ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

miércoles, 21 de agosto de 2013

CORRUPTO O SOCIEDAD CORRUPTA


Verificadas las múltiples definiciones sobre corrupción o corrupto, éstas no permiten la aplicación o concreción en cuanto a un grupo específico de individuos y, mucho menos, determinan o establecen categoría alguna sobre el  corrupto. Podría parecer un poco polémico, pero en realidad la corrupción es una enfermedad, un fenómeno que sufrimos todos los individuos de acuerdo a nuestros propios comportamientos y no responde simplemente a la categorización de una persona.  Hablamos o repetimos (por influencia de medios de comunicación), que un individuo tiene justamente una serie de características casi que genealógicas o genéticas que lo identifican frente a otros por tener la costumbre de robar el erario público. Sin embargo, esto es falso. Sucede todo lo contrario. Todos los seres humanos, desafortunadamente tendemos hacia la corrupción. Lo que ocurre es que nos escudamos en justificaciones absolutamente hipócritas y nos autoengañamos con cualquier tipo de tonterías y estupideces para  escudar situaciones que nos comprometen. 

Pero,  ¿porque todos tendemos a la corrupción?. Sencillamente, por los siguientes elementos: 1.-  Un marcado interés personal. 2.- Obtención de un beneficio extraposicional y, 3.- El abuso de poder. Estos tres pilares, son desafortunadamente sobre los cuales gira nuestra  sociedad de occidente. En primer lugar, ¿Qué hace que un ser humano o individuo actué o cuál es su interés para proceder?. ¿Será única y exclusivamente por un interés altruista, comunitario o de cualquier otra naturaleza?. Desafortunadamente no. La mayoría de los individuos en la sociedad actúan por un interés personal. Como segundo, siempre que se realiza una actividad, por más noble que sea, se quiere obtener un beneficio adicional, no sólo altruista o filantrópico. Por último, en cuanto al abuso del poder, siempre se reflexiona en que ésta es la figura más desastrosa que ha existido en la humanidad. Pero aún, todos, desafortunadamente somos unos pequeños abusadores del poder desde la infancia y en diferentes contextos, en la familia, con los amigos, en la organización donde trabajamos o cualquier otro espacio. No importa si estamos en la posibilidad de ostentar  un poder mínimo, pequeño o grande. Estos argumentos,  lo han confirmado diversos estudios o corrientes psicológicas que van desde el conductismo hasta el individualismo, desde autores como Albert, Skinner, Young o Freud quienes han concluido que entre todas las finalidades del individuo, una en particular, es la obtención del poder. Entonces, debemos entender que el poder no necesariamente se ejerce bajo el contexto de una normatividad, ni bajo el contexto del cumplimiento estricto de una teoría. En el caso del ejercicio del poder absoluto, éste no sigue ni cumple regla alguna. Por lo tanto, corresponde al patrón propio de quien es corrupto.  Esto implica que, cuando una persona llega a una determinada situación del ejercicio de poder, por ejemplo a un determinado cargo, ese poder se manifiesta al máximo, o al menos se visibiliza  profundamente cuando el individuo no tiene ni siquiera un parámetro mínimo de honestidad, constituyendo su actuación o actos el reflejo del verdadero ejercicio de poder. Entonces, llegamos a una desafortunada situación o conclusión de que todos los individuos tenemos,  tendemos y queremos desde nuestro inconsciente o subconsciente, obtener esta manifestación, espacio o situación de poder.

Es importante recalcar, que frente a la obtención de beneficios (no porque uno considere o quiera este tipo de valores)  por el hecho de estar en una sociedad occidental en la que llevamos muchos años diciendo y admitiendo mentiras, estupideces y tonterías, en cuanto a que, la corrupción simplemente se puede determinar es a partir de la educación y del modelo social, que realmente no existen, no corresponde, porque nuestros parámetros de conducta siempre están enfocados o predeterminados es hacia la obtención de beneficios de la manera más sencilla posible. 

Existen varios ejemplos. Entre ellos, el que se personifica jocosamente con quién podríamos llamar, en este caso, Jhony. Jhony, era un niño que creció con el ejemplo que le dio su padre como cualquiera de nosotros; un padre que  por supuesto, declara renta bajando los ingresos de todos su bienes. Un padre que cuando el niño le decía: no quiero ir al colegio, inmediatamente, reflexionaba o se preguntaba: ¿entonces qué hacemos?. Después de haber auscultado resuelve que mejor a través o con la influencia de su tío que es médico se le consiga un certificado médico para presentar la excusa perfecta y quedar muy bien en el Colegio. Por supuesto que Jhony tiene amigos, que le ayudan y le contribuyen a respaldar su intención o petición. Entonces, si esto es repetitivo en una institución educativa o universidad, en la que se construye el futuro de los jóvenes ¿cuál sería el ideal del estudiante?. ¿El ideal de Jhony o el ideal del estudiante honesto?. ¡Por supuesto que no!. El ideal que siempre se construye y se forma es el del abuso, el del que consigue todo fácil, el estudiante que se gana todo, las mejores notas sin ni siquiera estudiar. Ese es el ideal, que lamentablemente se impone.

Si nosotros estuviéramos en otro contexto, por ejemplo, el del programa famoso de televisión llamado “los Simpsoms”, la situación sería diferente.  Si los Simsomps estuvieran en Colombia, Bart Simpsoms sería el presidente de Colombia, más o menos. Sí, porque es el individuo que consigue todo fácil, es el individuo que engaña a todo el mundo, el individuo que abusa de todo el mundo. Fíjense incluso como irónicamente, en toda la proyección que se hace del futuro de los Simsomps, finalmente Bart, termina no tan bien. Mientras que Lisa, que es la juiciosa, termina con una posición mucho mayor.

Pero estamos en Colombia, desafortunadamente y, el sistema no funciona así.  estamos en la gran sociedad de la malicia indígena donde al individuo que más admiramos socialmente, desafortunadamente es el individuo facilista, el individuo que se gana una beca y no quiere estudiar, el individuo que jamás coge un libro y se saca cinco, ese es patéticamente el individuo que nosotros endiosamos en Colombia. Pero esto no para ahí. Jhony sigue creciendo un poco y le toca  prestar el servicio militar. Pero ¿qué ocurre?; que Jhony evade el servicio militar, o lo presta, como el hijo del Presidente Santos y obtiene medallas de madera cuestionable que son reservadas para los hombres con mucho más grado o esfuerzo aportado. Luego, más adelante ingresa a la Universidad. Y, ¿qué intenta hacer ya en su calidad de estudiante universitario?. Por supuesto,  desea obtener la máxima nota a través, no de estudio, sino simplemente de la copia, del plagio y otra serie de mecanismos, menos el del esfuerzo concienzudo. Y, entonces, la mayoría de nosotros pues vamos alimentando esta situación.

Posteriormente, un día, no por casualidad Jhony presencia que sus padres comenten una infracción de tránsito, los detiene un Policía y, como todo policía, prácticamente todos, porque eso en la realidad  se ve de manera cotidiana, éste les dice ante el problema presentado: ¡pues yo quiero ayudarlo, no quiero perjudicarlo, entonces colaboremos juntos en ese problema!. ¿Y qué es lo que termina sucediendo?: que ambos ceden a la corrupción. Jhony observó y se le gravó en su mente cómo sus padres hicieron eso y le queda grabado como parámetro de conducta. Entonces, ¿todas estas conductas se sancionan socialmente?. No, no se sancionan socialmente. Es más, todo lo contrario, son unos antivalores que tenemos como los grandes pilares en nuestra sociedad. El individuo que no estudia y que saca cinco ¿quién es para nosotros?: el más inteligente, el individuo que no paga el servicio militar, al que se le pueden perdonar ciertas actitudes, incluso antisociales. Pues resulta que es el admirado por ser el más vivo, el individuo que no declara renta, el que no se deja robar del Estado. Entonces, surge el patrón de comportamiento en el entendido que como todo el mundo roba, entonces yo tampoco pago impuestos o cumplo mis deberes mínimos y desafortunadamente sobre esos valores se construye nuestro imaginario colectivo. Sin embargo, hipócritamente nosotros venimos siempre a decir: es que la corrupción es algo indefinido, allá inconcreto y yo no sé en qué momento se volvieron extraterrestres (quiénes tienen la responsabilidad de legislar, administrar justicia o gobernar), y además, porqué se volvieron distintos a nosotros.  Esto lo reflexionamos cuando pensamos en los individuos que trabajan en una Alcaldía, en el congreso, en una entidad pública. Pero debemos tener en cuenta que ellos también han sufrido la corrupción como cualquiera de nosotros y sustancialmente tuvieron esos mínimos baches, esos mínimos ejemplos de parte de sus padres.  No obstante, ante el aparente rechazo, de alguna manera a ellos los llamamos individuos corruptos,  aunque esté de presente que no queremos reconocer que lo que tenemos realmente es una sociedad corrupta y desde el punto de vista de los mecanismos de la personalidad lo que queremos es aislar los grandes defectos.  Eso es como cuando una persona tiene un defecto y se intenta aislarlo. Pues así también hacemos con esta serie de individuos que catalogamos como corruptos que finalmente los involucramos o se dejaron involucrar en grandes escándalos de corrupción y son los que en estos momentos están en la cárcel simplemente como mecanismo de defensa del yo, de la reflexión. Cuando el individuo por ejemplo, que es cojo, homosexual y se habla mal de éste último, es más bien porque realmente está reprimiendo el hecho de que también quiere ser homosexual. ¿Pero quién reprime esos deseos?. Entonces, así muchas veces le pasa a nuestra sociedad con el fenómeno de la corrupción. Decimos ese individuo es corrupto. Más bien, ¿no será que nosotros queremos entrar desafortunadamente en ese sistema?, ¿no será que nosotros queremos ser como esos políticos que de un momento a otro llegaron a ser multimillonarios?. Por supuesto, no estamos  haciendo una propagación de los valores de la corrupción, sino que estamos diciendo cómo realmente es la sociedad colombiana, y por eso ¿cuáles son los mecanismos que tienen que establecerse y construirse para la lucha contra la corrupción?.

Por lo tanto, dejémonos de estupideces, de tonterías, de aceptar que hay corruptos, individuos completamente distintos a nosotros, y que debemos sancionarlos fuertemente. No. El corrupto puede ser cualquiera de nosotros como diría una propaganda que se hizo hace mucho tiempo, Pérez, soy yo, Aurelio, puedo ser yo, el corrupto puedo ser yo, cualquiera de nosotros puede llegar a un acto de corrupción. Por eso las medidas que se tomen frente a la corrupción no son medidas que se tomen frente a extraterrestres, son medidas frente a cualquiera de nosotros para evitar las tentaciones que tiene la  corrupción.

Estos aspectos pretendieron abordarse en el nuevo Estatuto Anticorrupción.  Más aún, cuando se incluyó un eje transversal que hace alusión al aumento de las inhabilidades. Pero recordemos. Todos los individuos tendemos a la corrupción, todos los individuos podemos tener tentaciones, ¿quién no la ha tenido?.  Que sucede si en estos momentos, Usted fuera un juez de la República y en el ejercicio de sus funciones,  le llegara un caso de un primo, amigo, o el de su papá o de un hijo. ¿Será que uno no tiendo a favorecerlo?. Por supuesto que tiendo a favorecerlo. Pero, ¿cómo evitamos esas tentaciones?, ¿por qué no evitamos que me lleguen esos procesos?, ¿por qué no se los damos a otra persona?. En ese campo del régimen de inhabilidades, llegamos al reconocimiento de que los individuos podemos llegar a cometer un acto corrupto y de allí que lo que tengamos es que impedir ese contacto con el conflicto, impedir los conflictos de interés.

No seamos hipócritas frente a la corrupción, el corrupto no es un extraterrestre, el corrupto puede ser cualquiera de nosotros, evitemos caer en estas tentaciones y la mejor forma de luchar definitivamente contra la corrupción es absteniéndonos de tener que actuar en determinados casos porque de lo contrario, lo que estamos haciendo es favorecer la corrupción. La corrupción se da en todos los escenarios, públicos y privados, en todas las profesiones, en todos los sectores y con cada una de las personas. También en todos los rangos o cargos que se desempeñan, se da en las familias y hasta en cualquier tipo de organización. Por lo tanto, el esfuerzo que debemos tener, es no caer en tentaciones que conduzcan a la corrupción en cualquier nivel (público o privado).

4 comentarios:

EL VIAJERO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EL VIAJERO dijo...

depende de cada uno por empezar a aplicar todos los principios de la funcion publica, asi esta sera cada vez mas transparente

Unknown dijo...

Con relación al tema de la corrupción, estoy totalmente de acuerdo con lo que dice el profesor Obed, ya que siempre primero que todo pensamos en nosotros mismos, es por eso que la mayoría de políticos cuando estan en el poder se les olvida las promesas que le hicieron al pueblo, y la mayoría tratan de sacar su propia tajada, es por eso que muchos luchan por llegar al poder político, porque cuando terminan su mandato se les ve buenos carros, las casas lujosas, viajes a todas partes, y muchas otras comodidades. En mi opinión creo que si algún día llegamos al poder político debemos pensar muy bien lo que vamos a hacer, que no vaya a suceder que por una firma que hagamos, nos vaya a dar mucho dinero, pero que al final resultemos en la carcel, y eso si que es peor, es mejor no tener mucho dinero, pero disfrutar de la libertad. Que bueno sería que todos los políticos cuando esten en el poder recordaran todos esos valores que nos enseñan en las instituciones educativas y no roben al pueblo. Es por ello que debería exigirsele a los servidores públicos que antes de ejercer un cargo publico estudien para ello, ya que en esta importante carrera de Administración Pública, los profesores nos enseñan que ante todo se debe servir al pueblo, porque es para ello que se les elige.

Shirley Tique Chaparro
Estudiante cuarto semestre de
Administración Publica Territorial
Arauca

Anónimo dijo...

No es un caso exclusivo de Colombia, aquí en España se puede observar también en primera línea. Y es cierto que la ley o el sistema favorece estos comportamientos, porque el ciudadano de a pie que especula con las viviendas, ¿como le llamamos?

Aquí en España hemos tenido una burbuja inmobiliaria importante. Gracias al crédito bancario las casas subían de precio cada año, al ritmo de doblar el precio en 10 años. Todo el mundo quería sumarse a ese negocio y quien no lo hacía era porque no disponía del dinero. Por lo tanto todo el mundo es culpable de especulación, pero sólo ve la paja en el ojo ajeno. Del resultado, que necesitas 50 años para pagar una vivienda, ¿quién es el responsable, sólo los bancos y las grandes constructoras?

Los impuestos también se evaden aquí, es el deporte nacional. ¿Pero como puede uno estar de acuerdo en pagar grandes cantidades cuando sabe que los demás no lo hacen, y que el estado usa ese dinero para rescatar a bancos corruptos, por ejemplo? ¿Donde está el orgullo en eso?

Podría hurgar mucho más profundamente pero no tengo tiempo... Y el fondo creo que lo encontraremos en la educación y en el propio sistema capitalista, que es injusto por naturaleza.

¿Qué se puede esperar de una filosofía de vida basada en la competencia, la escasez y la rentabilidad personal?