ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, cursante del Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en el Colegio de Morelos (México), ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

viernes, 27 de diciembre de 2013

CRISIS INSTITUCIONAL O FUNDAMENTAL

Martes, 24 Diciembre 2013 05:05


Culminaba mi cuarto año de derecho cuando asesinaron a Álvaro Gómez Hurtado (2/11/95) y por fin empezó a entenderse con más ahínco sus ideas en cuanto a que lo que debíamos cambiar era el “régimen” y “ponernos de acuerdo sobre lo fundamental”, pero lamentablemente no hemos hecho nada. Desde esta fecha, he tratado de comprender las lecciones que me daba mi abuelo analfabeta (de ideas liberales) a finales de los 70 y parte de la década de los 80 al explicarme que Álvaro Gómez hubiese podido ser un buen, o quizás, el mejor Presidente de Colombia por su pensamiento (precisamente de cambiar el régimen y volver a lo fundamental), pero que por la sombra que le había dejado su padre (ex presidente entre 1950-1953) jamás llegaría a ser primer mandatario de los colombianos.

Evoco esta gran enseñanza, dadas las circunstancias que actualmente estamos viviendo en Colombia y que definitivamente nos hace, no sólo pensar, sino actuar, para ver de qué manera cambiamos este régimen que nos está agobiando y conduciendo a un túnel sin salida y regresar al sendero, o mejor, orientarnos para buscar y ponernos de acuerdo sobre lo fundamental, lo que verdaderamente nos pacifique hasta en nuestras familias. Esta sin salida de la Contralora con el Fiscal, del Procurador con lo de Petro, del Fiscal con el Procurador, la encrucijada del Presidente ante lo de Petro, la acción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ante el caso de Petro, la actuación o no o choque de trenes de las altas cortes, los carruseles (de contratación y reelección), la pérdida de territorio con Nicaragua, enfrentamiento entre miembros de los partidos, congresistas desprestigiados, fabricación de leyes a diestra y siniestra para responder a exigencias internacionales, movilización ciudadana cada vez en aumento por inconformismo ante la solución de sus necesidades (campesinos, maestros, estudiantes, indígenas y hasta políticos), proceso de negociación de paz que aún no convence a la mayoría de los colombianos, carencia de verdaderos liderazgos y afianzamiento de los delfinazgos, etc., etc. Es decir, ¿Cuál prosperidad democrática para el país, cuando al parecer sólo ha estado pegada o justificada en la repartición de puestos?

Necesitamos cambiar esta realidad y promover un acuerdo fundamental en la que los colombianos tengamos unos propósitos superiores de justicia social y desarrollo económico. Pido esta reflexión a gritos como regalo de Navidad.

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