Un columnista de este Diario tituló su opinión: “Que pena con Mockus”; dejando entrever su talante político, opiniones poco respetuosas e inteligentes cuando cuestiona y manifiesta las razones que Mockus ha expuesto para no aceptar ni tolerar contactos o alianzas con Uribe y los Verdes y, califica este comportamiento como la de un “chino chiquito” y pone entre dicho que haya acudido a la casa de Nariño para expresarle al hoy Ex Presidente que él también podría cuidarle sus huevitos.
Estas apreciaciones son verdaderamente desconcertantes porque reflejan el desconocimiento a los planteamientos de Mockus. He vivido desde 1992 en Bogotá y contribuí con mi voto de opinión en las toldas de Antanas, como también a Peñalosa y Lucho, pues allí la política se vive de otra manera (si se desea elegir un lustrabotas o a Samuel como una forma de protestar en contra de los politiqueros, lo hacemos) y no esperaba otro comportamiento ya que reafirma la identidad, coherencia y profunda persistencia hacia el respeto por la cultura ciudadana, valores, los bienes públicos sagrados y el cambio, no como resultado del interés por estar en el poder al título y precio que sea, bajo acuerdos o alianzas desagradables o cambiando de ideas o partido político como si se cambiara de camisilla.
En el Huila, quizás el sentimiento del columnista es el reflejo de lo que son ahora los Verdes. En su momento cumbre acompañé a Sergio Fajardo en una de sus visitas por el sur y al generarse la unión (con Antanas- Mockus-Lucho) continúe apoyando dicho proceso, donde también estuvieron importantes personajes que no se abrogaron protagonismo alguno, como sí ocurre ahora donde han caído amarillos-pintados que ya no tienen tolda donde los cobijen y han querido venir a tomar las riendas de lo que se pretendió configurar como verdes (con Fajardo y Mockus).
Pero ante todo, Antanas debe sostenerse, no hacerlo quebrantaría abruptamente sus lecciones políticas, valores y convicción para promover un cambio, así ello no tenga sentido para una gran mayoría. Es más, si decidiera hacer tolda aparte, los votos no serían nada despreciable y, sí hiciera llave con Ginna Parody, hablaríamos otra cosa. Este afán de llegar a la Alcaldía de Bogotá con la sombra o mano de Uribe, podría estar costándole el triunfo adelantado a Peñalosa.
Columna publicada en el Diario la Nación