OBERT ALEJANDRO ORTIZ R.
Los importantes proyectos que se están cristalizando en el Huila nos colocarán en una posición privilegiada dentro del contexto surcolombiano y de Suramérica, como resultado de la unión del liderazgo de nuestros gobernantes, dirigencia política, empresarial y el apoyo del gobierno nacional, a fin de apuntarle a la competitividad regional. Ello implica unos retos urgentes para responder en el futuro de los cuales no podemos substraernos como quedó validado en la visión 2020.
Sin embargo, las Universidades, parecen estar de espalda a la realidad del contexto de estos macroproyectos y, aún no reaccionan, mucho menos, se les ve la proactividad o su capacidad emprendedora frente al tema.
Propongo al Gobernador y al Alcalde de Neiva (como se hizo en España), que se estudie la posibilidad de separar unos recursos en sus presupuestos destinados a ciencia y tecnología o competitividad para el próximo año, y se convoque a las universidades que aquí hacen presencia, para que presenten y potencien un proyecto regional que le apueste a lo sostenible o saludable y, a su vez, dediquen todos los esfuerzos que los conduzca hacia la innovación y permita crear un gran campus del conocimiento o como se llaman ya en Suecia, ecosistemas del conocimiento.
En tres meses elaborarían la propuesta global, planes o proyectos plurianuales que contenga la creación de nuevos grupos o centros de investigación, incubadoras de empresas y los convenios suscritos para lograrlo. Así mismo, un plan estratégico en el cual analicen de donde vienen, como están en el presente y a dónde quieren llegar en cuatro años y los recursos económicos y financieros requeridos para lograrlo y que su proyectos se basen en estos cuatro grandes ejes: docencia, investigación, innovación y entorno social.
Esta sería una oportunidad para que las universidades se pongan las pilas y le apuesten a la excelencia e internacionalización como principales objetivos y propósitos de la región y contribuir al desarrollo económico y social de su entorno, al igual que la definición del proyecto de futuro, es decir, cuál es la posición de partida y a dónde se quiere llegar y la agregación entre instituciones académicas, de investigación, empresas, etc.
Significaría el primer embrión de lo que serán estas instituciones de educación superior en el futuro y constituiría la primera iniciativa que da una idea clara de cómo construir la arquitectura en la que se sostenga el tan anunciado nuevo modelo productivo basado en el conocimiento como lo ha definido Colciencias en “Colombia construye y siembra futuro”.
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