ASESORIA Y CONSULTORIA JURIDICA, EN EDUCACIÓN Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y ENTRENADOR EN LIDERAZGO

Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

martes, 15 de diciembre de 2009

GESTION DEL VOCABULARIO

OBERT ALEJANDRO ORTIZ R.

La humanidad no había tenido tanta información, producción y publicación científica disponible como en esta época dominada por las NTICs para consultarla en bibliotecas digitales, megacampus o ecosistemas del conocimiento, con sólo tener acceso a Internet. A pesar de ello, no sabemos argumentar con un lenguaje exigente nuestras ideas.

Frases o expresiones como "mi teoría respecto a este problema es que..." y después de darle vueltas al asunto y de tomarse varios minutos, medio culmina la idea. Una cosa es que uno tenga una corazonada, sospecha, conozca un rumor, sienta una intuición, o como mucho una hipótesis, justificación, planteamiento del problema, hasta de pronto unos objetivos…, pero no una teoría.

Cuando una persona contribuye a solucionar problemas tiene que saber qué es un tema, experimento, una inferencia y por supuesto una hipótesis y, sobre todo, medio entender el proceso metodológico investigativo y la comprensión de los resultados obtenidos. Nos dedicamos a la gestión del conocimiento y descuidamos la "gestión del vocabulario" en forma rigurosa como expresión de buenos pensamientos. Esto tiene que ver con nuestra cultura pedagógica, nivel educativo y formación en Investigación. Las consecuencias desembocan en la falta de iniciativa, apatía, escasez de proactividad y situaciones que no favorecen la cristalización de proyectos en nuestra comunidad.

Vemos a diario cómo quienes toman decisiones a niveles de alta dirección se aventuran en detectar las causas de problemas sin ningún rigor, confunden causas originales con contributivas y mezclan causas significantes con poco significantes. Algo tan sencillo como distinguir problemas de soluciones y de resultados, constituye el punto de partida para hablar bien.

Aquí surge el compromiso apremiante de aprender a pensar y comunicar con buenos argumentos de conformidad con la riqueza del buen vocabulario. Se requiere un esfuerzo por parte de la formación continua en proporcionar herramientas de pensamiento, discusión y argumentación. Es necesario fomentar talleres de creatividad en los colegios y de cursos de argumentación y pensamiento riguroso en Universidades que nos genere el hábito de crear, reflexionar y pensar por si mismos. Ya es hora de aprender a pensar y de pensar con buenos argumentos lo que hablamos.

Debemos ser cautos cuando expresamos ideas. Esto es, antes de hablar saber con certeza total si lo que vamos a decir es realmente lo que quiero expresar. Principios tan básicos como la inducción, la deducción, la causa y el efecto o el razonamiento por analogía son reflexiones esenciales. Un poco de rigor en el pensamiento y en el lenguaje ayudará a tomar mejores decisiones.

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