ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

miércoles, 4 de abril de 2018

¿RECONOCIMIENTOS POSTUMOS?

Columna publicada en el Diario la Nación el 04/03/2018

Ante la hipocresía y doble moral de la mayoría de las personas, en particular de quienes se beneficiaron con su labor y humanidad del ex-concejal Sandoval (q.e.d.), me permito reproducir este texto de la red social (28/03/18), del también exconcejal Fulvio Mosquera, que describe perfectamente a este gran personaje y ejemplo: “conocí a Ivancito el 02/01/95, cuando tomé posesión como concejal de Neiva. "El concejal pepita", como lo llamaban cariñosamente, fue un militante activo de su glorioso Partido conservador, un concejal extremadamente servicial y con gran calado popular. Tal vez aportaba poco a las discusiones de los proyectos de gran envergadura o de interés general para la ciudad, pero le colaboraba a la administración con su voto de aprobación, excepto cuando algún concejal le infundía temor por una presunta investigación de la Fiscalía. Fue un hombre honrado y bien intencionado, parecía designado por la Divina Providencia para servirle a sus seguidores y a las comunidades de los barrios más humildes de la ciudad.
Era frecuente verlo en las entidades públicas, sobre todo en las de la Alcaldía, haciendo una y otra gestión; no escatimaba esfuerzos para madrugar todos los días a la Secretaria de Obras Públicas o al Imoc, para llevar soluciones a sus comunidades y demostrarles su diligente y fructífera capacidad de gestión.

Se mostró como tal, humilde, no perdió de vista su sencillez; vencido por el paso de los años, siguió su trayectoria, capoteando las más duras adversidades financieras y de salud, porque no acumuló plata para su vejez, no fue ambicioso, ni de negocios, simplemente dedicó toda su vida a servir desinteresadamente a su comunidad; no heredó capital alguno, ni tampoco se le conoció fraguando intrigas para lucrarse de sus decisiones; yo creo que Ivancito, tampoco pudo escapar a las mordeduras y picaduras de las serpientes venenosas de sus malquerientes, quienes no ahorraron improperios para no dejarlo avanzar.

Su permanencia en el Concejo, la consiguió con una cuota de sacrificio muy alta, despojándose con generosidad de sus exiguos recursos para atender las calamidades domésticas de sus electores; bondad, que algunos aprovecharon hábil y abusivamente.

No es un atrevimiento afirmar que la mayoría de la comunidad tiende a desconocer la utilidad de la gestión de hombres como Luis Ivan, y el propio mejoramiento de su calidad de vida, simplemente por la fragilidad de sus valores y principios, además porque han sido empujados a pensar y actuar para el momento, con egoísmo, envidia y mezquinos intereses; la comunidad en general y de los sectores populares en particular vienen perdiendo la memoria, la capacidad de soñar y visualizar un futuro promisorio; perdiendo un don tan preciado como la gratitud.

Partió sin recibir el cálido reconocimiento, que hubiera sido el bálsamo para aliviar las dolencias de su alma”. Que tristeza. Así no es.

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