Columna publicada en el Diario la Nación el 22/05/2022
El lunes
anterior se llevó a cabo la tercera conversación: “evaluar para avanzar-alianzas
que ayudan a tener un cambio profundo en la educación”. Esto con motivo de la
ejecución de la política pública evaluar para avanzar que lidera el Ministerio
de Educación Nacional y que tiene como reto principal que docentes, rectores,
padres de familia, aliados y los educandos tengan en su proceso educativo el
enfoque de evaluación y evaluación formativa para garantizar la calidad de la
educación y el cierre de brechas educativas. Es un cambio de paradigma
fundamental. Tanto así, que ya a la fecha se han podido evaluar a 4.200.000
estudiantes en el país y se tienen unos insumos fundamentales con los
resultados obtenidos. Además de los 170 mil maestros vinculados a la práctica
de la herramienta de evaluación implementada con esta política pública. Proceso
que se ha llevado con formularios impresos, en línea y combinación de las dos.
El punto no ha sido sólo la evaluación, sino que detrás de la estrategia van
otros componentes que permiten la evaluación, no sólo de habilidades básicas, sino
de habilidades socioemocionales que esta pandemia agudizó. Estamos en un nuevo
escenario. Pues tanto el Instituto colombiano para la evaluación de la
educación-Icfes, ministerio de educación, secretarías de educación, territorios
y ahora el banco mundial que se suma con un gran empréstito y otros aliados
estratégicos; se fortalecerá la política pública. Todo ello, con el fin de
reconstruir la escuela, generar respuestas pedagógicas renovadas, enfrentar retos,
desafíos, oportunidades de educación, articulación, pertinencia, personalizar
aprendizaje en el estudiante y valorarlo como líder de su propio rendimiento,
hacer que el maestro se repiense en las capacidades del estudiante y no desde
el rol de dictador docente, papel de las secretarías, entre otros aspectos. Es
decir, lo fundamental es comprender el poder de la evaluación, para que, a
partir de los resultados, se tomen medidas y los niños aprendan mejor. Insisto,
es una verdadera revolución, en la que ningún maestro puede estar por fuera y
que la comunidad debe conocer y participar. Tiene que comprender el poder de la
evaluación, herramientas, estrategia, mecanismos, movilizaciones, sistemas de
información, metodología, capacidades de gestión, análisis en redes,
mediaciones y materiales dispuestos para potenciar, no sólo habilidades básicas
sino también socioemocionales (mejorar aprendizajes). Implica imaginar futuros
para convertirlos en posibilidades realizables y que los niños reciban una
educación pertinente y con modificación de estructuras innovadoras, precisamente
en su aprendizaje. No es posible que los niños impulsados por esta pandemia
(tal vez como excusa), abandonen el sistema educativo, se casen tempranamente,
aumenten sus problemas de salud mental, lleguen con hambre a la escuela,
aumenten la brecha de desigualdad, revolucionen la conflictividad, no aprendan a
leer ni escribir, en general, aumenten la brecha de pobreza escolar o pobreza
de aprendizaje. Indispensable la recuperación de los aprendizajes como tarea
urgente y con el privilegio de la enseñanza focalizada. Reto no fácil. Pero no es
sólo tarea de docentes. Involucra a padres, directivos docentes,
institucionalidad y sociedad en general. A buena hora la consolidación de la
estrategia evaluar para avanzar y la vinculación a toda marcha de la Secretaría
de Educación de Neiva.
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