ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

jueves, 18 de febrero de 2021

¡Ampliar el periodo presidencial!

 Columna publicada en el Diario la Nación el 17/02/2021

Ante la aparente propuesta de la Federación de Municipios de ampliar el periodo presidencial, con el argumento de reducir 3 billones que cuestan las elecciones del 2022 y, de paso, evitar la multiplicación de los contagios por Covid-19; en estos momentos coyunturales es hasta insólita, por no decir, que no pasa de ser un mal chiste. Esperamos, que el gobierno desmienta esta iniciativa aprovechada por los medios de comunicación y aclare, que ni siquiera la han contemplado en esa agenda con supremacía de poder como rama ejecutiva que han tenido en esta pandemia (bajo el velo de la pandemia mundial), y en la que se anuló el equilibrio de poderes con relación a la rama legislativa y judicial. Ello sería, ratificar que en este país nos lo hemos pasado de “timbo en tambo” privilegiando los intereses de unos pocos en el poder y, demostrando que la democracia más sólida del contexto latinoamericano, es puro cuento. De hecho, ¿Cuál democracia?. Personalmente, en las elecciones pasadas voté por presidente para un periodo de 4 años. Con unas propuestas para ese periodo. Ampliar el periodo no es conveniente. Ello profundizaría el debilitamiento de la escaza o nula participación ciudadana que tenemos. La reelección presidencial ya hizo mucho daño en este sentido. Pareciera que reculamos y no aprendemos de la historia. Ni siquiera aprendimos de todo ese debate que se dio entre si era mejor tener un designado o vicepresidente. Tampoco de los dos periodos de una reelección presidencial. Tampoco de los hundimientos de proyectos sobre periodos de los gobernadores y alcaldes, entre otros. Permitir la ampliación del periodo presidencial por parte del Congreso de la República, es un tanto como decir que los representantes y senadores actuales sucumbieron ante la supremacía del poder de la rama ejecutiva, de las migajas del poder, de la degradación de la política, del poco respeto que merecen los ciudadanos y que la rama judicial merece estar en el pedestal de árbitro, por si se le requiere en algún caso. Tampoco, podría justificarse ignorancia del pueblo. No señor. Todas las estadísticas indican en materia de apropiación tecnológica y digital, que los ciudadanos durante este año de cuarentena, distanciamiento social, aislamiento y, teletrabajo, tuvo un adelanto de casi 10 años. Hoy no discutimos la importancia de la digitalización y virtualidad. Más bien, a ciertos servidores públicos, les ha quedado grande el reto digital. Pero no a los ciudadanos en general. Es decir, desde los niños hasta los de la tercera edad, hemos tenido que interactuar ya con cierta facilidad en internet. Razón para que pueda realizarse unas elecciones con votación de manera electrónica. Estamos seguros, que se elevaría el nivel de participación. Tal vez, a eso se le tiene miedo. Ya no habría ejército de pregoneros, compra de votos, incluso, disminuiría la financiación de campañas políticas. Lo que deben hacer señores congresistas, es tramitar el proyecto, con iniciativa parlamentaria (para que en algo dignifiquen su poder de rama legislativa), para adelantarse a la validación del voto digital. De esa manera, ratificarían que hemos apropiado la digitalización en Colombia. A tal punto, que hasta las elecciones son virtuales.


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