ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

martes, 5 de junio de 2018

NO A DISCIPLINA PARA PERROS

Columna publicada en el Diario la Nación el 30/05/18



Cuando nos encontramos reflexionando sobre los resultados electorales (perdedores, ganadores) del pasado domingo, así como, sobre las distintas estrategias para orientar o conquistar el posible voto de las personas que llegaron hasta esta instancia directa con sus propios candidatos para que se una a cualquiera de los dos extremos (derecha – izquierda); no la tendrán fácil, pues la disciplina para perros en otros tiempos implementada a los seguidores de un partido, ya no se podrán aplicar hoy. El acceso a la información, el cambio de generaciones, la definición de prioridades tanto personales como de lo que debe ser el rol del Estado, entre otros factores, ha permitido que el votante no siga lineamientos de un partido, sino unos ideales propios y que los vea reflejados en el candidato. No pueden los dirigentes que perdieron en estas elecciones, abrogarse el derecho de endosar o limitar la actuación de sus seguidores o votantes. Así que pierden el año, quienes piensen que con el sólo hecho de lograr una alianza con los candidatos ganadores y los que no pasaron a la segunda vuelta, ya tendrán asegurados esos votos y procedan matemáticamente a hacer cuentas alegres. Lo único es que quedarían endosados, con este tipo de acuerdos. Así que pierden el tiempo, al hacer coqueteos de una campaña con la otra para asegurar esos votos. Incluso, eso generaría rechazo. Es vergonzoso observar el actual panorama, cuando ciertos candidatos, quienes en su momento expresaron que jamás se unirían a ciertos candidatos, ya han doblado la mano y, hasta la cabeza, para sumarse a las que antes denigraron. Es decir, en política, parece que el todo sí vale. Ese aparente tridilema del grupo de Fajardo, cambio radical y del partido liberal de si se van para donde Duque o Petro, o si dejan en libertad a sus votantes, no es complicado de resolver. Como están las cosas, lo mejor que pueden hacer los dirigentes de esos partidos, es manifestar que sus votantes decidan con autonomía su inclinación por una u otra campaña dado que la disciplina para perros ya no les aplica. Quedó demostrado en las elecciones anteriores, cuando los mismos líderes políticos escogieron tolda como se le dio la gana. El sólo hecho de analizar lo de Humberto de la Calle, donde los congresistas hicieron como aquellos que tiran la piedra y luego esconden la mano, es triste. Luego salen a lavarse las manos, para decir, que si ayudaron cuando por debajo de cuerda ya estaban en las campañas ganadoras. Ni que decir, con los de cambio radical, que sí tenía toda la maquinaria y, ni eso funcionó. Fiel reflejo de la realidad.  “Interés cuánto vales”. Sin embargo, como estamos en una democracia, y necesariamente debemos elegir un gobernante, tomemos partido en ello. Pero de manera libre.

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