ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

sábado, 28 de enero de 2017

LA ADICCION A LA TECNOLOGÍA

El discurso viral contra los 'Millennials' que sorprende al mundo
El escritor y motivador británico Simon Sinek, mundialmente conocido por su charla de 2009 en TED 'Cómo los grandes líderes inspiran a la acción', participó el pasado 7 de septiembre en el programa 'Inside Quest', en el que expresa su visión sobre los 'Millennials' (generación de nacidos entre 1981 y el 2000). Sus palabras son una crítica implacable a las debilidades de las personas de este segmento de la población, en la que se cuestiona que crecieron creyendo que podían tenerlo todo con solo desearlo, que escapan de su frustración con la adicción a las redes sociales y que disimulan su ansiedad con la "satisfacción instantánea", dejando un vacío al momento de enfrentarse al mundo real. Sinek termina su intervención sugiriendo que los 'Millennials' necesitan paciencia para disfrutar de "las cosas que realmente importan". Este discurso que impacta, en el caso colombiano, a más de 12 millones de habitantes según la firma de investigación de mercados YanHaas, es una pieza viral
Me he tomado el trabajo de transcribirlo para todos mis contactos, quienes no tienen la posibilidad de verlo y escucharlo, pero si leerlo.  
“Se les acusa a los millennials de creerse con derechos, narcisos, egoístas y perezosos. Pero creerse con derechos, es lo principal. Y porque confunden demasiado el liderazgo: Lo que pasa es que los líderes están preguntándole que quieren. Y éstos millennials responden: queremos trabajar en un lugar con propósito. Me encanta. Queremos generar impacto. Lo que sea que eso signifique. Queremos comida gratis y pufs. Cuando logran un trabajo con propósito y mucho pufs, mucha comida gratis y, aun así, por alguna razón, todavía no son felices, y es porque hay una pieza faltante. Y lo que he aprendido es que puedo dividirlo en 4 piezas, cuatro cosas o características: La primera es la crianza, la otra es la tecnología, la tercera es la impaciencia, y la cuarta es el ambiente. Muchos de la generación que llamamos millennials crecieron sujetos a estrategias fallidas de crianza. Donde por ejemplo les dijeron que eran especiales. Todo el tiempo. Les dijeron que tendrían todo lo que quisieran en la vida, solo por quererlo. Algunos recibieron galardones no porque lo merecieran, sino porque sus padres se quejaron. Y muchos recibieron la mejor nota porque los profesores no se querían enfrentar a los padres. Algunos obtuvieron medallas de participación, le dieron medallas por llegar de últimos. La ciencia que tenemos es muy clara: Eso devalúa el valor de la medalla y la recompensa de aquellos que trabajaron duro para conseguirla. Y que la persona que llegue de última se avergüence, porque no la merecía y eso lo hace sentir peor. Uno toma a este grupo de personas (millennial), se gradúan, obtienen un trabajo con el mundo real y, en un instante, se dan cuenta de que no son especiales. Que su mama no puede conseguirles un ascenso, que no te dan nada por llegar de último y, a propósito, no tendrás todo lo que deseas sólo por quererlo. En un instante su autoimagen se viene abajo. Tienes una generación entera que crece con menor autoestima que las anteriores. El otro problema que lo complejiza es que crecemos en un mundo de Facebook e instagram, en otras palabras, somos muy buenos poniéndole filtro a las cosas, somos muy buenos mostrándole a la gente que la vida es asombrosa, así esté deprimido. Y entonces, todos suenan rudos como si lo supieran todo. Y la realidad es que hay muy poca fortaleza y muy pocos lo saben todo. Entonces, cuando alguien mayor pregunta ¿que vamos a hacer?.  Ellos dicen, estos es lo que tenemos que hacer. Y no tienen ni idea. Así que tienes una generación entera creciendo con una autoestima más baja que la anterior. Y no es culpa de ellos. Les toco una mala situación. Ahora, añadamos la tecnología. Sabemos que la interacción con las redes sociales y nuestros celulares libera un químico llamado dopamina. Por eso cuando recibes un mensaje se siente bien. Todos lo hemos sentido cuando estamos un poco tristes o solos. Que enviamos un mensaje a diez amigos: hola, hola, hola, porque se siente bien cuando responden. Es por eso ue contamos los links, por eso volvemos diez veces a ver qué está pasando. Mi instagran está subiendo lento, ‘Qué está pasando?, ¿será que ya no les gusto?. El trauma de los chicos de ser eliminados de amigos. Porque sabes que cuando lo logras, sientes una dosis de dopamina, y se siente bien. Porque nos gusta es que volvemos a hacerlo. Y la dopamina es exactamente el mismo químico que nos hace sentir bien cuando fumamos, cuando bebemos y cuando apostamos. En otras palabras, es altamente adictiva. Tenemos restricciones de edad para fumar, apostar y para el alcohol. Y no tenemos restricciones de edad para las redes sociales ni para los celulares, lo que equivale a abrir la licorera y, decir a los adolescentes: Mira aquí. Ese adolescente sí se pone triste. Eso es básicamente lo que pasa. Tienes una generación entera que tiene acceso a un aditivo y adormecedor químico llamado dopamina a través de las redes sociales y celulares durante el alto estrés de la adolescencia. ¿Por qué esto es tan importante?. Casi todos los alcohólicos, descubrieron el alcohol cuando eran adolescentes. Cuando somos pequeños, la única aprobación que necesitamos es la aprobación de nuestros padres. Mientras pasamos la adolescencia y pasamos esta transición, es donde necesitamos la aprobación de nuestros semejantes. Muy frustrante para los padres. Muy importante para nosotros porque nos permite culturizarnos afuera de nuestras familias hacia tribus externas. Es un periodo altamente estresante y ansioso de nuestras vidas. Y se supone que aprendemos a apoyarnos en nuestros amigos. Algunas personas descubren por accidente el alcohol y los efectos tranquilizantes de la dopamina que les ayuda a sobrellevar el estrés y la ansiedad de la adolescencia. Infortunadamente eso queda programado en sus cerebros, y por el resto de sus vidas. Cuando sufren un estrés importante, no acudirán a una persona, acudirán a la botella. Entonces, estrés social, estrés financiero y estrés profesional son las razones principales por las que un alcohólico bebe. Lo que pasa es que permitimos el acceso ilimitado a estos aparatos y redes productoras de dopamina que los están programando y lo que vemos cuando crecen es que muchos chicos no saben cómo formar relaciones profundas ni significativas. Son sus palabras (no las mías). Ellos admitirán que muchas de sus amistades son superficiales. Admitirán que no cuentan con sus amigos, que se divierten con ellos, pero ellos saben que los cambiarán de plan si algo más aparece. Las relaciones profundas no están ahí porque nunca practicaron las habilidades necesarias y, peor aún, no tienen los mecanismos para lidiar con el estrés, cuando aparece algún estrés significativo para sus vidas, no acudirán a una persona, acudirán a un aparato, acudirán a sus redes sociales. Acuden a estas cosas que les ofrecen alivio temporal.  Nosotros sabemos, y la ciencia es claro en decirlo: La gente que pasa más tiempo en Facebook sufre de índices de depresión más altos que quienes pasan menos tiempo. Estas cosas se balancean. El alcohol no es malo. Mucho alcohol es malo. Apostar es divertido. Apostar mucho es peligroso. No hay nada malo con las redes sociales ni los celulares, es el desbalance. Si están cenando con tus amigos y mandas mensajes a alguien que no está ahí. Eso no es un problema, es una adicción. Si estás en una reunión con gente que supuestamente deberías estar escuchando y hablando, y pones tu teléfono sobre la mesa. Boca arriba o boca abajo, no me interesa. Eso manda un mensaje inconsciente a todos. ¿saben?. Ustedes no son tan importantes para mí. Eso es lo que pasa.  Y el hecho de que no lo puedas poner lejos, es porque eres un adicto. Si te levantas y miras tu celular buenos días a tu novia, novio o esposo, tienes una adicción. Y como toda adicción con el tiempo, destruirá relaciones, costará tiempo, costará dinero, y hará tu vida peor. Entonces tiene una generación creciendo con baja autoestima. Que no tiene mecanismos de supervivencia para lidiar con el estrés. Ahora añádale la sensación de impaciencia. Crecieron en un mundo de recompensa instantánea. ¿quieres comprar algo?. Vas a Amazon o mercado libre y llega al día siguiente. ¿Quieres ver una película?, accede y mira la película, no tienes que esperar las horas de las películas. ¿Quieres ver una serie de televisión?. Bamm.., ni siquieras tienes que esperar cada semana. Conozco gente que se salta temporadas enteras, sólo para poder ver el final. Recompensa instantánea. ¿Quieres salir con alguien?. Ni si quieras tienes que aprender a ser ¿hey?. No tienes que aprender ni practicar esa habilidad. Ni tienes que estar en ese mundo incómodo donde ella dice sí y, significa no, y no significa sí. Sólo desliza su dedo en el celular y bing, soy un galán. No tienes que aprender los mecanismos sociales de supervivencia. Todo lo que quieras lo puedes tener instantáneamente. Todo lo que quiera, recompensa instantánea. Excepto. Satisfacción laboral, y fortaleza en las relaciones. No existe un app para eso. Son procesos lentos, serpenteantes, incómodos y desordenados. Me sigo encontrando esos chicos maravillosos, fantásticos, idealistas, trabajadores e inteligentes que se acaban de graduar y apenas están empezando en un trabajo. Me siento con ellos y les pregunto ¿cómo va todo?. Y ellos responden: Creo que voy a renunciar.  Y Pregunto “¿por qué?, y dicen: no estoy logrando un impacto. Yo les digo, llevan 8 meses. Es como si se paran al frente de una montaña, y tuvieran este concepto abstracto llamado “impacto” que quieren tener en el mundo. Eso es la cumbre, lo que no ven es la montaña. No me importa si subes la montaña lento o rápido, pero igual hay una montaña. Entonces, lo que tiene que aprender esta joven generación, es paciencia. Que ciertas cosas que de verdad importan como el amor, la alegría, el éxito laboral, el amor por la vida, por el autoestima, un conjunto de habilidades o cualquiera de estas cosas, todas estas cosas toman tiempo. Algunas veces puedes avanzar en ciertos pedazos. Pero el viaje completo es arduo, largo y difícil.  Y si no buscas ayuda, y aprendes las habilidades, te caerás de la montaña. El peor de los casos (que ya lo estamos viendo), es el incremento en porcentaje de suicidios. Hemos visto en esta generación, el incremento de muertes accidentales debido a sobredosis de drogas, hemos visto más y más chicos abandonar la escuela o tomar pausas largas debido a depresión. Inaudito. Esto es muy malo. El mejor escenario. Todos estos son malos casos. El mejor de los casos es que tendrás una población entera creciendo y yendo por la vida sin encontrar nunca una alegría. Nunca encontrarán realización profunda en su trabajo o en la vida. Pasaran por la vida diciendo que todo está bien. ¿Cómo va el trabajo?, todo bien. Igual que ayer. ¿Cómo va tu relación?. Todo bien. Es el mejor escenario posible. Lo que me lleva al cuarto punto que es al ambiente. Donde estamos tomando este grupo de chicos sorprendentes y fantásticos a los que les toco una mala situación   No es culpa. Y los ponemos en ambientes corporativos donde importan más los números que los chicos. Donde importan más las ganancias a corto plazo que las vidas a largo plazo de este joven ser humano. Nos preocupamos más por el año que por la vida. Los ponemos en ambientes corporativos que no están ayudando a construir confianza, que no les están ayudando a aprender habilidades de cooperación, que no les ayudan a superar los desafíos del mundo digital y encontrar un balance, no los están ayudando a superar la necesidad de tener recompensa instantánea. Y enseñarles la felicidad, el impacto y la realización que obtienes trabajando duro por mucho tiempo. En algo que no se puede hacer en un mes o hasta en un año. Los metemos en ambientes corporativos y la peor parte es que ellos creen que es su culpa. Se culpan a sí mismos. Creen que ellos son los que no pueden. No es así. Estoy aquí para decirles que no son ellos. Son las corporaciones, el ambiente corporativo, la falta total de buen liderazgo en el mundo de hoy. Los están haciendo sentir así. Odio decirlo, pero es responsabilidad de los compañeros. Apesta ser tú, pero no teníamos otra opción. Esto es lo que hay. Ojalá la sociedad y los padres hubieran hecho una mejor labor, pero no. Ahora los metemos en las compañías y recogemos la flojera. Tenemos que trabajar extra y duro para encontrar las maneras de construir confianza, para encontrar formas de enseñarles las habilidades sociales que les faltan. No debería haber celulares en las salas de reuniones. Ninguno. Cero. Y tampoco se trata de sentarse afuera para mandar mensajes. Cuando estas esperando a que una reunión comience, esto es lo que hacemos, nos sentamos a darle al celular y, así esperamos a que la reunión comience. ¿comenzó la reunión?. Okey. ¿No!. Así no es como las relaciones se forman. ¿Recuerdas que hablamos de las pequeñas cosas?. Las relaciones se forman de esta manera, cuando esperamos que la reunión comience y decimos a los que están ahí presentes o al que esté más cercano a mi: ¿Cómo está tu papa?. Escuché que estaba en el hospital. Y el otro responde: Está mucho mejor, gracias por preguntar. Ya está en casa. Me alegra saberlo. Eso es asombroso. Sí lo sé. Fue bastante aterrador. Así es como se forman las relaciones. Hey,  ya tienes listo el reporte?. Oh, Dios mío, no lo hice. Yo le ayudo.  Yo te puedo ayudar con eso. ¿En serio?. Así es como se forma la confianza. La confianza no se forma en una eventualidad,  en un día. Ni siquiera los malos momentos se forman en un día ni inmediatamente. Es la constancia lenta y permanente. Tenemos que crear mecanismos donde permitamos que esas pequeñas interacciones sucedan. Pero cuando permitimos celulares en las salas de reuniones, en la hora de las comidas, en las alcobas, no se logrará. Oh tengo mi reunión. Y mi favorito es cuando hay un celular, ahí tu estas. Y suenas y tú dices: no voy a contestar. El señor magnánimo. Cuando vas a comer con tus amigos. Yo hago esto con mis amigos. Cuando vamos a cenar y nos vamos juntos. Dejamos los celulares en casa. Tal vez uno traiga su celular en caso de que tengamos que llamar un Uber o tomar una foto de nuestra comida. Soy idealista pero no estoy loco. Llevamos un celular. Entonces es como un alcohólico. La razón por la que quitamos el alcohol de la casa es porque no podemos confiar en el poder de nuestra voluntad. No somos suficientemente fuertes. Pero cuando quitas la tentación. Todo es más fácil. Pero cuando dices: no mires tu teléfono. La gente dirá que sí, pero luego irá al baño y qué es lo primero que hacemos. Miramos el teléfono porque no queremos mirar el restaurante por unos minutos. Pero si no tienes el teléfono, simplemente disfrutas el mundo. Ahí es donde pasan las ideas. Las constantes interacciones, no es donde tienes innovaciones e ideas. Las ideas pasan cuando nuestras mentes divagan. Cuando ves algo y dices: apuesto a que puedo hacer eso. Eso se llama innovación. Estamos perdiendo esos pequeños momentos. Nadie debería cargar su teléfono al lado de la cama. Deberíamos cargar nuestros teléfonos en la sala. Quitar las tentaciones. Si te levantas en medio de la noche sin poder dormir, no veras tu teléfono. Eso te empeoraría. Si está en la sala, estás relajado, está bien. Pero es mi reloj, despertador, comprar un reloj despertador. Cuestan ocho dólares, yo te compro uno. Esto, para no tener un celular en su alcoba. Y no ceder a la tentación. Fuera los celulares o móviles de las consas sencillas. La vida se está perdiendo”.
Gracias amigos, por tomarse el tiempo para leer y poner en práctica este tema. Es preocupante la adicción a la telefonía móvil.

OBERT ALEJANDRO ORTIZ RODRIUEZ
Conferencista
Cel 3153083704

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