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Abogado, Especializado en Gestión Pública, estudios de Maestría en Administración Pública -ESAP y Maestro en Administración Pública del Instituto Universitario Veracruzano de México, ex-Conjuez del tribunal administrativo del Huila. Docente Universitario (del magisterio), investigador y capacitador. Columnista y conferencista en liderazgo, emprendimiento e innovación y derechos humanos. Conciliador en Derecho. Amplia experiencia en el sector educativo, Administración Pública y liderazgo. Experto en gestión de fortalezas. Apasionado de la psicología positiva. No dude en contactarme y efectuar su consulta que de inmediato se dará respuesta oportuna a su llamado o consulta.

UN NUEVO MODELO DE LIDERAZGO

Los nuevos líderes y trabajadores del futuro deben tener una habilidad que pueda venderse al rededor del mundo. Con esa habilidad; construir una marca personal, idea o un producto. También, colaborar con otras personas que son diferentes a nosotros, de ciudades distintas, de otras nacionalidades, de especialidades y géneros no iguales. Si no tenemos clara esa habilidad, seremos rápidamente reemplazados.

martes, 23 de enero de 2024

Gramsci vive en Petro

 Columna publicada el 3 de mayo de 2023 en el Diario la Nación


Con el discurso del presidente Petro del pasado lunes, antes de su viaje a España, surgen diferentes inquietudes. Por no decir, preocupaciones. Lejos de ser una llamado a la reconciliación, unión, priorización de acuerdos fundamentales, equilibrio de poderes, apego a los cimientos de la democracia; más bien fue un acto de provocación. Paradójico, que sea el propio mandatario de los colombianos que simboliza la unidad nacional y, quien precisamente llegó al poder por canales democráticos, que incite a lo contrario: a un discurso de odio. Da la impresión de que, tiene muy arraigado en su pensamiento (el libreto o postulado) de hace casi 100 años, de lo plasmado en más de tres mil páginas en sus “cuadernos de la cárcel” por Antonio Gramsci (1929-1935). En ese “balconazo”, como se le ha denominado su alocución desde la ventana del palacio de Nariño, es casi que el libreto escrito por Gramsci cuando estaba preso, con relación a lo que ocurría en Italia, hace cerca de cien años. Este personaje, se puso de moda. Tenemos que estudiarlo a fin de medio comprender el pensamiento histórico sobre el tema y, de paso, tratar de entender un poco los discursos del presidente. El problema es que Gramsci, escribió para los italianos y lo que ocurría en su momento con Benito Mussolini.   Pero al parecer su pensamiento sigue vivo, tanto así que está vivo en el presidente Petro. Gramsci describía su visión del mundo y propuso mecanismos para cambiar la realidad en ese momento. Según su perspectiva, en toda sociedad de clases hay relaciones de fuerza que son cambiantes. Creía que filosofía y política estaban unidas en el accionar de un sujeto colectivo, es decir, el proletariado. Y consideraba que el objetivo de la revolución que avizoraba debía transformar las instituciones y las relaciones sociales. Y que ésta debía cambiar a los hombres. Indicaba que la revolución debía lograr una gran reforma en lo intelectual y moral. Pero que, para lograrlo, era necesario contrarrestar la cultura hegemónica (esto es el predominio de un grupo, clase social, estado o institución sobre otro de su mismo tipo). El presidente Petro, usa ahora este concepto de Gramsci, quien hacía referencia a que las clases dominantes ejercían su poder en la sociedad y que la hegemonía terminaba como una imposición de tipo cultural. Que las clases dominantes imponían su idea de sociedad a las clases oprimidas. Y que, por lo tanto, su visión del mundo se imponía sobre las demás. Esto es la hegemonía, la cual se instrumenta a través de la educación, la religión y los medios de comunicación. Aquí es donde toma su rol fundamental la sociedad civil. Para cambiar ese estatus. Pues necesita comprometerse con una revolución. Para ello, Gramsci manifiesta que se necesitan condiciones objetivas (generadas por el capitalismo: desocupación, miseria, pobreza, desplazados del sistema) y subjetivas para materializarlas cuando los actores sociales reconocen los problemas comunes y se ponen de acuerdo en las soluciones para esa revolución. No obstante, para generar dicha revolución, es necesario un sujeto revolucionario. Y éste, tiene que ser un sujeto colectivo (la clase trabajadora) quien genera otra idea hegemónica que transforma a la sociedad, que a su vez influye y transforma al individuo. Es decir, tiene que generarse una contrahegemonía. Aquí es donde está el sentido de la revolución que el presidente Petro manifiesta. Como el punto ideal a llegar. Tal vez es aquí donde descansa su pensamiento. Como se conoce, son las bases del marxismo como filosofía de la revolución. Lamentablemente estamos en otro tiempo. Y la Colombia que tenemos no es la Italia de la época y mucho menos la del proletariado con esas fábricas. Y nuestra constitución tampoco es revolucionaria. Aquí no está matando son otras cosas. 

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