Ante todos los hechos irregulares en materia de contratación pública, que
de por si rayan hasta con los más mínimos preceptos de la ética y los valores
como seres humanos, merece todo el repudio nacional. Pareciera que los
servidores públicos, en particular, los encargados de los procesos
contractuales y de la suscripción de los contratos; estuvieran ciegos, sordos y
mudos con relación a la vigilancia, seguimiento y control que se les hace desde
las diferentes instancias de control. No han entendido, ni mucho menos han
comprendido el rol que cumple la “central de información contractual denominada
Océano”, que todos debemos conocer. Es una iniciativa única para el análisis de
información contractual y presupuestal del Estado liderada por la Contraloría
General que utiliza herramientas tecnológicas, minería y analítica de datos,
inteligencia artificial y procedimientos en el seguimiento a la contratación
pública. Es el mejor sistema de información para vigilar en tiempo real a los
ordenadores del gasto público. Cruza la información del sistema penal oral acusatorio
(SPOA), información de beneficiarios de salud y recobros, de las matrículas
canceladas y juntas directivas, de personas naturales y jurídicas sancionadas, de
la desagregación de consorcios y uniones temporales, de la información de
contratación del distrito capital, de la contratación territorial y nacional, del registro
de cédulas canceladas por registraduría, del registro de sanciones y causas de
inhabilidad, del boletín de responsables fiscales. Así mismo, de fuentes de
información como el SECOP I, SECOP II, SIRECI, SIA, SIVICOF, DIAN, RUES que le reportan
más de 120 millones de registros y con ello, agrega, integra, limpia, cruza,
almacena, analiza e investigan por parte de la Contraloría y sus áreas
misionales el volumen, velocidad, variedad, veracidad, valor, variabilidad y
visualización de situaciones y casos corruptos, y atiende las solicitudes
ciudadanas para la lucha contra la corrupción. Todo ello, genera en tiempo real
los mapas de calor, informes comparativos, análisis de concentración
contractual y las mallas de contratación que están ocurriendo. Con esto se evidencian
las malas prácticas en el registro de entidades, las cifras de contratación
nacional y territorial, el soporte de contratación mensual y reporte de
contratación diaria, los niveles de cercanía de los contratantes y familiares
mediante hologramas, contratistas inhabilitados, procesos de responsabilidad
fiscal, sancionados e inhabilitados por la procuraduría y la superintendencia
de industria y comercio, contratos suscritos con inhabilitados, información con
contratistas actuantes pero fallecidos, contratistas multiobjeto (contratan de
todo), mallas empresariales, contratistas deudores del Estado, fuentes abiertas
y riesgos de contratación, indicadores posibles por casos de colusión donde
comparten representantes legales, teléfonos, direcciones, correos electrónicos,
conexión entre ellos, ciudades capitales que más utilizan la licitación
pública, elefantes blancos, obras inconclusas y proyectos críticos. Además,
Oceáno incorpora tecnología de la analítica predictiva (aprendizaje automático
e inteligencia artificial-PAE), monitoreo y vigilancia permanente del flujo de
los recursos públicos, dirección de información, análisis y reacción
inmediata para la transformación del
control y vigilancia fiscal a través de la analítica de datos, georreferenciación
en la ejecución del recurso público, y la interoperabilidad con otras fuentes y
entidades del Estado con X-Road para visualizar cualquier malla de contratación
en cualquier parte del país y a cualquier persona. Pero seguimos haciéndonos
los tontos con el mal manejo de nuestros recursos públicos. Sí los vigilan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario