ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

domingo, 31 de mayo de 2020

LA EROSIÓN DEL E+C+D+D

Columna publicada en el Diario la Nación, el 27/05/2020

Cuando ya han transcurrido varios días de cuarentena, confinamiento o aislamiento social por la pandemia mundial (Covid-19), medida adoptada por el poder ejecutivo; se ha abierto el espacio (tronera) para erosionar las formas de Estado(E) federal o unitario, desligitimar el constitucionalismo(C), fracturar la democracia(D), limitar los derechos y libertades fundamentales(D), así como el rol del Estado de derecho. Ese equilibrio de poderes o tridivisión del poder (ejecutivo, legislativo y judicial) a partir de un sistema de distribución jurídica y social de las funciones del Estado, planteado por Montesquieu hace más de 200 años, que permite que el poder contrarreste el poder, y adoptado en diversas constituciones modernas; con la pandemia undial se ha resquebrajado.  El ejecutivo (Presidente), invocando la Constitución (Art. 215 y Ley 137/94) decretó el estado de emergencia económica, social y ecológica (Decreto 417/20) y con ello, ha expedido decenas de Decretos-Ley, debilitando el funcionamiento y poder del Congreso y, la institucionalidad y fuerza de la justicia, con la apariencia de mantener a flote los fines del Estado. Es decir, un ejecutivo ahora con mayor concentración de poder. Este es el meollo del asunto para los expertos en constitucionalismo, teoría del Estado y del poder, defensores de la epistémica de la democracia, los derechos y libertades fundamentales y del Estado de derecho. Al romperse este equilibrio, ¿quién vigila a quién?, ¿quién controla a quién? y ¿quién detiene a quién?. Lo peor aún, es que estos decretos con fuerza de ley, deben ser perentorios. Pero como van las cosas, ya no importará la perentoriedad y el ejecutivo continuará como pedro por su casa. Es aquí, donde todos debemos movilizarnos (así sea virtualmente). En confinamiento, cuarentena o aislados, debemos evitar la desviación de poder y la violación o limitación de derechos y también impedir que los otros dos poderes se debiliten o pierdan su poder. Esta situación y preocupación es a nivel planetario. Aún con distintos sistemas y regímenes políticos. Ojo. El Estado de derecho no está en cuarentena y no debe estar sujeto a la letra de la Constitución. Debe estar más vivo que nunca. Este se funda sobre la separación del poder. Entonces, debemos mantener la conciencia de la democracia para seguir enfrentando todos los riesgos. No a la limitación de los derechos fundamentales. No a la concentración de poder en el ejecutivo sin contar con las facultades. Pues, su ejercicio debe ser moderado. Sus medidas adoptadas, bajo la capa del interés general, no puede convertirlas en una situación democrática. Impedir contra viento y marea la aparición de los populismos. En tiempos de alarma, emergencia, sitio o de excepción, el poder judicial y legislativo no deben ausentarse. Es cuando más necesitamos transparencia e intensidad de su accionar y, más reactivos al Control. Las decisiones de gobierno deben tomarse sin apuros y con diálogo de la mayoría de los diferentes actores de la democracia en virtud de sus concepciones en el ejercicio del poder y no de manera unilateral. Los partidos políticos no deben debilitarse. Hay que seguir actuando en términos de iguales. No podemos tener sistemas institucionales desbalanceados. Ni tampoco, dar paso a la lógica de la guerra (amigo o enemigo) que por años nos atrapó.

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