Columna publicada en el Diario la Nación el 16/02/2022
Definitivamente
la universidad y las instituciones educativas constituyen el reflejo de la
sociedad. Si se trata de la Universidad (pública), todos los hechos notorios que
allí acontecen (en especial los que van en contra de las buenas costumbres);
reafirma lo antes indicado. Pero también, en las escuelas y colegios, este
reflejo es más contundente. Puede decirse que es más real, próximo y hasta
cruel. Muestra lo más íntimo de las familias de esos niños que asisten y se
están educando. Pensemos en el sólo componente democrático, participativo,
político, electoral y de toma decisiones. Una desconexión total. Falta
formación, no sólo en el niño, sino en los padres que no les transmiten desde casa
esa pasión por la participación en la conformación del poder político. Para
subsanar esta falencia, desde la Ley General de Educación se plasmó lo
concerniente al gobierno escolar y contribuir en la formación de principios y
valores democráticos en esos estudiantes. Es decir, desde la Escuela es
necesario que se entienda y comprenda que es necesario formar parte de la toma
de decisiones desde la misma institución donde se encuentran estudiando y, así
puedan reflexionar que lo mismo se presenta en cualquier instancia del Estado.
Pero también, se observa en ellos apatía, desconocimiento y tal vez, desconfianza.
Una tarea nada fácil. El fin, es que desde la escuela se comprenda el proceso
electoral que se vive en el país, forma de elección de gobernantes, miembros de
corporaciones públicas y representantes del pueblo a instancias previstas por
la norma. Pero desde niños, no están sintonizados. No saben quienes son los
candidatos, mucho menos de partidos, ni les interesa propuestas, ni saben qué
se elige, ni siquiera el calendario electoral, ni mucho menos lo que está en
juego. Lo más triste, los muchachos del grado once, que se suponen pasarán a la
universidad, la alienación es mayor. No cabe aquí que estén ideologizados ni
dominados. Por ello, en cada institución educativa nos encontramos en el
proceso de elección de representantes de los estudiantes al consejo directivo,
al consejo de estudiantes, personero y contralor estudiantil y comité de
convivencia para que medio entiendan la
realidad de la democracia. También le sumamos otras instancias, como consejo de
padres (además de la asamblea de padres) y consejo académico. Este proceso electoral
se realiza con un reglamentación rigurosa y mediada por un comité para el
efecto. Allí se vive un proceso de convocatoria pública, postulación,
inscripción, propuestas, campaña, jornada electoral, y hasta los actos
protocolarios de posesión. Se advierten y cumplen reglas de inhabilidades,
impedimentos, incompatibilidades, conflicto de intereses, contravención a
deberes, pérdida de investidura, claridad de funciones, rendición de cuentas,
estímulos, derechos, deberes, y el cumplimiento de principios éticos. Un
verdadero trabajo que involucra a todos en la Escuela, pero que a veces los
padres desconocen. La cimentación de la democracia está en la familia y en la
escuela. Lo contrario, es perder la oportunidad de ser una persona fortalecida
en cultura ciudadana y política. Un llamado a los padres de familia a
integrarse al colegio y fortalecer la escuela de padres para que ayude a
potenciar estas falencias. En otras palabras, también a entender el gobierno
escolar. La Escuela no es un depósito o cuarto de san alejo de los hijos. Viva
el gobierno escolar y también la democracia.
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