Cuando nos disponemos a efectuar el balance de lo que han sido nuestras acciones durante este año que culmina y, al mismo tiempo, definiendo las metas del año que comienza; es coherente también reflexionar y redefinir nuestra escala de valores, principios o virtudes; con el fin de lograr comportamientos diferentes dentro de esta sociedad que se encuentra en crisis axiológica por todo lo que estamos viendo, incluso en nuestra juventud.
Al respecto, es interesante la autobiografía de Benjamín Franklin, donde describe brillantemente cómo logró disciplinadamente, durante un tiempo prudencial, romper las cadenas de sus propios malos hábitos que le impedían alcanzar los logros que finalmente obtuvo bajo el camino de la perfección moral, pues deseaba vivir sin cometer faltas, conquistar todo lo que lo condujese a cometerlas, así se tratará de una inclinación natural, la costumbre o las compañías dudosas. En esta tarea, incluyó trece virtudes: Templanza (Comer sin llegar a la saciedad; beber sin llegar a la exaltación). Silencio (Hablar únicamente de aquello que pueda beneficiar a los demás o a nosotros mismos; evitar las conversaciones triviales). Orden (Asignar a todas las cosas su lugar: dedicar a cada parte de su negocio su propio tiempo). Resolución (Resolverse a desempeñar lo que se debe hacer; desempeñar sin fallar aquello que se ha resuelto hacer). Frugalidad (No hacer ningún gasto, sino para hacer el bien o los demás o a nosotros mismos, es decir no desperdiciar nada). Laboriosidad (No perder el tiempo; estar siempre dedicado a algo útil; evitar todas las acciones innecesarias). Sinceridad (No recurrir a ningún engaño nocivo: pensar con inocencia y justicia y si se habla, hacerlo de acuerdo con esto). Justicia ( No hacer mal o nadie mediante daño u omitiendo los beneficios que son nuestra obligación). Moderación (Evitar los extremos, abstenerse de resentir los daños hasta donde crea que los merece). Pulcritud ( No tolerar la falta de higiene en el cuerpo, la ropa o la habilitación). Tranquilidad (No alterarse por menudencias ni por accidentes comunes o inevitables). Castidad (Practicar el acto carnal pocas veces si no es por motivos de salud o para tener descendencia, nunca por torpeza, debilidad o en perjuicio de su propia paz y reputación o de la de los demás) y, Humildad (Imitar a Jesús y a Sócrates).
Estas virtudes siguen aún vigentes y podría ser parte de las metas en este 2011 para alcanzar nuestros objetivos. “Feliz año Nuevo”
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