Cuando uno realiza capacitación a jóvenes en distintas partes del país,
el mayor reclamo que realizan está relacionado con la ausencia de entes
territoriales en cuanto a programas concretos de formación en liderazgo y las
nulas o mínimas oportunidades para su desarrollo personal, familiar y
profesional. Todo ese cuento de la Ley
de juventud y acciones maquilladas en planes de desarrollo, aparentemente para
fortalecerlos, no pasa de un saludo a la bandera, desperdiciando con ello, el
presente y futuro de cambio de nuestro país. Esto se refleja cuando los jóvenes
no toman partido en los asuntos actuales de trascendencia y coyuntura de
transformación, salvo unos casos aislados. Tanto es así, que ni el día
internacional de la juventud (12 de agosto) tuvo eco. No hay que desconocer,
por supuesto, algunas pocas experiencias en otros departamentos. Pero repito,
son casos excepcionales. Ante esta terrible adversidad que castra las bases de
un posible cambio acelerado en Colombia, el Procurador General de la Nación
acaba de impulsar la Directiva 03 del 11 de los corrientes, en la que
nuevamente recuerda, exhorta y obliga a los alcaldes, gobernadores y al Sistema
Nacional de Juventud -Colombia Jóven- cumplir los lineamientos de la
normatividad sobre ciudadanía juvenil, dado su olvido y poca aplicación, en
particular con la creación de nuevas plataformas juveniles que propicien e impulsen
su participación. Además, estableció como término para este fin, tan sólo tres
meses. Ello implica que (gobernadores y alcaldes) deben presentar al Comité de
Seguimiento al Estatuto de Ciudadanía Juvenil: un diagnóstico actualizado de la
situación de las plataformas juveniles y, presentar un plan de trabajo
detallado que fortalezca la participación de los jóvenes en las regiones con
obligaciones concretas y viables. Pero, ¿qué representa la juventud para
alcaldes y gobernadores, si ellos y sus equipos de trabajo, en un alto
porcentaje ya superaron las barreras de esta, la más enérgica etapa de la vida?.
Tal vez la mínima expresión. Aunque siempre se advierta que los jóvenes tengan creatividad,
compromiso, sentimiento y vida, transparencia, presente y futuro. En el Meta,
hace unos días culminó un diplomado en alianza entre la ESAP y la gobernación
para formar cerca de 100 jóvenes en “liderazgo político y gobernabilidad
democrática” donde su principal eje académico fue la organización y estructura
del Estado, políticas públicas, liderazgo político, y derechos humanos; con un
gran éxito. Me refiero al éxito de ver involucrado en esta formación a más de
70 jóvenes completamente empoderados de procesos sociales, políticos y
culturales para darle verdaderamente sentido a la plataforma y red de juventud
en este ente territorial. Conocí lo que hacen y son capaces de hacer estos
jóvenes. Quedé perplejo. ¿En el Huila, cual es nuestro balance y logros de esta
política?.
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