Columna publicada el 28/08/2024 en el Diario la Nación
Quien no recuerda la jugadita de Ernesto Macías y
Alejandro Carlos Chacón, en la instalación de las sesiones ordinarias del
Congreso de la república en el 2019. Conducta que fuera investigada, pero que
finalmente, se concluyó en que ésta no constituía falta que mereciera reproche
ético disciplinario. Pues en esta ocasión, el turno es del alcalde de Neiva. En
un tiempo récord, ha dado la estocada final con la terminación de la herencia
del anterior alcalde, de todos los cargos provisionales creados en
reestructuración realizada en su momento. Se le califica de jugadita, porque
contó con la anuencia de los Concejales que le aprobaron la nueva
reestructuración Administrativa cristalizada mediante Decreto No. 428 del 22 de
agosto de 2024 en el marco de las facultades que estos le otorgaron en el
Acuerdo No. 002 de 2024 del Concejo Municipal y posteriormente adoptada
mediante Decreto No. 0429 del 23 de agosto de 2024; la cual se concretó con los
actos administrativos expedidos el 23 de agosto de los corrientes que
declararon el retiro del servicio de los
funcionarios vinculados por nombramiento provisional por supresión del cargo. También,
por cuanto a toda máquina, por no decir máxima velocidad, se les remitió a los
representantes de los sindicatos el estudio técnico exprés que soportaba la
nueva estructura orgánica de la alcaldía y el proyecto de Decreto que la
establecía, para que en un término de dos (2) días hábiles de recibido el
correo electrónico, si a bien lo tuvieran, realizaran las observaciones
pertinentes. Por su puesto, estas no llegaron masivamente para sentar su voz
con los futuros afectados. Como dice la canción, no fue uno, ni fueron dos, ni
fueron tres las resoluciones que pusieron fin a las vinculaciones en
provisionalidad. En un Estado, donde el presidente de la república actual ha
mantenido un discurso de buscar la formalización laboral, y donde ha mantenido
al ministerio de trabajo arduamente ocupado para que esto pueda lograrse, en un
ente territorial, de orden local, más bien se produce esta hecatombe. Algunos
la llaman masacre laboral. Prefiero dejarla en el campo de la jugadita. No
expidió todos los actos administrativos de supresión de los cargos, por tener
pendiente, como primer aspecto, una consulta que efectuaran los representantes
del sindicato al fallo que ya había emitido el contencioso con relación a la
reestructuración que hiciera el alcalde Gorki en su mandato. Cómo segundo,
tampoco de los que tienen fueron sindical y les ampara el hecho de no ser
despedidos o terminada su vinculación hasta que no se tramite la autorización
ante un juez. Y, por último, los casos de especial protección del Estado (pero estos
se cuentan con los dedos de una mano). Varias lecturas sobre el tema. No sólo
la jurídica. No le apuesto a que sólo se trate de sacar los de un bando para
poner los propios. Hay mucho más. Como demandas también. Y derechos en juego.
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