Columna publicada el 12/10/2022
La semana anterior, se llevó a cabo en Neiva el foro educativo municipal con su lema “trayectorias educativas completas y gestión de los aprendizajes”, dirigido a toda la comunidad educativa (padres de familia, estudiantes, docentes, directivos docentes) y comunidad en general. Un evento que debiera ser taquillero por llamarlo en esos términos, pues se reflexionaría sobre la educación que tenemos y queremos para esta importante capital del río magdalena. Curiosamente, ni los padres de familia, ni estudiantes y tampoco la comunidad neivana (ni medios de comunicación) parecieran tomar partido para entender y comprender cómo va y se proyecta la educación que se imparte en nuestros hijos. Se enfatizó en las estrategias pedagógicas que se requieren por parte del docente para el desarrollo del proceso educativo, particularmente, las relacionadas con el manejo emocional de los niños o estudiantes. Entre ellas, asertividad, empatía, generación creativa de opciones, manejo de conflictos, escucha activa y pensamiento crítico. Cada una de estas emociones, sí los docentes la abordamos con maestría, se podrá ayudar al proceso de formación de los estudiantes. El llamado es que debemos impactar en el nivel de conflictividad, agresión, conexión con el otro, alternativas para actuar, concertación de acuerdos dentro del aula e impulsar la capacidad de cuestionar para cambiar en los niños. Lo que ocurre dentro del aula y en la institución educativa es un universo de cosas desconocido para padres de familia. Se presenta más bien una desconexión de estos con la escuela. No se da la camaradería y no se contribuye como debiera ser en el proyecto educativo de la institución por estos. Cabe la frase: la escuela se convirtió más bien en la guardería de los padres y no en la institución que contribuye en la formación de los niños. Por otro lado, se hizo un llamado a tumbar los muros mentales que hemos construido con base en las creencias de todo tipo y, hacer de la escuela un territorio que nos permita comportarnos de otra manera (transitar por otros mundos) y sin la reverencia a los miedos. Así mismo, sobre la necesidad de encontrar una luz al final del túnel de este apagón pedagógico en el que nos encontramos desde hace varios años y contribuir a verdaderas transformaciones sociales. En la necesidad de reconstruir un nuevo sentido del derecho a la educación, otras formas de construcción de lo público, promover la educación como principal interés de la sociedad, rehacer los fines y pertinencia de la educación, el rol protagónico del maestro y de la escuela, proyecto educativo institucional conectado con el de la ciudad, así como el planeta en mi aldea y cómo me implico en ella, la no instrumentalización de la educación, ¿educación en donde, a quién, cómo, que tipo?, diferentes formas acceder a la realidad mediante la educación, la tecnología pero como apoyo a la educación y no como solución, no sucumbir a las modas pasajeras que azotan a la educación, alertar ante discursos dominantes e incluso de ideologías, retomar la pedagogía de la autonomía y apuntarle a un paradigma de educación popular. En general, que al estar en una crisis de la civilización como la que tenemos, constituye el mejor momento para pensar y modificar la escuela que tenemos. Gran reto de la Secretaría de educación para atender llamado.
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