Columna publicada el 29/03/2023 en el Diario la Nación
Importante lo que acaba de ocurrir en el congreso de la
república, porque la actuación de los congresistas fue contundente en el
hundimiento de la desproporcionada e inconveniente propuesta (proyecto de ley) de
reforma política del gobierno y, la no aprobación ni aval de algunas facultades
solicitadas para presidente de la república. Esto da tranquilidad con relación
al modelo constitucional con el que contamos frente al principio de separación
de poderes que garantiza un adecuado sistema de controles y contrapesos que son
fundamentales para el uso proporcionado del poder. Sobre esta responsabilidad
de los congresistas se tejía un inmenso temor, en cuanto no actuaran como el
deber lo exige en este momento trascendental para los colombianos. No obstante,
su voz y acción que representa a los ciudadanos en esta instancia de poder se
hizo sentir y valer. A los congresistas no les puede ocurrir como a la gran
mayoría de los concejales de este país o diputados que pierden su único y
valioso ejercicio de control político y social al aprobar todo lo que el
ejecutivo les presente al comienzo de sus mandatos incluidas facultades
expresas. Después, a llorarle al mono de la pila. O en su defecto, a solicitar
o vivir de las migajas del gobernante de turno si se alinea a sus intereses. De
lo contrario, quedan anulados e invisibles. He presenciado perlas sobre este
asunto en los últimos 20 años en Colombia en el orden municipal y
departamental. En el congreso, ha sido un poco diferente. Se han alternado como
la vieja maña del frente nacional. Todos alineados con las mermeladas o
burocracia y quedan atados a los lineamientos del gobierno o no reciben nada.
Pero en este caso, o en esta legislatura, los congresistas entregaron un
mensaje contundente al no aprobar la posible reforma política, ni algunas
facultades expresas que se solicitaban en el proyecto del Plan Nacional de
Desarrollo. Ni arrodillados, ni vendidos y mucho menos arrinconados. De ninguna
manera un gobierno fortalecido y en desventaja con relación al legislativo. Por
ningún hecho, deben despojarse de su competencia en cuanto al ejercicio de
control y pérdida de su rol con relación al ejecutivo. Bueno, los que no son de
la coalición o gobiernistas. Por fortuna, un buen número de ellos. Claro que el
embate no ha terminado. Ahora que entra en trámite la reforma laboral,
pensional y de salud, esta última con aparente concertación de un 99% por los
partidos políticos; también los congresistas que actúen y persistan en esta
altísima responsabilidad de cara a los ciudadanos que los eligieron. No es que
se nieguen a aprobar por pataleta ni interés personal, sino que producto de los
argumentos de todos los sectores se logre lo más beneficioso para el país. No a
la aplanadora del gobierno en el congreso. Tampoco pupitrazos. Sino proyectos
que obedezcan al resultado de un debate sopesado y con las garantías que
implica este trámite en el legislativo. Buen punto congresistas. Ya era hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario