ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

sábado, 30 de abril de 2022

NUEVA CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA

 Columna publicada en el Diario la Nación el 13/04/2022


Los medios de comunicación no le dieron mayor despliegue a la promulgación de la nueva Constitución apostólica - Praedicate Evangelium, efectuada por el Papa Francisco, el pasado día de San José. Se limitaron a expresar de manera somera, los cambios que tendrá la iglesia a nivel de organigrama de la Curia romana. Particularmente, no había estudiado Constitución alguna de la Ciudad Estado del Vaticano. Oportuno en esta semana santa, analizar con detenimiento el preámbulo de esta nueva carta fundamental de la iglesia, pues consolida la tarea fundamental que se tiene en el proceso de evangelizar a un mundo en crisis espiritual. No sin antes indicar que esa necesidad de la Curia de reformarse internamente tiene sus frutos desde el siglo XVI, con la Constitución Apostólica Immensa aeterni Dei de Sixto V (1588). En el siglo XX, tuvo lugar con la Constitución Apostólica Sapienti Consilio de Pío X (1908). En el Concilio Vaticano II, Pablo VI, con la Constitución Apostólica Regimini Ecclesiae universae (1967) y, el carismático Papa Juan Pablo II, nos heredó la Constitución Apostólica Bono Pastor (1988). Transcurrieron 34 años, para que nuevamente se contara con una Constitución ajustada a estos tiempos que persigue armonizar mejor el ejercicio del servicio de hoy. Cómo no traer al pie de la letra el preámbulo, que constituye la esencia de toda norma de normas o carta fundamental, en este caso para la iglesia en el mundo de hoy. Expresa que en Predicar evangelium (cf. Mc 16,15; Mt 10,7-8), está la tarea que el Señor Jesús encomendó a sus discípulos. Este mandato constituye “el primer servicio que la Iglesia puede prestar a cada hombre y a toda la humanidad en el mundo de hoy”. A esto fue llamada: a anunciar el Evangelio del Hijo de Dios, Cristo Señor, y con él suscitar la escucha de la fe en todos los pueblos (cf. Rm 1, 1-5; Gal 3, 5). La Iglesia cumple su mandato sobre todo cuando da testimonio, de palabra y obra, de la misericordia que ella misma recibió gratuitamente. Nuestro Señor y Maestro nos dejó ejemplo de esto cuando lavó los pies a sus discípulos y dijo que seremos bienaventurados si también nosotros hacemos esto (cf. Jn 13, 15-17). De este modo “La comunidad evangelizadora se pone con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, acorta las distancias, se rebaja a la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo”. Al hacerlo, el pueblo de Dios cumple el mandato del Señor, que al pedir anunciar el Evangelio, nos insta a cuidar de los hermanos y hermanas más débiles, más enfermos y más sufridos. Este espacio no alcanza para dar a conocer la "conversión misionera" de la Iglesia, la cual está destinado a renovarla según la imagen de la misma misión de amor de Cristo en el sentido que sus discípulos y discípulas, por tanto, están llamados a ser "luz del mundo" ( Mt 5,14) y tampoco, el porqué de la iglesia como misterio de comunión cuya finalidad es "dar a conocer y vivir a todos la "nueva" comunión que en el Hijo de Dios hecho hombre ha entrado en la historia del mundo". Corresponde en todos los escenarios e instituciones realizar pedagogía sobre esta nueva y maravillosa carta de navegación del mundo católico.

 


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