OBERT ALEJANDRO ORTIZ R.
Después de los 55 años de edad o de lograda la jubilación, se requiere seguir integrado en la sociedad para aprovechar el tiempo libre del que se dispone. Ante esta realidad, es necesario que el Estado y el sector privado garanticen nuevas formas de participación, ofertas de tipo cultural y educativo que los haga útil dentro del marco de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación y del aprendizaje a lo largo de toda la vida.
El rol de los mayores, sus pautas de consumo y de ocio, están cambiando de forma gradual a un ritmo acelerado. Hasta hace poco, considerábamos que las TICs estaban destinadas a las franjas más jóvenes de la sociedad. Hoy no lo dudamos, porque ellos son un grupo con un gran potencial que necesita seguir comunicados y, el Internet, contribuye a facilitar su interacción, mejorar las relaciones intergeneracionales, ejercitar la mente y elevar su autoestima. Son usuarios entusiastas, capaces de aprender rápidamente a desenvolverse en este nuevo medio de forma participativa y constante, gracias al tiempo del que disponen y su capacidad de acumular en pocos meses una dilatada experiencia.
Las TICs, antes la utilizábamos para el trabajo. Hoy son claves para mejorar la calidad de vida; razón por la que las Universidades o Instituciones públicas y privadas deben generar estrategias y herramientas virtuales (E-Learning o U-Learning) con el objetivo de abordar de manera integrada los diferentes aspectos implicados en la formación de personas mayores, pues la educación se muestra como uno de los caminos más aptos para mantener su envejecimiento activo y de calidad. En otras palabras: inclusión.
Somos conscientes de las dificultades para acceder a programas de formación, como los que residen en localidades apartadas, los limitados físicamente o por enfermedad pero que desean adquirir nuevos conocimientos y no pueden asistir a las aulas o los que simplemente no quieren desplazarse hasta sus sedes por comodidad pero quieren seguir formándose.
El reto está en saber y actuar ante las exigencias que pueda encontrar un mayor a la hora de trabajar en eLearning o U-Learning, clase de ayuda requerida, tipo de actividad que le permita hacer su validación, tiempos de trabajo, etc. Es decir, facilitar una respuesta formativa adecuada con plena información de la evolución de los aspectos sociales, competencias informáticas y estados cognitivos de la población constituida por estos futuros estudiantes. ¿Los Huilenses sabemos exactamente cual es el porcentaje de mayores y que oportunidades y programas existen para ellos, distinto a un ancianato ?.
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