Al finalizar el discurso del presidente Juan
Manuel Santos en la instalación de la legislatura del Congreso de la República
2015-2016, el pasado 20 de julio, sentenció: “¡No más patrias bobas!, ¡No más enfrentamientos inútiles!, ¡Esta es la
hora de la nueva Colombia!”, después de habernos refrescado la
memoria-sobre lo realizado en su mandato- y de la posibilidad de tener una
Colombia “moderna, equitativa, educada, segura y en paz”; siempre y cuando (todos
los colombianos) “serenemos los espíritus
y depongamos las armas entre nosotros” para trabajar unidos por esa nueva
Colombia, para lograrlo.
Quienes nos detenemos a vivir y sentir, todos
y cada uno de los actos conmemorativos en este día patrio – no sólo para
vacacionar o aislarnos de la realidad por ser un día festivo- constituye un
punto importante de reflexión los discursos tanto del Presidente de la
República y del Presidente en su momento del Congreso, para entender los mensajes
subliminales enviados, no sólo para orientar la agenda legislativa, sino
también para el momento coyuntural que tenemos de inicio formal de las campañas
políticas para las diferentes corporaciones político-administrativos y entes
territoriales a nivel departamental y municipal.
La inquietud que surge, no es si
verdaderamente con la gestión de Santos Colombia hoy está más modernizada, si
es más equitativa, si está más educada, si es mucho más segura y si será una
realidad verla en paz de acuerdo con las cifras presentadas o los argumentos
expuestos. Lo importante de este discurso, será la apropiación, reflexión y
argumentación que tendrá el nuevo ejército de candidatos durante estos tres
meses para adaptarlo a sus realidades locales y convencer a sus posibles
votantes que les permita llegar a los respectivos Concejos, Asambleas, Alcaldías y
Gobernaciones. ¿Cómo asegurar que cada candidato pueda hacer un discurso y
convencer a su público que efectivamente ha llegado la hora de la nueva
Colombia?. En otras palabras, ¿cómo le expresarían a su gente en cada una de
las casas, plazas, salones, auditorios, veredas y corregimientos o voz a voz, que
ha llegado la hora de una nueva vereda, de un nuevo municipio, de un nuevo
departamento?. Además, de tener que convencer para no sólo los acompañen con su
voto, sino para que le avalen la posibilidad de trabajar por la vereda,
corregimiento, municipio o departamento a fin de que este pueda ser moderno,
equitativo, educado, seguro y en paz.
Así mismo, ¿cómo los candidatos podrán
sustentar las reformas constitucionales surtidas en los últimos años y hacer un
balance de las mismas para que a sus votantes les quede absolutamente claro,
que van es a trabajar “unidos por una nueva Colombia”, de acuerdo al llamado
del Presidente de la República?.
La situación no es, ni está fácil. No sólo por
las limitaciones y particularidades de cada localidad o departamento, sino por
la misma formación de los candidatos que de ello no tienen ni idea, en su gran
mayoría. Ahora, cuando comienza en serio
la campaña electoral y la mayoría de los
que se toman a pecho su rol (no en serio) de prometer, ojala hayan también
apropiado o le hayan contado al menos, que el mismo Presidente advirtió: “Yo les pido a los colombianos que se pongan
la mano en el corazón a la hora de votar, y que escojan no a los que más
prometan –y mucho menos a candidatos de conducta dudosa– sino a aquellos que
les ofrezcan confiabilidad y honestidad”.
Con sinceridad, la situación es verdaderamente
compleja, pues la realidad y los indicadores muestran un panorama completamente
distinto al positivismo de nuestro Presidente. En la percepción de la comunidad
en general, las cosas no son tan optimistas y, menos la de una Colombia en paz.
Y mucho más, el de llegar en un corto plazo a ser segura, educada, equitativa,
moderna y unida. Constituye el reto para los candidatos, poner en todos y cada
uno de sus discursos estos planteamientos para que de allí, surjan ideas
innovadoras que puedan ser plasmadas en un consenso en cada uno de los planes
de desarrollo municipal y Departamental en el próximo cuatrienio en consonancia
con el plan nacional de desarrollo: “Todos por un nuevo país”. (Docente universitario e investigador. www.obalor.blogspot.com).
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