnos todos. Todo lo hemos vuelto conflicto, desconfianza y duda. Evitemos trasladar los odios del pasado al presente. El futuro no es el odio. Todo lo judicializamos. Nelson Mandela no demandó al Estado por sus 27 años de cárcel. Me preocupa tanto odio, discriminación y legalismo. No más prisioneros de la ley. Estamos en un país de espalda a los derechos humanos. Somos una generación producto de la violencia. La paz es un deber y debemos entender que la misma no es un problema de leyes, es un problema político. Necesitamos paz para distribuir y generar equidad social. La lucha contra la corrupción (principal plaga-cáncer y nido de violencia de la sociedad colombiana) implica una lucha por la transparencia, por el buen gobierno, por la paz, por la democracia y demos combatirla como si fuera un grupo armado ilegal. Si ganamos esta lucha se acabaría la guerrilla, bacrim, paramilitares, etc.
Para las causas comunes los diferentes tenemos que unirnos. Todos en la cama o todos en el suelo. Todas las decisiones en este país, son de voluntad política. Siempre veo las cosas respetando la institucionalidad. Necesitamos diálogo social con todos, construir acuerdos y consensos. El derecho de uno es el derecho del otro. Es necesario entender la relación existente entre derechos y deberes. Podemos en todos los departamentos y municipios crear por decreto las oficinas de derechos humanos y derecho internacional humanitario sin autorización de los concejos o asamblea y hacer toda la pedagogía posible. Debemos invertir en los seres humanos. No le creo a la guerrilla (no ha hecho nada, no le debemos nada), creo en hechos de paz, no más palabras de paz. Debemos socializar todo lo que hacemos. Un gobernante debe informar avances y dificultades. Debe tener prioridades. Uno no define con quién trabajar como gobernante. ¿Colombia está preparada para que gobierne un guerrillero? Salvador dio el paso”.
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