Hace
unos días el Ex Presidente Andrés Pastrana dio a entender que no descartaría la
posibilidad de aspirar a la presidencia en las próximas elecciones. Esto no
tuvo tanta trascendencia por que rápidamente se aclaró el mal entendido. Pero
el debate alcanzó a tomar fuerza. Sin
embargo, esta noticia, cuando ya nos encontramos a menos de un año del inicio
de campaña para Presidente, no es motivo para que continuemos callados, cautos,
prudentes y diplomáticos sobre quiénes podrían suceder a Santos, incluida una
posible reelección. Ya debe estar en el orden del día. Primero, no vemos claro
en el escenario o panorama político un líder integral que inspire a todos los
sectores sociales. De los perfilados a través de los medios de comunicación,
ninguno de ellos satisface las expectativas en gran parte de la población, ni
siquiera el actual Presidente. En segundo lugar, he reflexionado sobre los
motivos, intereses y razones de mis votos en anteriores elecciones para
Presidente durante los últimos 22 años, y los aspectos que actualmente me
motivarían para participar en las siguientes justas electorales para primer
mandatario de los colombianos. En el ejercicio retrospectivo, voté por Gaviria,
en virtud de las instrucciones del hijo de Galán, lo cual me arrepiento
profundamente. Luego por Samper convencido en los ideales liberales. Pero
también, salí defraudado con lo del proceso 8.000 más no de Horacio Serpa quién
fue quien lo sostuvo. Después, mi voto más desgraciado el efectuado por
Pastrana inducido por aquella foto con Tirofijo al automentirme que éste sí
lograría la paz (que fraude). De ahí en adelante, me gustó mucho el liderazgo
de Uribe y su proceso hasta llegar a la Presidencia, al igual que su primer
mandato y parte del segundo. Aunque lo continué admirando y ha sido un
importante referente, en su reelección, no voté por él sino por Carlos Gaviria
a quien vi como otra alternativa por la coyuntura que vivía el país (por
supuesto entregué este voto sabiendo que Uribe repetiría) porque ya era una
necesidad mayor inversión en lo social y no en lo militar. Y en las pasadas
elecciones, desde luego que voté por Mockus. El problema ahora, es que no
percibo un buen líder, uno que inspire, que mueva masas, que contagie con sus
ideas, que nos haga soñar en un cambio más profundo.
miércoles, 29 de agosto de 2012
lunes, 20 de agosto de 2012
EDUCACION SUPERIOR INCLUSIVA
Tuve
la oportunidad de participar en un encuentro celebrado entre rectores de las
universidades que funcionan y operan en el Huila, conjuntamente con los
Secretarios de Educación de Pitalito, Neiva y el Departamento y representantes
del Ministerio de Educación en el que se socializó la actual política educativa
que busca disminuir las brechas en acceso, pertinencia y permanencia en las
poblaciones rural, urbana, diversa y vulnerable en cuanto a la flexibilización
de la oferta de las diferentes instituciones a nivel de educación técnica,
tecnológica, profesional y de posgrados a fin de mejorar la calidad, incorporar
la innovación, ampliar y fortalecer la regionalización; todo para formar
mejores seres humanos. En esta socialización
no sólo conocimos los principios y objetivos estratégicos de esta
política, sino también el contenido de sus principales ejes; a).-
Regionalización de la educación superior, b).- Educación superior técnica,
profesional, tecnológica, c) articulación de la educación media, d) Educación
superior inclusiva y, e) Movilización de la demanda y permanencia. Lo más
importante, a mi juicio, fue conocer las estadísticas específicas para el Huila
en los últimos años en cuanto a cobertura, matriculados, estado de la
deserción, presencia de instituciones de educación superior, programas
ofertados, créditos que se otorgan, calidad (programas con registro calificado
o reconocimiento de alta calidad en el cual sólo hay 9 de 78 programas en
pregrado y 40 en posgrado que se ofertan), programas con más estudiantes,
funcionamiento de los Ceres, articulación con el Sena, pertinencia, graduados
por cada IES y lo proyectado en el nuevo Plan de Desarrollo: “Haciendo el
cambio”. El objetivo de este encuentro es que a través de la asistencia técnica
que brinde el MEN (acompañamiento, formación y asesoría) y con el concurso de diferentes
actores (gobiernos locales, Ceres, organizaciones sociales, instituciones de
educación superior y comisión regional de competitividad), se cuente con diagnósticos,
gestiones y seguimiento de acciones y estrategias que contribuya a reducir las
desigualdades y ampliar oportunidades de acceso a la educación con alianzas
necesarias y, así, contribuir con los perfiles requeridos en las apuestas
productivas. En otras palabras, es urgente la reactivación del Comité
Departamental de Educación Superior para trabajar articuladamente. No obstante, evidencié de las Instituciones educativas
asistentes, que aunque tienen una red, éstas no manejan estadísticas de manera
conjunta sobre estos temas y su quehacer no tiene impacto como red. ¿Qué
hacemos?.
jueves, 9 de agosto de 2012
SI, A NUEVA CONSTITUYENTE
Pertenezco a la generación de la Constitución del 91. Cumplidos
mis 18 años voté cuando se promovió la
séptima papeleta, antecedente inmediato de la Constituyente que cambiara de
plano los pocos retazos de la Constitución de 1886. Además, empecé a estudiar
mi carrera de Derecho en 1992, pocos días después de promulgada la nueva Carta Política
y, con ello, entendí un poco el tránsito de pasar de un Estado de Derecho a un
Estado Social de Derecho. Recuerdo perfectamente, expectativas y retos que se
tenían para el país, máxime, cuando ya estaban las puertas abiertas para la
apertura económica, neoliberalismo, globalización, balances de final del siglo XX y la anhelada paz, entre otros aspectos. No
he parado de apropiar conceptualmente cada una de las reformas surgidas (más de
30), modificaciones, supresión o
creación de entidades, hasta de referendos, desaparición y surgimiento de
partidos políticos, de participar en todas las elecciones, incluso de hacer
valer derechos fundamentales, etc.
Considero que en 1990 faltó mayor participación del pueblo para apoyar
la Asamblea Nacional Constituyente. No teníamos TICs. Hoy la situación es
diferente. Estamos en otra etapa gobernada por la inmediatez de las redes
sociales, mayor visibilidad de participación incluida la juventud. Con otras
metas de la sociedad y del país. Con otro mapa geopolítico mundial. Época en la
que ya no tragamos entero. Donde le pasamos cuenta de cobro a los politiqueros y
bonos en blanco a los buenos políticos. Estamos en la sociedad del conocimiento,
donde cobramos o premiamos excelentes acciones. Sin embargo, con las muestras dadas
últimamente por los mal llamados “honorables padres de la patria”, sumado a la pérdida
de valores y ausencia de liderazgo ético,
es necesario enfrentar un nuevo debate constitucional. Para ello, bienvenida la
iniciativa del senador Juan Carlos Vélez (Proyecto de Ley No. 27/12) que convoca
al pueblo colombiano para que en votación popular decida si una Asamblea Constituyente
acorde al artículo 376 de la Constitución, reforme parcialmente la Carta
Política, con competencia excepcional para modificar normas constitucionales
relativas a la administración de justicia, rama Judicial y articulados que sin
pertenecer a estos temas confluyan con la administración de justicia. Iniciativa
que debería agregársele el tema sobre un mayor perfil profesional para Alcaldes
y Concejales y un Congreso Unicameral. Los huilenses tienen la oportunidad de
sumarse al debate.
Columna publicada en el Diario la Nación: www.lanacion.com.co
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