Jueves, 18 Julio 2013 04:18
El pasado miércoles fue socializado el documento final denominado política pública de empleo para el Huila (Plan de empleo) que lideró según convenio, la Fundación Panamericana para el Desarrollo y el Ministerio de Trabajo en el marco del programa de Asistencia Técnica para el fortalecimiento de las políticas de empleo, emprendimiento y generación de ingresos: “ Un país con más empleo y menos pobreza”, y cuya finalidad concreta es generar oportunidades laborales y empleo de calidad en la población en edad de trabajar.
Conocido el diagnóstico sobre la población que está en edad de trabajar en el departamento, el tipo de trabajo o empleo que desarrollan, las cifras de desempleo, las diferencias salariales por género, porcentaje de mujeres y hombres según su empleo, niños trabajando, clasificación del departamento en torno a su capacidad de generar empleo; sencillamente para quienes manejamos cifras o estadísticas las cosas son terriblemente desgarradoras.
En otras palabras, el panorama es negro.
Por algo nos ganamos el honroso puesto de ser uno de los departamentos con más pobreza y exclusión social. Lo que observé del documento socializado (el cual se convertirá en una Ordenanza, para tenerse como política pública), es que no participaron los que tenían que hacerlo, es decir, todos los alcaldes, gremios, sectores, empresarios, rectores de universidades y de instituciones educativas; le faltó mayor participación (pueblo) y bajo la utilización de herramientas TIC (correos, redes sociales, cuestionarios a la población para aportar ideas), tal vez se haga en el trámite que falta en la Asamblea.
Esto lo expreso porque dejar en el documento la responsabilidad al gobernador en su Plan de Desarrollo la meta de generar 6.540 nuevos empleos de calidad durante su gobierno es supremamente complejo.
El sólo hecho de impulsar la demanda laboral, la creación de emprendimientos sostenibles, las competencias laborales, articulación entre demanda y oferta laboral, cumplimiento de normas y derechos laborales, organización institucional y coordinación del sistema laboral, el observatorio de empleo, fomento del diálogo social entre trabajadores y empleados; no será una tarea fácil, tampoco se tiene con qué y con quién. Está bien que se piense en los empleos que generarán los proyectos que se ejecutarán para que esta cifra se concrete.
El problema, es que terminaremos decepcionados y no se cumplirán las metas como se soñó con el proyecto el Quimbo.
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